El fin de semana extra largo arrancó con serios contratiempos para los valletanos que optaron por una escapadita a los centros turísticos. Desde las primeras horas de la mañana de ayer las dos principales vías de salida desde Neuquén hacia la cordillera (rutas 7 y 22) se convirtieron en un caos. Largas filas de vehículos fueron la postal que se mantuvo hasta horas de la tarde.
Un dato aportado por la Policía de Tránsito provincial arrojó que por la báscula de Senillosa pasaron durante la mañana alrededor de 50 automóviles por minuto.
Los viajeros debieron retrasar el horario de llegada a destino, respirar profundo, calmarse, tomar unos mates mientras el rodado avanzaba a paso de hombre y en otros casos aprovechar la inmovilidad momentánea para descender del vehículo, caminar un poco y hacer que las mascotas hagan sus necesidades. No faltaron los ansiosos o pocos pacientes que se enojaron con la situación. Pero lo cierto es que nada se podía hacer más que esperar a que la interminable fila fuera agilizándose de los “embudos” principales que tienen las rutas.
La contracara fue la imagen de la capital neuquina y de las ciudades rionegrinas del Alto Valle.
Las zonas céntricas amanecieron casi sin movimientos, con las veredas con muy pocos peatones y en las calles apenas algunos vehículos se asomaban en las esquinas. Una postal totalmente antagónica de lo que fue la caótica mañana de miércoles donde todos corrían por el cierre anticipado de los bancos.
Y para asombro de los que se quedaron en Neuquén, encontrar un lugar para estacionar en un radio de cinco cuadras a la redonda del monumento a San Martín volvió a ser posible.
El centro comercial no mostró mucho movimiento, varios negocios cerrados y los comerciantes que abrieron sintieron el vacío de la ciudad reflejado en las ventas. El encargado de un negocio del bajo neuquino, Matías Rojo opinó que “la gente estuvo especulando mucho. Como el feriado tocó a fin de mes, la gente se guardó la plata para irse”.
La vendedora de una librería, Estela Alessandrini dijo que “a veces a nosotros nos ayuda tener gran variedad de productos de librería, si no fuera por eso sería diferente, pero en esta época siempre están tranquilas las ventas. Sucedió lo mismo el año pasado”.
Una vendedora de un local de indumentaria deportiva, Carolina Ramos afirmó que “la mañana estuvo muy tranquila, recién a las 11 de la mañana entró el primer cliente”. Sin embargo la vendedora contó que el miércoles sí hubo movimiento. “Se acercó mucha gente a comprar indumentaria para irse a la cordillera”.
Los comerciantes consideraron que recién el martes por la tarde se notará una reactivación.
Publicado en Diario "Río Negro", 30/03/2018.
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