Luego de las elecciones de las que no participará, Alberto Weretilneck iniciará la recta final de su gobierno sin un horizonte político claro. Si la jugada de la re-reelección terminara archivada, apurará los últimos 24 meses para dejar cerradas las prórrogas de tres concesiones en manos de empresas que fueron clave en el tiempo que lleva en el poder: los casinos y el cerro Catedral. Esos grupos empresarios están pendientes de los pasos del gobernador tanto como cualquier agrupación política, en algún caso porque tienen una relación de contratistas con el Estado que durante estos años le ha reportado importantes beneficios.
Uno de esos grupos empresarios es el de los Trappa, con quien Weretilneck mantiene una relación estrecha desde la época en que era funcionario municipal en Cipolletti, con Julio Arriaga de intendente.
El gobernador declaró, en diciembre del año pasado en Bariloche: “soy amigo íntimo de los Trappa, pero separo la amistad de los negocios”. Costosas contrataciones directas han beneficiado al grupo empresario.
El sigilo con el que fueron creciendo los Trappa es la marca registrada del negocio. Hoy tienen, además del buque insignia de los micros de larga distancia Vía Bariloche, media docena de compañías similares, el transporte interprovincial en el Alto Valle, la concesión del cerro Catedral, la Terminal de Cipolletti (base de un centro logístico en crecimiento), y la marca Servicios Aéreos Patagónicos (Sapsa) que con un Learjet trasladan al gobernador Alberto Weretilneck por aire dentro y fuera del país.
Sapsa tiene, además del Learjet 45XR (9 plazas) en el que se mueve el gobernador, un Fairchild Metro 23 (19 plazas). En el invierno pasado, tras el temporal que frenó los vuelos de línea, prestó servicios diarios para unas 30 personas entre el aeropuerto de San Fernando y Bariloche.
El mes pasado Sapsa se adjudicó nuevamente (mediante la licitación 34/17) la contratación por 26.533.000 pesos de los vuelos charter del gobernador. Son 240.000 kilómetros de recorrido que, a diferencia del proceso anterior de 2015 (licitación 53/2015, por un total de 12.840.000 pesos), no incluye los vuelos sanitarios.
En los últimos meses, los vuelos se contrataron, también con la empresa de los Trappa, mediante contrataciones directas que surgían de concursos de precios en las que los otros oferentes fueron Pacific Ocean y Flying America, por montos que van de los 130.000 a los 220.000 pesos. Un viaje que hizo el 1 de septiembre entre Viedma y Bariloche, ida y vuelta, fue contratado por 151.434 pesos.
Los Trappa se han ido diversificando, pero siempre en procura de hallar una manera de pactar con el gobierno del momento, sea Kirchner o Macri, Weretilneck, Verani o Saiz.
Por caso, con la cabaña Curacó, una estancia ubicada cerca de General Acha, La Pampa, especializada en genética, a cuyos remates asistió alguna vez el gobernador Rubén Verna y el ministro de Agroindustria de Nación, Ricardo Buryaile, es proveedor de leña para el Plan Calor de la provincia de Río Negro, con más de una contratación directa.
El fundador del clan, Roberto Trappa, fallecido en un accidente, no llegó a desplegar su idea de desarrollo del cerro Catedral. Desde entonces, Catedral Alta Patagonia cambió dos veces el área comercial.
La empresa nunca dejó de ganar dinero, pero cuando todo se encaminaba hacia un triunfo empresarial histórico (la extensión por 50 años de la concesión y el desarrollo de un plan urbano de 70 hectáreas en la altura de la montaña, a cambio de un plan de inversiones transformador), el intendente Gustavo Gennuso les dijo que no, presionado por una variedad de sectores, representantes de la vida social, gremial y política de Bariloche.
Gennuso no habla públicamente de las presiones, pero quienes lo visitan en el primer piso de la torre del Centro Cívico saben que desde la Nación y la Provincia hacen fuerza para que este año haya un acuerdo con la empresa. Por ahora el intendente piensa en su futuro y medita que el costo político es alto.
