El resultado de la elección municipal de Villa Regina del domingo que viene impactará más allá de los límites de esa ciudad. Como será, además de un ensayo, una enseñanza para el 2019, oficialistas y opositores reconfigurarán sus estrategias a partir del lunes 16.
Por ahora, hay dos candidatos a suceder a Alberto Weretilneck en la gobernación: el intendente de Roca, Martín Soria, en el PJ, y el diputado nacional Sergio Wisky, en Cambiemos. Uno administra sus palabras y especula con sus apariciones; el otro hace, desde el año pasado, el desgaste en una fuerza que ni siquiera definió una estrategia para el 2019.
La circunstancia hace que la elección sea muy parecida a la de Bariloche en el 2013 (Omar Goye no se fue solo sino que fue destituido): hay que elegir intendente para completar el mandato de Daniel Fioretti, de Juntos, que renunció luego de que se le iniciara un proceso de juicio político apoyado por los concejales de su propia fuerza. Había ganado por apenas un puñado de votos.
Hay sólo cuatro candidatos: Carlos Vazzana (PJ-Frente para la Victoria, que le peleó la elección anterior a Fioretti), Marcela Ávila (Juntos Somos Río Negro), Carlos Rodríguez (UCR-Cambiemos) y Norma González Dardik (Frente de Unidad Trabajadora).
Soria le puso el cuerpo a la campaña de Vazzana y espera cosechar el beneficio de un triunfo. En ese caso, leerá el resultado como un escalón más de una carrera hacia la gobernación.
Al candidato radical también lo apoyó Cambiemos: desde sus diputados nacionales (Wisky y Lorena Matzen) hasta los delegados de organismos nacionales en Río Negro y el presidente del bloque de diputados nacionales del radicalismo, Mario Negri.
Ávila es una técnica de la Agencia de Recaudación Tributaria y ex secretaria de Hacienda de Villa Regina en dos ocasiones. Le adjudican cercanía con el presidente del bloque de Juntos en la Legislatura, Alejandro Palmieri. En el tramo final de la campaña, el gobernador Weretilneck volverá a tratar de que su presencia se traduzca en votos para su candidata.
Al día siguiente de la elección habrá muchas lecturas para hacer. A todos les servirá la elección.
Si se impone el PJ, será:
• Un signo positivo más en el camino de Soria hacia Viedma, luego del triunfo de su hermana María Emilia en las legislativas del año pasado. ¿Será Magdalena Odarda su compañera de fórmula?
• Una advertencia para Cambiemos y Juntos: separados pierden. De todos modos, la posible sociedad hacia el 2019 está más en la cabeza de las superestructuras que en la de los posibles candidatos.
Un triunfo de Juntos o de Cambiemos hablaría de:
• Una alteración en el humor electoral de los rionegrinos (al menos en el este del Alto Valle).
• Un enorme bache en la ruta que se trazó Soria.
En la experiencia del 2013 de Bariloche, María Eugenia Martini se impuso gracias a la fuerza electoral que aún tenía el kirchnerismo, pero la imagen del presidente Mauricio Macri no repunta en la provincia como para que sus políticas incidan. Para colmo, el martes el ministro de Agroindustria de la Nación, Luis Etchevehere, pasó por Roca y no recibió a los productores frutícolas, que en Villa Regina tienen su peso.
A los que imaginan que el macrismo y Juntos enfrentarán a Soria con un candidato común les cuesta ver al vicegobernador Pedro Pesatti como el representante de esa alianza. En cambio, el barilochense Gustavo Gennuso tiene un mejor perfil; su pragmatismo lo asemejaría a Weretilneck si no fuera porque la política le interesa menos que el gobierno.
Gennuso viene de ganar una pulseada en el Concejo Municipal: logró que se aprobara su acuerdo con la familia Trappa para extender la concesión del cerro Catedral hasta el 2056. El trámite tiene destino judicial, pero su suerte dependerá de lo rápido que se muevan la intendencia y la empresa, por un lado, y los que resisten, empezando por los tres concejales del FpV.
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