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| Gonzalo Roca y Juan Namuncurá se han propuesto defender la verdad histórica, hoy distorsionada por la alianza entre extremistas, delincuentes y potencias extranjeras. |
Charlando con Roca y Namuncurá.
Conocí a Gonzalo Roca, accidentalmente, en una librería de viejo que ambos frecuentamos. Él buscaba algún material relativo al presidente Julio A. Roca, tío bisabuelo suyo; lo cual me motivó algún comentario acerca de quienes se empeñan en tergiversar su campaña al desierto. Así fue que me anotició que, con un amigo suyo, se encuentran empeñados en refutar esa versión y rescatar la verdad histórica. Y su amigo es nada menos que Juan Namuncurá, descendiente directo de Calfucurá y de Manuel Namuncurá.
Como somerísima presentación, digamos que Juan es músico, graduado en la Universidad Nacional de Córdoba y que dirige la ONG Instituto de Cultura Indígena. Y que Gonzalo es empresario rural, dedicado a la producción de orgánicos y, por otra parte, secretario del Instituto Julio A. Roca.
La Prensa: -¿Cómo fue que se conocieron?
Gonzalo: -Fue a través de mi hermano Mariano y espontáneamente, casi sin cambiar palabra, nos abrazamos. Empezamos compartiendo un café, que llamó a muchos más. Tal vez revivimos el encuentro de Namuncurá con Roca, cuando éste lo recibió en la Casa Rosada. Entonces, ellos se dieron un cordial apretón de manos. Lo nuestro fue más efusivo.
Juan: -Es como dice Gonzalo. Y además nos liga algo aún más antiguo: el padre de Roca, José Segundo, revistó en el Ejército de Los Andes. Al cual mi antepasado Huentecurá, padre de Calfucurá, proveyó de caballos, tratando personalmente con San Martín. Es tradición, además, que Calfucurá -muy joven entonces- se empapó de las dotes del Libertador en cuanto a estrategia y habilidad política. No en vano se lo llamó después el Napoleón de las Pampas. Porque fue el jefe indiscutido no sólo de los mapuches, sino de diversas etnias nativas, cosa que hasta entonces no había sucedido.
-En la pampa, hubo eras de calma y de conflicto. Rosas, siendo gobernador de Buenos Aires, llegó a un acuerdo con Calfucurá mediante el cual se logró una paz apenas interrumpida. Pero después de Caseros las hostilizades se renovaron ¿cómo fue que sucedió eso?
Gonzalo: -No existe una respuesta precisa. Sí, sabemos que Calfucurá -pese a haberle provisto tropas a Rosas para pelear en Caseros- poco después envió a su hijo Manuel Namuncurá a tratar con Urquiza. Éste, entonces presidente de la Confederación Argentina, lo recibió en su palacio de San José. Todo lo cual sucede cuando la Confederación era enemiga de Buenos Aires, que por entonces era una provincia separada.
Juan: -Además, subraya el vínculo que entablaron que es en el desempeño de esa misión cuando Manuel se convierte al catolicismo. Especialmente porque su padrino fue, nada menos, que el mismo Urquiza. También sus hijos se convirtieron. No sólo eso: algunos años después, Manuel se casa por la Iglesia con Rosario Burgos, mestiza, hija de un soldado blanco y de una india. Con la que habría de tener un hijo: el beato de la Iglesia Católica Ceferino Namuncurá.
-De todos modos, la paz en la pampa se interrumpe.
Gonzalo: -Es evidente que después de Caseros -y particularmente luego de separarse de la Confederación - Buenos Aires se concentró en sí misma y se desinteresó en mantener la coexistencia con los indios. Más aún, en 1855 Mitre se interna en la pampa para combatirlos, siendo sus tropas vencidas por la de Calfucurá y de Catriel en la batalla de Sierra Chica.
Juan: -La cosa fue distinta algunos años después, en 1872, ya producida la reunificación nacional y siendo Sarmiento presidente. Entonces, el general Rivas fue enviado a combatir las huestes de esos mismos jefes y las derrotó en la batalla de San Carlos en la que no estuvo Calfucurá, ya muy mayor. Tampoco es seguro que Manuel Namuncurá haya estado en ella. En cambio, sí, estuvo Catriel, quien aspiraba a heredar el poder que, hasta entonces, detentaba el anciano Calfucurá.
LA CAMPAÑA
-Llegamos a la Campaña del Desierto que emprende Roca. ¿Su idea… era luchar contra el indio o ejercer nuestra soberanía sobre la Patagonia?
Gonzalo: -Decididamente, lo segundo. Su intención era política: ocupar un territorio sobre el cual teníamos títulos pero no habíamos poblado y sobre el cual Chile tenía pretensiones. Su visión era opuesta a la de Alsina. Pues la zanja ordenada por este último podía, a lo sumo, impedir invasiones. Roca comprendió que el imperativo de la época era otro: avanzar, no limitarnos a defender lo ya poblado. Y aquí subrayo el patriotismo del ancestro de Juan, Manuel Namuncurá quien, habiéndose refugiado en Chile en 1879, fue tentado a plegarse a sus fuerzas y a invadir la Argentina. Cosa que rechazó indignado.
Juan: -En efecto, habiendo sido superadas sus fuerzas por las tropas expedicionarias, Manuel cruzó a Chile en 1879, donde vivió alejado de los vaivenes políticos de la época. Sucedió que, pocos años después, los araucanos de ese país se rebelaron contra su gobierno y éste envió al coronel Gregorio Urrutia a reprimirlos, quien los derrotó ocupando efectivamente el territorio chileno situado al sur del Bío Bío. Logrado ello, se propuso hacer lo propio con tierras situadas de este lado de los andes e intentó que Manuel lo auxiliara en esa tarea, quien lo sacó con cajas destempladas.
