El arroyo Salado, al igual que la ruta 22, divide en dos a Villa Regina, y si bien forma parte del paisaje natural con el que se encontraron los colonos cuando llegaron a estos parajes, la acción de los hombres transformó este curso de agua en un tema de preocupación por la sanidad y mantenimiento del mismo.
Residuos de todo tipo arrojados a su interior, más el volcado de efluentes, en algunos casos hecho por el mismo municipio, hace que su condición sea un tema de preocupación sin que hasta el momento se haya logrado dar con una solución integral, pese a que periódicamente distintas instituciones y vecinos hacen oír su reclamo.
Hubo varios intentos de soluciones durante los últimos años, pero en ninguno de los casos se llegó a una salida definitiva, como la realización de proyectos de canalización en un tramo en la zona de Villa Regina, y la colocación de gaviones con piedras en otro, pero eso sólo es un ínfima parte de los casi 34 kilómetros que tiene este curso de agua que corre paralelo a la ruta 22 desde Godoy hasta Chichinales.
Con el objetivo de dar una solución parcial a los inconvenientes, al menos en el tramo donde el arroyo Salado convive con Villa Regina, desde el municipio local se presentó ante el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de Nación, un proyecto para la sistematización del arroyo a lo largo de cuatro kilómetros.
La idea del proyecto es reducir el cauce, establecer un área de circulación para el mantenimiento, y mantener espacios de filtración para las napas sobre los taludes. Al reducir el cauce se busca acelerar el paso del agua y como consecuencia evitar el crecimiento de plantas acuáticas, las que a su vez provocan la retención de basura que es arrojada al curso de agua.
El proyecto que se presentó al Ministerio de Ambiente de Nación, tiene una estimación de inversión de unos ocho millones de pesos. Días atrás, funcionarios de dicho ministerio recorrieron Villa Regina, donde entre otros puntos vieron la situación del arroyo Salado. Se espera en pocas semanas más tener una respuesta a la iniciativa.
El intendente interino, José Rayó, explicó que el proyecto fue ideado por técnicos del municipio, que proyectaron a lo largo de casi cuatro kilómetros realizar la sistematización del arroyo con la colocación de placas de hormigón. Sobre el sector más elevado de los taludes laterales, se proyectó la colocación de placas de hormigón perforadas, para de esta manera permitir el drenaje de líquidos de las napas; posteriormente se prevé la colocación de placas de hormigón de manera horizontal, a modo de vereda para tareas de mantenimiento, mientras que sobre el cauce se colocarán placas de hormigón verticales para producir la canalización del arroyo.
Actualmente el arroyo tiene taludes laterales de tierra, y sólo en dos porciones que no suman más de 100 metros en conjunto, el arroyo fue canalizado. En tanto que a lo largo de casi unos dos kilómetros, el municipio reginense realizó durante los últimos años tareas de parquización, con lo que quitó los espacios para realizar mantenimiento con maquinarias. Por este motivo desde hace ya más de cinco años que no se realiza un dragado ni limpieza de este curso de agua.
“Vamos a pedir modificación en la concesión”
El presidente del Consorcio de Riego y Drenaje de General Enrique Godoy, Villa Regina y Chichinales, Diego Barenghi, indicó que el mantenimiento del arroyo Salado se encuentra concedido a esta institución por el DPA, aunque por falta de recursos y de espacios no se han realizado en los últimos años tareas de mantenimiento.
“El contrato de concesión del DPA para el Consorcio de Riego se encuentra vencido y debe ser renovado, por este motivo vamos a pedir que se modifique el convenio y que las obras de mantenimiento que se deban realizar sobre el arroyo estén a cargo de los municipios, ya que son parte importante en su uso”, indicó Barenghi.
Por otra parte explicó que en los últimos días el Consorcio tomó conocimiento sobre el proyecto de sistematización que presentó el municipio reginense ante el Ministerio de Ambiente de Nación, aunque señaló que “no fuimos consultados al respecto, pero nos parece bien que se plantee una idea para mejorar el arroyo, aunque sea en un tramo corto de cuatro kilómetros”.
Barenghi insistió que el arroyo salado tiene una extensión de 34 kilómetros, con su nacimiento en Ingeniero Huergo y descarga al río en la zona conocida como Cerrito de Piedra en Chichinales. “Durante mucho tiempo el arroyo fue mal usado, porque se arrojó basura de todo tipo y no se realizaron tareas necesarias para su mantenimiento. Hoy hacer esas tareas está fuera del alcance económico del Consorcio, porque estamos hablando de obras que tienen costo millonario”, apuntó.
Indicó que de todos modos en las últimas semanas el Consorcio comenzó con tareas de limpieza de embanques de arena en la zona de Chichinales, tareas para la que se espera contar con la asistencia financiera de la provincia.
“Si hoy quisiéramos hacer las mismas tareas en Regina, sería imposible porque no se dejó librado el camino de sirga. Una gran parte de las márgenes del arroyo fueron parquizadas, por lo que de colocar una máquina se rompería todo este trabajo, mientras que en otros sectores se autorizó la instalación de autoparques y construcciones, por lo que tampoco se puede pasar por estos lugares” señaló finalmente Barenghi.
En cifras
8.000.000
de pesos es la inversión estimada por la comuna de Regina para poner en marcha el proyecto.
34 km
de extensión tiene el arroyo Salado, con su nacimiento en Ingeniero Huergo y descarga en Chichinales.
Pese al maltrato, aún conserva espacios inigualables
Pese al maltrato que ha sufrido durante años, el arroyo Salado aún conserva en algunos tramos su fauna y flora natural, con la presencia de humedales y fauna como garzas blancas y patos, que en muchos casos sorprenden a quienes pasan por la ruta 22.
En 2009 la arquitecta Liliana Barión presentó un proyecto para un aprovechamiento integral del arroyo Salado en el tramo que atraviesa Villa Regina, con una propuesta en la que se preveía utilizar parte del agua para regar la zona de meseta al norte de la ciudad.
El proyecto plantea recuperar este arroyo como brazo del río, y en función de eso hacer una planificación estratégica en los seis kilómetros que recorre la planta urbana.
Esta planificación contempla ocho programas de aprovechamiento hidráulico, ordenamiento urbano y forestación.
Para tal fin se planteó la sectorización del arroyo, de manera de un tramo destinarlo a zona de descanso y balneario sobre el extremo oeste y este, un segundo sector de área natural para la flora y fauna, sobre el sector medio, y una zonificación turística y artesanal.
La historia dice que cuando en 1924 los primeros colonos comenzaron a llegar a la zona de Villa Regina, se encontraron con la presencia del arroyo Salado, que en ese momento era un brazo del río Negro de unos 20 metros de ancho, que durante las diferentes temporadas del año modificaba su caudal, subiendo y bajando, e incluso anegando diferentes sectores. Entre las décadas del 60 y del 70 el ingreso de agua desde el río Negro hacia el arroyo Salado fue bloqueado para permitir el desarrollo de explotaciones productivas, y como consecuencia trajo que bajara considerablemente el caudal de agua, que el ancho comenzara a achicarse.
Hoy es un arroyo con agua de manera permanente proveniente en su mayoría de la descarga de napas, al tiempo que es una descarga natural de los desagües pluviales. Tiene un ancho de casi cuatro metros y escasa profundidad.
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