El gobierno nacional otorgó habilitación para operar en la Argentina a un satélite de comunicaciones de origen español, lo cual confirmaría que el Arsat-2, de fabricación nacional, ya comercializó buena parte de su capacidad.
El nuevo escenario abre la posibilidad de reactivar en el corto plazo la fabricación del Arsat-3, que está contratada con la empresa Invap, pero quedó en suspenso luego del cambio de gobierno.
En su momento esa decisión oficial fue justificada en que el Arsat-2 no había sido “vendido” de acuerdo a las previsiones y tenía buena parte de su capacidad ociosa.
Según el sitio Latam Satelital, la autorización concedida a la firma Hispasat representa “el noveno satélite extranjero autorizado a operar en territorio argentino en el último año, en clara contradicción con el marco normativo vigente respecto al régimen de exclusividad y competencia establecido por resolución 3609/99”.
Una fuente de la empresa Arsat confirmó ayer que las principales autoridades de la firma viajaron hace pocos días a un simposio satelital en los Estados Unidos, done firmaron contratos comerciales para “terminar de ocupar” la disponibilidad de enlaces del Arsat-2, que fue puesto en órbita en septiembre de 2015.
También aprovecharon -según la misma fuente- para gestionar financiamiento que permita avanzar con el proyecto Arsat-3. En los hechos, otros de los motivos que frenó la producción del nuevo satélite geoestacionario es la decisión del gobierno de no afrontar la inversión con presupuesto público (como los dos anteriores) sino mediante asociaciones con capitales privados.
El Arsat-3, que saldría también de la factoría de Invap ubicada en el acceso este de Bariloche, cuesta unos 250 millones de dólares.
Según informó el martes el diario Página 12, el ministerio de Comunicaciones autorizó a operar en el país al satélite español Hispasat 30W-5, el mismo que el año pasado había sido denunciado por prestar servicios en forma “clandestina”, y que incluso motivó un pedido de informes por parte del titular de la empresa Arsat, Rodrigo de Loredo.
A pesar de aquel antecedente, en lugar de sancionar a la proveedora española el ministerio a cargo de Oscar Aguad decidió conceder el permiso al satélite Hispasat para operar en la banda Ku y banda Ka desde la posición orbital geoestacionaria de 30° oeste.
En diciembre de Loredo había presentado de un pedido de informes al ministerio porque a su juicio Hispasat “está brindando servicios satelitales de manera clandestina y por lo tanto compitiendo con Arsat de manera desleal”.
El directivo señaló también en ese momento que para el proyecto Arsat-3 la opción en estudio era financiarlo sin aportes del Tesoro. Las políticas en la materia son seguidas de cerca por Invap, que en los últimos años amplió su capacidad operativa y su planta de personal para satisfacer el programa satelital argentino.
Publicado en Diario "Río Negro" 6 de abril de 2017.
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