Sin terminar de asimilar el golpe de las PASO, la política
provincial reorienta sus estrategias para las elecciones generales de octubre.
La intendenta Soria captó y potenció la tendencia del voto a personas antes que
a partidos. Los gremios saben que se abre una etapa de revisión del empleo
público.
Por Hugo Alonso.
Martín Soria cerró la semana con una foto en el despacho de
Sergio Massa. Mensaje para mostrar otro ritmo en la campaña.
Una semana no fue suficiente para que la política rionegrina
asimilara el golpe de Javier Milei en las PASO.
Desconcierto, temor y parálisis se cruzan al interior de los
partidos, con proyecciones que van desde lo temerario hasta la esperanza de
poder construir una nueva mayoría, con aquellos que recién ahora están “tomando
dimensión de lo que es” el candidato libertario.
Esa cita textual corresponde a la intendenta de Roca, María
Emilia Soria, que hizo una sinuosa interpretación sobre el escenario
postelectoral.
Dijo que “el pueblo nunca se equivoca”, pero a los pocos
minutos afirmó que “hay un gran desconocimiento de la población sobre lo que
votó el domingo”.
Dijo que su misión inmediata será “echar luz” sobre lo que
representan Milei y sus ideas, pero afirmó en la misma entrevista que lo visto
el domingo pasado nos muestra que “quizás los partidos políticos han muerto”.
La jefa comunal hizo de la ambigüedad partidaria una
herramienta útil durante los últimos meses. Sonrió con Aníbal Tortoriello (PRO)
en su despacho a principios de abril, recibió con la misma amabilidad en mayo a
la gobernadora, Arabela Carreras (JSRN), y declinó la posibilidad de continuar
como autoridad del PJ rionegrino.
Esa postura tiene un hilo conductor con otras de sus
declaraciones de esta semana: “La gente vota la gestión, el que hace, el que
está dando una respuesta”.
No hacen mal en preocuparse dentro de Juntos Somos Río Negro
cuando la ubican como posible líder de un nuevo frente electoral en la
provincia. Todas las señales que dio esta semana la ubican en ese punto de
partida hacia los próximos desafíos electorales.
La calidad del empleo público en debate.
Volviendo a Milei, nadie sabe a esta altura cómo terminará
su camino hacia la Casa Rosada, pero sí puede computarse a favor del economista
el saludable efecto de abrir el debate sobre temas muy importantes para la
recuperación argentina, que hasta ahora aparecían intocables, con signos de
naturalización de los desvíos.
El propio Alberto Weretilneck se verá beneficiado por ese
sacudón en la agenda pública.
Milei promete un notable ajuste en los gastos del Estado,
con eliminación de ministerios, entes y estructuras que a su juicio están
superpobladas y desvirtuadas.
Menos brutal en sus expresiones, el gobernador electo dijo
en su campaña de abril que uno de sus objetivos centrales será la
transformación del Estado, para hacerlo más moderno y eficiente.
Esta semana el líder de ATE, Rodolfo Aguiar, conectó esos
dos mensajes, para admitir que tal vez llegó el momento de revisar no la
cantidad, pero sí la distribución y cumplimiento de tareas de los agentes
públicos rionegrinos, exigiendo sí que se aplique de una vez la ley de
convenios colectivos de trabajo en el Estado.
De a poco, tal vez más lentamente que lo ideal, las puertas
que antes parecían infranqueables empiezan a abrirse para saber si, dentro de
los 60.000 empleados públicos de la provincia, todos cobran por lo que
realmente hacen.
Antes que eso, los rionegrinos verán también una campaña electoral
con mutaciones.
Martín Soria salió segundo en las PASO con un proselitismo
de baja intensidad y podría creerse que a ese mismo ritmo garantizaría una
banca en Diputados. Pero el nivel de alarma del oficialismo nacional es tan
grande que quedaría muy expuesto si no demuestra un esfuerzo mayor. El jueves
se reunió con Sergio Massa y difundió rápidamente la foto, para que todos vean
que ahora sí tiene puesto el overol.
Juntos por el Cambio no aparece menos agitado. La “grata
sorpresa” de Tortoriello por el voto mayoritario a Milei tensó tanto la vida
interna del PRO que ahora el radicalismo tantas veces cuestionado dentro de la
alianza aparece como más confiable para los impulsores de la candidatura de
Patricia Bullrich.
Claro, es el mismo radicalismo que en abril acompañó a
Weretilneck y que, supuestamente, en la próxima Legislatura será parte del
oficialismo al que se opondrá Cambia Río Negro.
Demasiadas avenidas cruzadas como para sorprenderse con el
choque con un dirigente que promete ponerle coto a los viven por y para la
rosca.
Publicado en Diario Río Negro.
Domingo 20 de agosto del 2023.
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