En primera persona: escribo cosas y no me baño.
Personalidades de distintos ámbitos de Bahía Blanca hablan de su vida en tiempos de pandemia. Hoy, la escritora Lena Diaz Pérez.
Lena Diaz Pérez.
(…) los días se dividen en hoy le pasé lavandina a la mesada
hoy le pasé lavandina a los pisos
hoy le pasé lavandina a la heladera
hoy se quemó el lavarropas.
Nada más.
A esos versos los escribí un día en el que sentía que los
días eran eso, sólo eso, no otra cosa. Con altibajos como todo el mundo,
imagino, escribo en mi diario íntimo de tapa de peluche las emociones que voy
experimentando. No recuerdo haber estado tan quieta antes y quiero registrar
todo lo que eso me significa.
La escritura está
más presente en este momento que otras actividades cotidianas, en serio, todos
los días escribo pero hay días que no me baño. Entonces puedo decir que en este
contexto la escritura es más importante para mí que lavarme el pelo. Puedo escribir
en condiciones de hacer papas fritas en mi cuero cabelludo y lo hago.
Hay dos días a la
semana sin embargo que pasan distinto y se dividen del resto: los martes y
miércoles poco antes del mediodía, con mi amiga y colega Juliana Baez entramos
a Zoom para encontrarnos con los participantes del taller literario impulsado
por el área de extensión de la Universidad Nacional del Sur que tenemos la
alegría de coordinar. ¿Quiénes son los participantes? Jóvenes y adultos que se
encuentran hoy privados de la libertad en la Unidad Penitenciaria n° 4 de Villa
Floresta. En el tiempo que duran nuestras reuniones virtuales leemos,
debatimos, compartimos ideas, escuchamos canciones y proponemos actividades de
escritura para el próximo encuentro. Hoy
probablemente nos estemos sintiendo más solas y solos que otras veces, con Juli
pensamos, si nos sentimos solas nosotras, ¿Ellos cómo se sentirán? y nos
importa. Entonces compartimos lo que conocemos y lo que nos acompaña: la
literatura.
Leímos poemas de
Fernanda Laguna, de Gastón Vázquez, leímos fragmentos de la Odisea y hablamos
del camino del héroe. Hablamos de los héroes y las heroínas, de la
re-significación de los valores. Escuchamos la canción de Viejas Locas ¨Homero¨
y nos preguntamos si el viajero de la Odisea y el obrero de la canción
compartían algo. Pensamos en Juana Azurduy y San Martín, en las Abuelas de
Plaza de Mayo y en El ángel de la bicicleta. Problematizamos el concepto de
héroe y heroína en figuras de cómic, figuras cotidianas. Mamá. Papá. Nosotras.
Ellos.
Entonces el
miércoles cuando terminamos el segundo encuentro de la semana nos quedamos
reunidas por videollamada armando el siguiente: ahora vamos a leer la leyenda
de la yerba mate y la vamos a escuchar leída en guaraní, su lengua original.
Cuento esto porque
es una de las actividades más interesantes de las que estoy siendo parte. La
idea de vivir una pandemia no creo que a alguien pueda divertirle demasiado, el
mundo entero está luchando contra eso y no hay quien pueda decir ¨yo zafo¨
porque todas/os habitamos este mundo.
He visto
últimamente en los posteos de compañeras y compañeros que se recibieron en este
contexto la afirmación ¨nadie se recibe solo/a¨. Concuerdo y me emociono. Nadie
se recibe solo/a. Nadie escribe solo/a. Escribir es morir pero es multiplicarse
también. En un momento en el que todo parece incierto, una cosa sabemos: nadie
se salva solo/a. Y en esas ando. Si el disparador para escribir la columna para
este diario era cómo estoy atravesando la pandemia, la cuarentena, el
aislamiento, el distanciamiento es pensando, haciendo trabajar la máquina.
Pienso, escribo, leo, comparto y no me baño tanto. No estoy muy orgullosa de
esto último pero bueno. No sé. Sucede.
Se suele pensar en
la lectura y la escritura como prácticas solitarias, yo ya no puedo pensarlas
así. Poniendo el foco en el día de hoy, quizás menos. Del otro lado de la
pantalla hay un montón de personas sintonizando un vivo de Instagram, leyendo
un blog, viendo una transmisión por Facebook, por Youtube. La virtualidad nos
permite entrar a una reunión de Streamyard desde distintos puntos del mundo y
leernos poesía. Nos encontramos. Si quisiéramos encontrarnos en papel, las
editoriales independientes están trabajando y mandando material a distintos
puntos del país, armando promociones y haciendo posible la circulación de
libros de sus sellos. Haciendo posible también esos encuentros. Apoyar el arte
local y el arte independiente es importante y siempre vale la pena. Siempre.
Eso sí lo sé: siempre.
Banquemos un poco
más para comer el asado, festejar el cumpleaños, compartir el mate. Mientras
tanto podemos escribir poemas sobre las ganas que tenemos de comer asado,
festejar el cumpleaños, compartir el mate y hacer pogo en un recital.
Quién es Lena.
Lena Diaz Pérez
nació en Villa Regina, Río Negro en el año 1994. Actualmente es estudiante del
Profesorado y la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional del Sur.
Desde el año 2019 co-coordina el Taller Literario en la UP4 de Villa Floresta.
Publicó la novela juvenil No te me insinúes más, por favor (2014, EDIUNS) y los
poemarios Evitarás el escándalo (2019, Hemisferio Derecho) y No hablarás con
extraños (2020, Gerania editora). Participó de la 2da residencia para jóvenes
poetas en el Festival Internacional de Poesía de Rosario (FIPR) y como poeta
invitada del Festival de Poesía Latinoamericana de Bahía Blanca y del Festival
de Poesía de Acá de la ciudad de de Mar del Plata.
Publicado en Diario "La Nueva" de Bahía Blanca, jueves 25 de junio del 2020.
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