En Villa Regina, donde la obra de ampliación a cuatro carriles con calles colectoras se ejecutó y habilitó hace varios años, y donde se mantuvo el nivel de la ruta sin la construcción de pasos elevados, la situación es diferente.
Comerciantes ubicados sobre la calle Santa Flora, paralela a la ruta 22 sobre la mano norte de dicha vía, la que funciona como calle colectora, indicaron que si bien durante la ejecución de las obras de ampliación sí se vieron afectados, posteriormente se mantuvo el ritmo de ventas.
En Regina hay una veintena de comercios sobre la calle Santa Flora desde la intersección con la avenida General Paz hasta la calle Roca, con rubros que varían desde gomerías y estaciones de servicios, a despensas, lubricentros, venta de repuestos, talleres, restaurantes, hoteles y corralones de materiales.
Horacio Costa es propietario de uno de los comercios con mayor antigüedad en este sector, dedicado a la venta de herramientas e implementos para tareas agrícolas. Para él, la ampliación trajo complicaciones. “Antes, los autos paraban de uno y otro lado de la ruta y ahora es imposible. Para llegar acá tienen que dar una vuelta y estacionar sobre la calle Santa Flora”.
No obstante apuntó que “en general, como son comercios específicos en sus rubros, el movimiento es con los compradores locales y no con el pasante por la ruta”.
Por su lado Silvana Pancani, propietaria de otros de los comercios con mayor historia frente a la ruta 22, coincidió que la obra de ampliación no generó complicaciones para el movimiento comercial. “La calle Santa Flora tiene un importante volumen de tránsito. Quedó una calle que permite la circulación y estacionamiento y para el comercio eso lo favorece”.
Publicado en Diario "Río Negro" (Edición Nro. 24.760), domingo 2 de julio de 2017, página 3.
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