miércoles, 11 de julio de 2018

La venta de Moño Azul, una difícil negociación con Patagonian Fruits.

Patagonian Fruits evalúa la compra de Moño Azul.

Altos directivos de la firma están negociando con sus pares italianos, aunque hay hermetismo alrededor de la situación.

Saber esperar es una de las virtudes más importantes a la hora de tomar buenas decisiones. Desarrollar la paciencia tiene muchas ventajas, las que pueden llegar a afectar directamente el desarrollo de una empresa. Hugo Sánchez, titular de la firma frutícola Patagonian Fruit Trade (PFT), tiene en claro todo este tipo de definiciones a la hora de avanzar en la adquisición de nuevos activos.
Una noticia que se manejaba como rumor hasta este fin de semana, movilizó a gran parte del sistema frutícola del Alto Valle de Río Negro y Neuquén. Altos directivos de la empresa PFT están negociando con sus pares italianos de la firma Moño Azul una alianza estratégica para consolidar sus ventas en todos los mercados, a los que acceden hoy ambas empresas.
“Las negociaciones para consolidar una alianza comercial están en marcha”, confiaron fuentes que participan de este principio de acuerdo desde el viejo continente. Teniendo en cuenta la situación económico-financiera de cada una de las empresas, difícil es hablar de una alianza. Todo indica que sería una compra de los activos que hoy tiene Moño Azul en el país por parte de PFT. De concretarse la operación, PFT se transformará en la empresa más importante de la Argentina en el segmento comercial de frutas frescas.
“Río Negro” se comunicó con directivos de Moño Azul para consultar sobre el tema, quienes señalaron que “no están autorizados a conversar sobre un tema que desconocen”. Desde PFT, la respuesta fue aún más categórica: “no vamos a hablar. Ya es la cuarta vez en estos últimos tres años que nos quieren adjudicar negociaciones con Moño Azul. No hay nada de eso”. Pero en el ambiente de los negocios se sabe que, cuando dos empresas se niegan a hablar de un tema que las involucra, algo de cierto hay. En este caso las únicas confirmaciones llegaron desde Italia y, en definitiva, las negociaciones están. Lo que no está en claro si avanzarán o no.
Moño Azul ha sufrido con mucha crudeza la crisis que afecto la actividad frutícola regional en estos últimos años. Sus estadísticas de ventas, tanto al mercado externo como en las góndolas locales, así lo referencias. Los números de exportación por el puerto San Antonio Este, la principal salida que tiene el sector para los mercados de ultramar avala este concepto: durante la temporada 2005, todavía Moño Azul en manos de capitales locales, sus embarques de frutas alcanzaban 39.000 toneladas; en la pasada campaña (2017) tan sólo tocaron las 11.900 toneladas.
La crisis frutícola del Valle, cuya última etapa emergió a partir de 2009, golpeó de lleno al sistema. Claramente, Moño Azul no quedó fuera de este esquema. Todas las empresas, en mayor o en menor porcentaje, terminaron por ceder mercados en ultramar con una oferta que fue desplazada en forma progresiva por fruta de otros orígenes.
Hace algo más de cuatro años que la empresa Moño Azul comenzó en todo el país con su proceso de desinversión. La llegada desde el norte de Italia de Tonino Beccegato como CEO de la empresa en la primavera de 2014, dio inicio a la primera parte de esta operación. En ese tiempo se deshicieron de chacras y galpones de empaque por fuera de toda la estructura central de la empresa. Los fondos conseguidos con estas operaciones fueron derecho a los gastos operativos de Moño Azul. Pero ya sin activos marginales para vender y con los bancos reacios a apoyar con créditos al sector, la empresa se encuentra en un verdadero problema para dar inicio a esta nueva temporada. Una de las salidas que encontró a este complicado futuro, es ofrecer a PFT sus activos y las operaciones de gran parte de su oferta productiva.
Poco se sabe del acuerdo.
Según fuentes que intervienen en las conversaciones, existe un acuerdo de confidencialidad entre las empresas que no permiten dar oficialmente detalles sobre las negociaciones que se están llevando a cabo. El hermetismo es casi total.
