La empresa Frutas NACE, que tiene galpón de empaque, cámaras de frío y producción propia de peras y manzanas cerraría sus puertas en Lamarque.
La decisión estaría vinculada principalmente a la presión gremial, tal como indicó el dueño, Arsenio Ferrarino, a este medio.
El productor, que tiene desde hace más de 25 años la empresa, sostuvo que nunca sufrió tanto como ahora. De hecho la firma comenzó a despedir personal.
Desde el municipio, el propio intendente, Sergio Hernández, trata de mediar para evitar el impacto social que esto representaría para la comunidad.
Mientras tanto, desde el gremio de la Fruta se argumentó ante las autoridades municipales que los reclamos de los trabajadores han sido legítimos.
Los últimos años la ciudad de Lamarque ha sufrido de manera directa la crisis en el sector económico más importante, que es el vinculado con la fruticultura.
A los despidos de las empresa Expofrut, por el levantamiento de muchas hectáreas de frutales, del cierre de la tomatera “Canale” y la pérdida de fuentes de trabajo en otros galpones, se podría sumar ahora que más de 40 personas queden sin empleo.
En diálogo con este medio, Ferrarino criticó duramente a la dirigencia del gremio de la Fruta. “Porque el año pasado tuvimos granizo y tuvimos piedra en varias chacras de mis productores. Así que quedamos sin fruta antes de tiempo y con mucha fruta golpeada, pero me obligaron a trabajar Cumplí los días, y tuve que pagar días caídos que no se habían trabajado. No puede ser, hicimos reclamos por todos lados y nadie nos dio respuestas”, describió el propietario.
Sobre este año, dijo que “cumplimos 73 días de trabajo, y quedó un repaso de Granny Smith y Big Lady que no se ha juntado todavía, que lo vamos a hacer el día miércoles porque son dos hectáreas y media, y resulta que me están cobrando otros días caídos porque queda fruta en la planta”.
“Pero no sólo eso. Cuando cortó la temporada, tengo 6 días para liquidar los sueldos, a los 6 días ya me están llamando desde el gremio, siendo que nunca quedé debiendo un sueldo. Siempre hubo anticipos cuando la gente lo necesitó, no debo cargas sociales, no le debo al sindicato, no debo nada. Pero resulta que me están metiendo el dedo en la oreja de manera permanente. Por eso digo basta, para mí ya se colmó el vaso”, indicó.
Ferrarino mencionó que además “me llegó una citación de la Secretaría de Trabajo para que pague esos días como si fuera un delincuente. Fue así que el martes pasado a la tarde paré el galpón. Realmente estoy muy mal. Es lamentable, porque nosotros hicimos esta empresa a pulmón y resulta que ahora no lo podemos mantener. La empresa llegó a tener más de 40 empleados y ahora estamos cerca de 30. Si se corta se va a cortar todo”.
Publicado en Diario "Río Negro", 18/04/2017.
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