Alberto Weretilneck lleva su pragmatismo hasta el paroxismo. Ha demostrado que es capaz de soslayar los gradientes cuando debe modificar criterios, convicciones o rumbos de gobierno. Pero hasta ahora esta flexibilidad no le había creado tantos cuestionamientos dentro del gabinete y el bloque oficialista, ni un reproche tan estentóreo del gobierno nacional, aunque tal vez la luz de alerta la encendieron las encuestas a las que es tan propenso el gobernador y el golpe para su partido en las PASO.
Después de aceptar con fervor la construcción de una central nuclear en la provincia, de viajar a China (una de cuyas corporaciones estatales iba a levantar la planta), de embarcar a la empresa pública rionegrina Invap en el análisis y difusión de los detalles del proyecto, Juntos, el partido de Weretilneck, quedó tercero en las preferencias de los rionegrinos en la elección para la designación de candidatos a diputados nacionales, un resultado que si se repitiera en octubre dejaría a la fuerza provincial sin la posibilidad de colocar un diputado nacional.
El resultado de un sondeo de opinión dado a conocer el jueves por el gobernador indica que el 80% de los rionegrinos rechaza la instalación de la central nuclear en la provincia. No dio mayores detalles que habría sido interesante conocer, pero evidentemente en su análisis el dato tiene directa relación con el resultado de las PASO.
Son “debates que creemos necesario fomentar y no clausurar a partir de un análisis electoral”, le respondió el ministro de Energía de la Nación, Juan José Aranguren. Gracias a esta inédita situación, ahora los rionegrinos saben que la idea de instalar una central nuclear en el territorio provincial se había acordado entre Nación y el gobierno rionegrino varios meses antes de que se hiciera pública. “En febrero de 2017, en dos reuniones en Viedma y Cipolletti, le fue transmitida esa información al gobernador de la provincia”, reveló Aranguren. Para ese entonces, Weretilneck estaba en plena campaña de suma de apoyos para el plan Castello, el cúmulo de obras a financiar con bonos en dólares.
Como en muchos otros asuntos de trascendencia, en este debate faltó información para que la construcción de una decisión no siga la lógica de la coyuntura. Por caso, no es lo mismo un reactor de investigación (como el RA-6 que funciona, con una potencia de 1 megavatio, MW, en el Centro Atómico Bariloche desde hace 35 años) que uno de generación de electricidad, como el que pretendía levantarse en la provincia, de 1.110 MW.
Los trabajos de consultoría y de difusión encargados a Invap no iban a salvar a la empresa estatal del difícil trance financiero que atraviesa desde que el gobierno de Mauricio Macri discontinuó proyectos que la hicieron crecer hasta alcanzar los 1.400 empleados, pero le permitían sumar un eslabón más en la cadena nuclear, especialmente en este momento en el que la compañía pugna por quedarse con la construcción de un reactor de investigación en Holanda.
La senadora Silvina García Larraburu, que ha quedado fuera de todo armado del PJ, piensa que “el perjuicio para Invap es enorme. Invap intenta competir afuera por contratos muy importantes, ¿y qué currículum va a presentar si en su provincia pasa esto? ¿Salimos a negar el desarrollo nuclear por una coyuntura electoral?”. Después de todo, José Antonio Balseiro construyó en Bariloche los cimientos de una política nuclear sobre las ruinas que dejó el paso de Ronald Richter por la isla Huemul, durante la segunda presidencia de Perón.
Hace seis años que se derogó la ley que prohibía la utilización de cianuro en la minería. La decisión la impulsó el entonces gobernador Carlos Soria como un modo de fomentar las inversiones.
El único proyecto que avanzó, el de Calcatreu, se desactivó cuando Chubut, dos años más tarde, prohibió la minería a cielo abierto y el uso de cianuro porque este desarrollo estaba asociado a otro del norte chubutense.
Un marco integral para la relación de la producción (electricidad, petróleo, gas, minería, agroquímicos) con el medio ambiente en vez de estos espasmos legislativos ayudaría a que este y otros asuntos atraviesen sin daños los procesos proselitistas.
Columna del Diario "Río Negro", domingo 3 de Septiembre de 2017.-
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