domingo, 26 de agosto de 2018

Al encuentro de un nuevo milagro de Ceferino.

Si bien para los fieles seguidores de Ceferino Namuncurá, que llegan de todas partes del país e incluso de países limítrofes, ya es un santo milagrero, todavía faltan pasos en el proceso que lleva adelante la iglesia católica para la canonización.
Este último paso se da a través de la comprobación de milagros, y si bien ya hay uno confirmado en Córdoba, aún resta comprobar más hechos milagrosos para la santificación.
De hecho, uno ya fue descartado. El padre Pedro Narambuena que sigue de cerca el proceso explicó que “están ahora en estudio los milagros y presuntos milagros que se van presentando. Uno que teníamos en la mano, muy probable, es el caso de la niña Coralí en Lima. Pero, en el análisis que hicieron en el tribunal médico de Roma ha sido por el momento descartado para un nuevo análisis porque hay un porcentaje, un 30 por ciento según la ciencia médica, de que esas deficiencias cardíacas que presentaba la niña se recuperen naturalmente”. Por ese margen, agregó Narambuena, “aunque es pequeño y aunque en este caso tengamos la certeza, no puede pronunciarse que es milagro. Es por eso que por ahora ha sido descartado. Entonces, tenemos que avanzar con otros presuntos milagros, y lo difícil en este proceso es el rigor científico que requiere la documentación de quien dice: ‘Yo recibí un milagro de Ceferino’”, agregó.
“Ceferino tiene milagros y va a llegar pronto a la canonización, estoy seguro, porque hay mucha devoción, mucha fe; pero lo que necesitamos es encontrarnos con la documentación precisa para mostrar científicamente que eso fue un milagro: necesitamos la documentación, es decir la historia clínica previa de la persona, el durante y el después. Y eso es lo difícil. La gente se queda con el momento de la gracia. Y después se le pregunta y no se acuerda a qué hospital fue. Y a los médicos los invitamos a que sean generosos en colaborar; que no desdice de la ciencia, porque algunos dicen “cómo voy a probar un milagro. Si eres agnóstico como médico, mucho mejor incluso que nos verifiques y certifiques que aquí hay algo que científicamente no podemos explicar, de eso se trata. Generalmente este paso se nos hace difícil lograrlo”.
En la Patagonia
Sobre posibles milagros en la zona patagónica dijo Narambuena que “el obispo me contó que se acercó una mamá que le dijo: yo soy milagro de Ceferino, y mi hijito es milagro de Ceferino porque yo no podía quedar embarazada. Los médicos me habían dicho que no era posible y acá está la prueba del milagro viva. Eso me lo contaron hace un rato, ahora tenemos que localizar a esa mamá para poder rastrear la parte de documentación médica. Otro es de aquí cerca en Coronel Belisle, de una persona que tenía un tumor, que según el pronóstico médico era incurable, y desapareció totalmente y está sana. Y otro es de la zona de Senillosa, en Neuquén, también una persona con un tumor. Pero ahí hubo una operación. Cuando hubo una operación hay que esperar un tiempo más prudente. Esos serían los que más a mano están”.
Pero no sólo eso. Más lejos, en la provincia de Buenos Aires, también hay algunos hechos que la Iglesia sigue de cerca. “Hay un caso en el norte de la provincia de Buenos Aires, de una mamá a la que le habían dicho que era imposible que pudiera concebir y ya tiene dos o tres hijitos. Ahora lo que tenemos que hacer es rastrear la parte médica para poder documentarlo. Estoy seguro de que milagros de Ceferino hay muchísimos, y otros que no son médicos, pero que son milagros de situaciones difíciles, de problemas, que por la fe en Ceferino, Dios le otorga la gracia”.
El caso que tomó el Vaticano para la beatificación
El 11 de noviembre del 2007, Valeria Herrera fue testigo de la beatificación de Ceferino Namuncura.
Su caso es el que fue tomado como milagro por el Vaticano: a los 24 años, Valeria se estaba muriendo. “El dolor más grande era dejar a mi esposo, solo y sin hijos. Por eso le hablé a Ceferino. Lo increpé: ¿Te hace falta un milagro para ser santo? Hacémelo a mí”.
Su historia comenzó pocos meses después de casarse con Joseph Koua, un seminarista que no había hecho sus votos definitivos, maestro en Costa de Marfil, donde ella estaba “misionando” en 1997. Valeria era monja consagrada, y compartía con Joseph sus trabajos en las comunidades campesinas de ese país. La historia de amor entre los dos hizo que ambos pidieran la “dispensa” para dejar los hábitos.
En diciembre de 1998, se casaron. Tres meses después, quedaron “embarazados” y un aborto espontáneo marcó el comienzo de las tribulaciones.
Un viernes de octubre, dos médicos le confirmaron que padecía de un coreocarcinoma tan virulento que podría hacer metástasis en pocas semanas hasta matarla. Enseguida le dieron turno para que comenzara con quimioterapia. Esa noche, Valeria le contó a su esposo el diagnóstico. “Lloramos mucho. Pero en un momento él necesitó salir al aire fresco. Yo me quedé en mi dormitorio y encontré una revista con la historia de Ceferino. El había misionado también entre los indígenas. Era joven como yo. Me sentí cerca. Y sí, confieso, hasta pequé de soberbia cuando le exigí que me ayudara”.
Valeria recuerda la fallida quimio: “Fui con mi familia. La doctora, antes de hacerme pasar al tratamiento, me revisó y abrió grande los ojos. ¿Qué hiciste este fin de semana? ¿Qué pasó aquí?. Estás sin tumores. Algo raro pasó”, repetía la doctora, mientras Valeria tenía plena certeza de lo que había pasado. “¿Usted cree en los milagros?”, lanzó a la sorprendida profesional. Y se contestó a sí misma: yo sí. Los médicos cerraron su historia clínica con dos palabras: “involución espontánea”.
“Lo que necesitamos es encontrarnos con la documentación precisa para mostrar científicamente que eso es un milagro”, cuenta Narambuena.
“Quiero que sea más de lo que es, que sea santo ya. Porque creo que se lo merece. He ido a muchos lugares pero a Ceferino no falto”.
Amalia de San Antonio Oeste, que desde hace 8 años viene a la ceremonia.
Las actividades de hoy y un saludo especial.
La misa central de la celebración, que comenzará a las 11, será oficiada por el obispo de Viedma, Esteban Laxague. Se espera que haya un fuerte mensaje por distintos temas que han tenido a la iglesia católica como centro: la ley de despenalización del aborto, la situación política y social del país, los pedidos de separación del estado de la iglesia. Además, y de manera particular, el propio obispo siempre reclama justicia por el caso de la desaparición de Daniel Solano. Ahora, tras conocerse la sentencia a cadena perpetua a los siete policías acusados, se espera que también haga mención

El papa Francisco, quien supo estar en el parque ceferiniano para la beatificación de Ceferino, envió un saludo a los fieles que fue leído en las misas que se han venido realizando durante las últimas jornadas. “ Pienso en la multitud de peregrinos que se acercaran al santuario con el corazón lleno de esperanza y me siento movido a unirme también yo a sus peticiones que son un clamor de fe y confianza. Que Ceferino nos escuche e interceda por nosotros para que podamos llevar una vida de entrega y amor como la suya”.
Publicado en Diario "Río Negro", 26/08/2018.

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