Tanto a nivel regional como nacional, las expectativas de la vendimia 2018 son buenas en cuanto a calidad y cantidad por cuanto la cosecha ha empezado en un escenario normal. Con todo, los volúmenes serán inferiores a los registros históricos.
Así las cosas, “ la expectativa es empezar a normalizar un poco toda la parte de producción de Argentina”. Los dichos pertenecen a Guillermo Barzi, presidente de la bodega Humberto Canale, establecimiento decano del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.
“Estamos hablando de una estimación que hace el Instituto de Vitivinicultura, de 22 a 23 millones de quintales para todo el país y las estimaciones privadas dicen lo mismo, así que vamos a generar una cosecha casi normal, mejor que la del año pasado”.
Históricamente, los máximos nacionales se ubicaron en torno de los 26 millones de quintales, cosechas “que creo que nunca más las va a haber porque lo que pasó en el país con todas esas uvas de baja calidad que había en el este de Mendoza se fueron abandonando un montón de viñedos, lo mismo que está pasando acá en la parte frutícola”, reflexiona Barzi. Una visión que podría decirse optimista y enrolada en el concepto de que “menos es más”.
En cuanto a los precios, el empresario predijo que van a ser similares a los del año pasado en uvas de buena calidad mientras que en las de condición regular, “van a ser menores”. No precisó valores puesto que son muy lábiles según la variedad. Un merlot puede estar a 8 pesos el kilo y un malbec oscilar fuertemente, entre 13 y 17, según su calidad.
Veterano de decenas de vendimias –su bodega es centenaria y pionera en la región– Barzi se preocupa en aclarar que cuando se habla de industrialización de la uva, hay que tener muy en cuenta que Mendoza y San Juan representan el 85% de la producción argentina y que Río Negro y Neuquén son “una pequeña perlita” con apenas 5.000 hectáreas plantadas, frente a las 230.000 ha en todo el país.
Y esa distinción es sustantiva –dice Barzi– porque “al hablar de Argentina hablo de Mendoza, y allí los dos últimos años fueron los dos peores de la viticultura desde el punto de vista de las cosechas”.
“La 2016, pésima calidad y cantidad; y la de 2017, mala cantidad pero buena calidad”. Esa fuerte merma de volúmenes ”ocasionó que la parte de precio subiera considerablemente el valor de las uvas”.
En lo regional, “este año está todo normal. La cosecha va a ser buena y como vemos el clima también; el clima acá nunca jorobó mucho, salvo las heladitas primaverales que a veces molestan. Nosotros prevemos alrededor de 1.100.000 kilos que darán unos 800.000 litros de vino”.
Publicado en Diario "Río Negro", 11 de marzo de 2018.
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