-¿Qué sucedió entonces?
Gonzalo: -Entró en contacto con él el padre Domingo Milanesio, salesiano, cuya orden, como la de los jesuitas, venía tendiendo puentes entre los indios y el Ejército desde largo tiempo atrás. Se reunieron y acordaron su vuelta a la Argentina. A su regreso, se apersonó ante el entonces mayor Daza quien lo recibió con honores militares y, a su vez, lo condujo a encontrarse con el General Winkler, quien lo inviste del grado de coronel del Ejército Argentino que le había otorgado el presidente Roca. Esto sucede el día 5 de mayo de 1884.
-Luego tiene lugar el encuentro con el presidente Roca.
Gonzalo: -Así es, que fue de la mayor cordialidad y con alguna mutua lisonja. Roca le dijo que lo considera un “toro”, término con el que los indios llamaban a aquellos de sus enemigos cuya valentía destacaban (así, el “toro” Villegas, general del ejército). Y Manuel no se quedó atrás: le dijo a Roca que lo tenía por un león de las pampas.
Juan: -De resultado de ese encuentro, a Manuel y a su gente, como parte de un acuerdo de paz, el gobierno les concedió tierras en San Ignacio, donde confluyen el arroyo de ese nombre y el río Aluminé. Lamentablemente, con el correr del tiempo -particularmente luego de las guerras europeas del siglo veinte- se produjo el arribo de colonos que ocuparon buena parte de ellas. Ocupaciones que, en muchos casos, el tiempo legalizó.
-En la actualidad ciertos grupos se atribuyen la representación de la etnia mapuche y dicen reivindicarla provocando incendios y usurpando inmuebles.
Juan: -Esos tipos no representan a nadie. En algún diario he visto la foto de ocho sujetos enmascarados cometiendo desmanes, de modo que ni siquiera se sabe si realmente son mapuches. Descendientes de Namuncurá somos más de siete mil; y ninguno se siente representado por esos tipos.
Gonzalo: -Efectivamente son una ínfima minoría y hacen lo que suelen hacer esos grupos. Dicen practicar la violencia en nombre de una mayoría oprimida, intentando teñirla de justa causa.
Juan: -Añado que la Confederación Mapuche, con sede en Bristol, Inglaterra, se atribuye una representación de ese pueblo que no tiene. Que la formaron chilenos de ese origen, es cierto. Pero el caso es que no se exilaron allí por ser mapuches, sino por su militancia en grupos de izquierda radicalizada, durante el gobierno de Pinochet.
-¿Qué porcentaje de la población argentina tiene ascendencia de los pueblos originarios?
Juan: -Está calculado en alrededor del treinta por ciento. La mezcla es lo nuestro. Yo también tengo ascendencia de origen español. Entre la que se cuenta Cornelio Saavedra, valga como ejemplo muy gráfico, pues mi padre nació en el Alto Perú y es por vía materna que desciendo de Manuel Namuncurá.
Gonzalo: -Es que a los argentinos nos une la patria, con independencia de todo origen. Y me complace agregar algo relativo al rechazo de Manuel Namuncurá a la invitación que se le hizo de unirse a las fuerzas de Chile.
Porque fue justamente en La Prensa que hizo pública esa invitación y su rechazo, mediante una carta que se publicó en este diario el 3 de agosto de 1908, una semana después de la muerte de Manuel. En ella decía que, presintiendo que su momento llegaba, quería revelar esos hechos que hasta entonces había callado. Lo hizo resaltando, en primer término, el cariño que dispensaba a este diario por su patriotismo y por la justicia con la que siempre se había referido a él. Relató que Urrutia puso a su disposición 1.800 soldados chilenos que habían regresado del Perú, con su caballada y armamentos para combatir al Ejército Argentino. Cosa que rechazó “avergonzado” de solo oír semejante ofrecimiento y recordando el juramento de lealtad a la Argentina que había hecho a su muy querido padrino, el “Capitán General Justo José de Urquiza”.
Juan: -Es así y con Gonzalo nos hemos propuesto defender la verdad histórica y la difundimos en todos los foros en los que hallamos cabida para hacerlo. Remamos contra una corriente que procura distorsionarla con fines nada claros. Nuestra voluntad es pétrea y, si se me permite un poco de humor, ello enraíza en nuestros nombres. Todos saben lo que Roca significa en castellano. Y Curá o Kurá, en mapuche, quiere decir piedra. Seguiremos en camino con esa voluntad.
Publicado en LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/Charlando-con-Roca-y-Namuncura-567431.note.aspx
Enlace de interés. Juan Namuncurá,
http://elreginense.blogspot.com/2017/11/juan-namuncura-en-wikipedia.html
Juan Namuncurá se crió en Villa Regina, de la cual fue
nativa su madre Zara Sgro Gallardo Namuncura, y uno de sus fundadores el abuelo
Antonio Sgro. De Don Antonio Sgro hay publicaciones en ¡BIEN DE REGINA! http://blogbienderegina.blogspot.com/
En Villa Regina realizó la escuela primaria y secundaria, epocas en que se inició en las artes en general, con mas inclinacion la musica. Uno de mis mentores de aquel momento fue el maestro Antonio Tonini.


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