Regina ofreció una nueva pantalla victoriosa en el camino del Frente para la Victoria hacia el 2019. Pero no transcurrió siquiera una semana desde ese triunfo y el peronismo ya tiene a la vista otra vez los obstáculos principales para consolidar sus chances de volver a la gobernación.
¿Qué tan amplio será el espíritu integrador de la conducción del PJ? ¿Hasta dónde cederán los principales dirigentes justicialistas para compartir el protagonismo con los líderes de otras fuerzas que lleguen para reforzar la oposición a los gobiernos nacional y provincial? ¿No hay que contener primero a los “compañeros” antes que a los nuevos aliados?
Las preguntas se reactivaron muy poco después del festejo del domingo, alentadas desde el bloque legislativo provincial.
“El Partido Justicialista es, fue y será siempre la columna vertebral del Frente para la Victoria. En la provincia de Río Negro es un partido fuerte, que aún con sus idas y vueltas, siempre tendrá la representación territorial de mano de sus intendentes”, afirmó ayer el legislador Ariel Rivero.
¿Qué pasó para que el referente pichettista emitiera un comunicado en esos términos?
Horas antes, la senadora Magdalena Odarda había dicho en una entrevista radial que ante la posibilidad de una alianza electoral de cara al 2019 “tienen que haber distintos partidos, entre ellos el PJ, partidos de izquierda, sectores sociales, sindicatos”.
El legislador puso en palabras la incomodidad que generó la cercanía de la senadora con Soria, primero en la Fiesta de la Manzana y hace dos semanas con una reunión en el municipio de Roca, de la que surgió una amplia “agenda compartida”.
“Aunque Odarda intente poner un manto de igualdad a las ideas políticas actuales, ella fue oposición desde el año 2003 y hasta el 2015”, recordó Rivero, destacando además “un dato no menor”: “No podemos olvidarnos, que en la última elección a intendente en la capital provincial, Odarda fue con una lista colectora unida a los radicales y lo único que consiguió es dejar fuera de la intendencia al FpV”.
Además ayer Pichetto y Odarda se cruzaron en el Senado.
En el grupo más cercano a Soria saben de las molestias que provocó la irrupción de la senadora y su flamante partido RIO, pero no habrá señales públicas.
Por caso, la exintendenta de Bariloche, María Eugenia Martini, transmite hacia fuera una mirada positiva sobre la cercanía con Odarda y prioriza el avance en la construcción antimacrista por encima de una eventual competencia por el segundo lugar en la fórmula con Soria.
Ese paraguas opositor al gobierno nacional también le sirvió al intendente de Roca para acercar a dirigentes que se habían distanciado. Es el caso del legislador viedmense Mario Sabbatella, quien dejó el bloque del FpV el año pasado después de su frustrado intento de competencia interna para ser candidato a diputado. Ambos se reunieron a principios de mes, coincidiendo –según el legislador– en que “el momento del país y de la provincia reclama la unión profunda de todo el peronismo”.
Publicado en Diario "Río Negro", 19/04/2018.
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