En Roca y Villa Regina, la sociedad se muestra cada día más involucrada en este verdadero cambio de paradigma, y participa masivamente en capacitaciones dictadas por el INTA junto a otras instituciones. Al mismo tiempo, este fenómeno plantea nuevos desafíos y oportunidades al sector agroindustrial y la política pública orientada al desarrollo regional.
Cada vez con más fuerza las poblaciones urbanas expresan la necesidad de saber qué están comiendo, cómo llega cada producto a su mesa, conocer el proceso de producción y elaboración e incluso ser protagonistas generando parte de ese alimento en su propia casa y de manera natural.
Tener una huerta en el patio de la casa, en la tierra disponible o en macetas, cajones y paredes tiene cada día mayor cantidad de adeptos en la región. La tendencia está signada por la demanda (todavía incipiente en el mercado masivo) de alimentos sanos y naturales, de producción local y llegada directa al consumidor; priorizando, en algunos casos, los alimentos orgánicos y libres de químicos, bajos en azúcares, sin conservantes ni aditivos, sin sal, libres de gluten, ricos en fibras y alto aporte proteico, muchos presentes en fórmulas vegetarianas y veganas.
Las nuevas tecnologías son el motor de crecimiento de este fenómeno que parece visualizarse a largo plazo, ya que es a través del acceso a Internet, dispositivos móviles y redes sociales que estos conocimientos se comparten y viralizan. Con la disponibilidad de mayor información e incentivos, las nuevas generaciones van imponiendo sus gustos, demandas y necesidades a un sector productivo y comercial que acompaña lentamente este proceso.
Las capacitaciones que el INTA viene brindando en las distintas localidades en temáticas tales como preparación de huerta agroecológica, propagación de brotes y aromáticas, producción de pavos y otros productos de granja, elaboración de alimentos caseros y cambios en los hábitos de alimentación hacia una dieta más saludable y consciente, han tenido una excelente repercusión y el público destinatario no deja de multiplicarse.
La gran asistencia a jornadas realizadas este último año, en vinculación con los municipios y otras instituciones de la región (escuelas, penitenciarías, organismos universitarios, de desarrollo social y de salud) es un indicador del interés creciente que despiertan y de la necesidad de conocimiento de distintos sectores sociales, fundamentalmente aquellos que trabajan con jóvenes en edad de desarrollo, con pacientes en riesgo por padecimientos de salud; y sectores con poder adquisitivo medio/alto donde estas preferencias también se expresan como una moda.
Desde las Agencias de Extensión Rural General Roca y Villa Regina del INTA se viene participando activamente en ferias urbanas, fiestas populares, se han generado múltiples espacios de difusión de recetas y pautas para la elaboración de comidas y alimentos como deshidratados, preparación de salsas de tomates y otras conservas, con una excelente repercusión y altos picos de visitas en la web www.inta.gob.ar/altovalle. De la mano de estos conocimientos, también se entregan en forma gratuita semillas a través del programa Prohuerta (INTA-Ministerio de Desarrollo Social) para fortalecer los emprendimientos familiares, y planteles de pollitas ponedoras bebé en el ámbito rural.
Pero, como se mencionó al inicio, la tendencia no solo se presenta desde la cara del consumo sino también desde la producción. Por ello, desde el INTA se está trabajando con emprendimientos de huertas comunitarias donde varias familias asociadas generan su propio alimento en forma agroecológica y en muchos casos producen excedentes para la venta al público. También se trabaja con productores hortícolas y frutícolas en el control de plagas a partir de técnicas amigables con el medio ambiente, sin aplicación de agroquímicos en los cultivos. Otro proyecto de interés que se está acompañando tiene como protagonistas a un grupo de estudiantes de la Carrera de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Río Negro, quienes están desarrollando huertas modulares para espacios reducidos. Entre los modelos presentados se destacan invernaderos portátiles, huertas en mesadas y en paredes.
Sin embargo, el desafío está en que la demanda de una alimentación más saludable y natural esté acompañada por una producción también saludable y a una escala comercial, ya que la necesidad de producir mayores volúmenes de alimentos es una realidad ineludible y no todos los consumidores están en condiciones de auto-producir todo el alimento necesario para sus dietas.
El sector agropecuario, los organismos de ciencia y técnica y la política pública orientada al desarrollo regional tienen aquí una oportunidad para transformar el modelo imperante de producción agropecuaria en uno que atienda de manera más satisfactoria estas preferencias de los consumidores y que se articule de manera sustentable y responsable con el ambiente y su entorno.
Artículo publicado en YO COMO del Diario Río Negro, el miércoles 6 de junio de 2018.
Fuente de información: EEA ALTO VALLE Prensa
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