Pese a ello, este diario pudo saber que PFT estaría interesada en adquirir los activos de la firma Moño Azul y que ya hace unas semanas técnicos de esta firma están analizando balances en las oficinas que posee la empresa italiana en Guerrico.
También trascendió que está en proceso de estudio la forma y los tiempos en que PFT se haría cargo del manejo de todo el complejo agroindustrial, de llegar las conversaciones a buen puerto. En principio, de dar el visto bueno a las conversaciones, la comercialización de fruta para la temporada que viene estaría en manos de la familia Sánchez.
Esta semana continuarán las negociaciones, en los altos niveles de la compañía, pese a que el titular de PFT se encuentra descansando por unos días en Estados Unidos.
Las conversaciones entre Patagonian Fruits Trade (PFT) y Moño Azul tienen un alto grado de complejidad. Lamentablemente, la firma perteneciente a la familia Orsero no se encuentra en una buena posición para negociar.
Para Hugo y Federico Sánchez, presidente y vice de PFT respectivamente, la idea de absorber todos los activos de Moño Azul no es algo que los desvele. Del otro lado, como interlocutor de Moño Azul esta el COE de Familia Orsero, está Paolo Prudenciatti, un hombre que viene de liderar varias multinacionales frutícolas en Europa y ejecutivo de confianza de los Orsero.
Pero por qué es difícil que PFT termine de hacerse cargo de Moño Azul, por lo menos en lo que al corto plazo se refiere. Cuatro son tan sólo algunos de los inconvenientes que se dejaron trascender en este inicio de las conversaciones.
El bajo nivel tecnológico de sus servicios. Salvo las cámaras frigoríficas que posee la empresa en Villa Regina, el resto de la infraestructura que tiene Moño Azul, en especial en la parte de galpón de empaque, es antigua para los niveles que hoy se manejan en una fruticultura moderna. Reequipar a los dos grandes centros de Vista Alegre y Villa Regina requiere de una millonaria inversión en dólares de la que hoy PFT no cuenta o, por lo menos, no tiene intenciones de colocarla en esos activos.
El alto componente en mano de obra. La firma Moño azul tiene en total 210 empleados permanentes entre trabajadores de campo, del galpón, frío y administrativos. Con los transitorios, supera holgadamente, con una buena cosecha, los 1.300 trabajadores. Es una cifra alta en relación con los niveles de productividad que se deben esperar en cada uno de estos sectores de la cadena de producción y comercialización mencionados.
El problema para financiarse. Una estructura de las características de Moño Azul necesita mucho dinero para dar inicio a la temporada frutícola. Hoy la firma cuenta con una deuda bancaria del orden de los 8 millones de dólares con las entidades locales. Pero la cifra no es sólo el inconveniente. Muchos de estos créditos ya están en categorías 3 (con problemas para el cobro) y 4 (con alto riesgo de insolvencia). Esta categorización la inhibe de poder tomar prefinanciaciones, una herramienta clave para el exportador.
La gran escala que presenta la empresa. Moño Azul es una de las empresas que más activos tiene en todo el Valle de Río Negro y Neuquén. Es muy grande para la fruticultura moderna que hoy requiere estructuras más pequeñas para lograr altos niveles de productividad. Comprar la empresa en toda su dimensión significa hacerse cargo de una infraestructura que insume, todos los años, mucho capital de trabajo, hoy una variable escasa en el mercado argentino para este tipo de pymes.
Pese a todo lo mencionado, las negociaciones avanzan. Y esto muestra que existe la posibilidad de que Moño Azul pueda quedar en manos de PFT.
La marca Moño Azul es un activo intangible de un millonario valor hoy en el mercado frutícola local e internacional. La familia Sánchez es consciente de este dato y contar con ella le permitiría salir a competir con firmeza en un mercado, como es el local y Brasil, que para ellos está hoy subexplotados.
Las conversaciones están firmes. Lo que está claro que los intereses de PFT como comprador tal vez no sean los mismos que tienen las autoridades de Moño Azul como vendedores.
Publicado en Diario "Río Negro", 11 de Julio de 2018.

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