Cuando se quedaron con el control de El Valle y Ko:Ko, los Trappa cerraron el círculo sobre el Alto Valle rionegrino y pusieron un pie en Neuquén, donde no se les conocen grandes negocios: con Albus sólo presta el servicio de colectivos urbanos en Chos Malal.
El grupo tiene dos portales de noticias: ANB y ANR. Como todos los sitios web del grupo, están registrados a nombre de la madre de la familia, María Gracia Chimento, aunque la empresa sería conducida por el abogado del grupo, Juan Consolani, y por Matías Perrota.
El futuro de los casinos
Respecto de las salas de juego, las de Viedma, Roca, Las Grutas, El Cóndor, Catriel, Choele Choel y Cipolletti las controla Casinos del Río, una sociedad de Crown Casino, cuyos accionistas visibles son Francis Raineau (un empresario europeo dueño de International Group of Gaming & Resorts) y Juan Carlos Bojanich, de Bahía Blanca, con experiencia en bingos y fabricación de biodiesel.
En la capital provincial, a cambio de la prórroga por diez años de las concesiones la empresa propone construir en terrenos que hoy son del club Sol de Mayo un complejo con sala de juego, hotel y paseo de compras.
En tanto los casinos Tresor están en Bariloche (dos, uno en el centro y otro en la zona comercial de la calle Onelli, dentro del shopping), El Bolsón y Jacobacci. La empresa es Entretenimientos Patagónicos y pertenece a la familia Relats, dueños también del hotel Panamericano. La extensión de la concesión en este caso tiene como contrapartida la construcción de una terminal de ómnibus a la altura de lo que Bariloche necesita.
Río Negro prorrogó –directamente– el contrato por 15 años de cuatro salas de casinos en favor de Entretenimientos Patagonia y, próximamente, todo se encamina para igual renovación de las siete explotadas por Crown.
El gobierno de Weretilneck justificó esa extensión directa en un plan de inversiones de los privados. El aporte de Entretenimientos por sus casinos de Bariloche, El Bolsón y Jacobacci sumarán unos 114 millones en obras. Y su canon actualizado rondará los 55 millones anuales. Su par de Crown reclama igual tratamiento, pidiendo 10 años más, a cambio de construir el complejo hotelero en Viedma por unos 450 millones de pesos.
Weretilneck inició su gestión con una fuerte ofensiva contra los privados de los casinos. Cinco años después, las actitudes y los vínculos se modificaron y, frente al final del contrato de Entretenimientos, el gobierno acordó y amplió este negocio millonario. Las concesionarias no informan de sus ingresos o ganancias, limitándose al cumplimiento de las transferencias exigidas por Lotería. Pero existen datos generados por un antecedente, lo cual permite proyecciones para dimensionar del nivel del circulación en el juego.
Actualmente, el movimiento bruto de los casinos rionegrinos rondaría los 1.000 millones de pesos anuales o 60 millones de dólares. La firma de las salas andinas concentraría un 30%, representando unos 270 millones de dólares en los 15 años de su extensión. Y si Crown logra su pretendida extensión de 10 años entonces sus ingresos brutos estarán en los 420 millones de dólares.
En la capital provincial, el Casino alquila y funciona en un viejo boliche bailable y el municipio exigía su traslado. La obra propuesta por Crown es la solución pero, a cambio, requiere la prórroga por 10 años de la totalidad de sus casinos.
El proyecto generó oposición, incluso entre socios del club y los vecinos del barrio. El diseño ya fue aprobado por el municipio de Viedma y lo mismo ocurrió con Obras Públicas de la provincia. Ahora, el análisis se concentra en la decisión de Lotería sobre la pedida ampliación del negocio y, eventualmente, sus condiciones. El otorgamiento en favor de Entretenimientos es un antecedente favorable. Además, el gobierno parece encaminado en ese sentido. El gobernador pondera el “complejo hotelero” y, recientemente, se enojó en Viedma con un periodista radial por su oposición.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 8 de octubre de 2017.
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