sábado, 3 de septiembre de 2016

Escasa planificación para una obra estratégica En materia vial, nuestras autoridades suelen reaccionar ante hechos consumados.

La reactivación de las demoradas obras de ampliación y mejora de la Ruta Nacional 22 volvió a dejar en evidencia que, en materia vial, nuestras autoridades suelen reaccionar ante hechos consumados antes que planificar para prevenir situaciones que terminan costando vidas y bienes.
Vialidad Nacional comenzó en estos meses con varias obras relacionadas con la concreción de la autopista en la Ruta 22, en los tramos entre Cipolletti y Allen y a la altura de Ingeniero Huergo, mientras dialoga con otros municipios, especialmente General Roca, para las licitaciones de los tramos 3 y 4 de la obra, los tramos Cervantes-Roca y Roca-Allen.
La sorpresiva visita que realizó esta semana el delegado de Vialidad, Raúl Obieta, al intendente Martín Soria ayudó a distender un poco la tensión generada en torno a la elevación de los accesos de la autopista en su paso por la ciudad. Por ahora ambos mantienen sus posturas: mientras Nación quiere mantener los terraplenes proyectados, aunque ofrece disminuir su altura, el Municipio mantiene su rechazo a la “muralla china” que a su juicio partiría en dos la ciudad y afectaría el comercio y turismo local. Además, insiste en la realización de una audiencia pública para debatir el tema, algo que no parece estar en los planes del gobierno nacional, que teme al efecto cascada: otras ciudades afectadas podrían realizar un pedido similar.
Mientras tanto, el foco de atención se trasladó hacia la maltrecha Ruta Provincial 65, que fue protagonista esta semana de numerosos siniestros viales. Alternativa obligada por los trabajos que se están haciendo en la 22, se vio sobrecargada de tránsito y volvió a mostrar las falencias que la hacen un camino peligroso: abundantes pozos, banquinas en malas condiciones, deficiente señalización y accesos en mal estado, especialmente en los ingresos a Cipolletti y Fernández Oro. Todo eso sumado a la actitud de los conductores, que lejos de extremar las precauciones por las condiciones del camino siguen circulando a exceso de velocidad y realizando arriesgadas maniobras de sobrepaso, en su intento por recuperar el tiempo perdido debido a los desvíos.
La denominada ruta Chica fue testigo del cuarto caso fatal, cuando una mujer que caminaba con sus hijos falleció tras ser atropellada mientras intentaba salvar al más pequeño, que se había soltado de su mano y accedió a la cinta asfáltica. En los días siguientes, se produjeron varios accidentes menores debido al súbito incremento de tránsito, que pasó de 800 vehículos a más de 1.500 en horas pico. A partir del trágico suceso y de las quejas de los vecinos, la Policía de Tránsito provincial anunció varios operativos durante este fin de semana, cuando habrá nuevos cortes en al menos dos partes de la 22, uno el fin de semana y otro a partir del lunes.
La situación de la Ruta 65 es preocupante de cara a lo que se viene. Siguen demoradas las necesarias tareas de repavimentación, debido a que el gobierno rionegrino todavía no consigue el financiamiento necesario, estimado en 5 millones por kilómetro. Los reclamos más urgentes son por los accesos a Fernández Oro y Cipolletti, donde son cada vez más las urbanizaciones a la vera de la ruta. Pero el tramo en peor estado de toda la vía son los 25 kilómetros que están entre Allen y Roca, que serían la vía alternativa si es que las negociaciones entre Vialidad y los municipios llegan a buen puerto. Las proyecciones indican que las obras comenzarían hacia fin de año o comienzos del que viene, en plena temporada frutícola y de movimiento turístico, cuando el corredor del Alto Valle está en su uso más intensivo.
Es de esperar que las autoridades nacionales y provinciales tomen en cuenta los enormes problemas que se generaron durante esta semana y agilicen gestiones para terminar con las obras de bacheo en marcha y comiencen las de señalización, repavimentación y construcción de reductores de velocidad en los accesos de la ruta Chica en zonas urbanizadas, antes de que se produzca todo este movimiento. Los operativos policiales de tránsito continuos son apenas un paliativo y deberían formar parte de una planificación conjunta más amplia entre quienes realizan las obras, para no transformar los caminos de la zona en trampas mortales, especialmente durante los fines de semana.
Publicado en Diario "Río Negro", 3 de septiembre de 2016.

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