domingo, 1 de noviembre de 2015

Qué falta para que Regina urbanice su barda (informe Diario "Río Negro).

Aunque todos coinciden en que el futuro de Villa Regina debe apuntar hacia el norte con el aprovechamiento de las tierras sobre la meseta, el poder concretar este objetivo parece estar todavía muy lejos debido principalmente a la falta de servicios básicos que permitan instalarse allí a las personas que opten por construir su vivienda en el lugar, a las industrias que planifiquen su asentamiento en el sector y a quienes proyectan emprendimientos productivos.
La falta de servicios básicos como energía eléctrica, gas y en especial agua, pero principalmente agua potable, es uno de los condicionantes para poder avanzar con estos proyectos.
No obstante, desde hace varios años uno de los ejes de trabajo que tomó el municipio local y que se fijó como una política de estado que tendrá continuidad más allá del color político de quien conduzca los destinos municipales, es avanzar con programas que tengan como resultado la plena ocupación de esas tierras.
El proyecto de ocupación de la meseta de la barda al norte de la ciudad ha sido desde el inicio de la colonización de este sector del Alto Valle un objetivo que siempre estuvo latente, pero que recién en 1986 comenzó a vislumbrarse como una alternativa más posible, cuando el municipio adquirió 4.500 hectáreas en esta zona.
Pero pasaron 20 años hasta que el municipio reginense hizo efectiva la propiedad con la escrituración de los terrenos.
A partir de ese momento comenzaron a desarrollarse distintas líneas de trabajo con el fin de establecer la calidad y capacidad de los terrenos para asentar viviendas, industrias y emprendimientos productivos agrícolo-ganaderos.
Uno de los avances más importantes fue la construcción de una nueva calle de acceso hacia la barda norte, proyecto que ya se concretó en su primera etapa, y ahora se espera concretar la segunda parte con la pavimentación del camino, la colocación de guardarraíles de protección, la construcción de veredas y la iluminación.
Pero más allá de este trabajo tangible, no hubo otras tareas concretas para realizar la apertura de calles más allá de las picadas existentes o comenzar a dotar de servicios básicos a este sector de 4.500 hectáreas.
Aunque el área de meseta se encuentra atravesado por líneas de media tensión eléctrica y gasoductos, todavía no se hicieron proyectos para hacer uso de esos recursos.
Sin embargo, el principal condicionante es la falta de agua, básicamente de agua potable que pueda ser utilizada para los emprendimientos industriales que puedan asentarse en este sector y para dotar a las personas que se radiquen con viviendas en este lugar.
Las inversiones que hay que hacer para dotar de servicios básicos a este sector, están fuera de la escala municipal, comentó el intendente reginense Luis Albrieu al realizar un análisis sobre las propuestas concretas para disponer de redes de agua potable luz y gas en la meseta.
De acuerdo a las estimaciones, realizar las obras para disponer de plantas reductoras para crear redes de gas, una estación transformadora para la red eléctrica y redes de agua potable para cubrir las 4.500 hectáreas demandaría inversiones de varios cientos de millones de pesos.
A esta posibilidad de ocupación hay que darle impulso de la mano de inversores privados, comentó por su lado Daniel Fioretti que asumirá como intendente reginense el 12 de diciembre, que en forma coincidente con Albrieu, indicó que se comenzaron a dar los pasos necesarios para avanzar a futuro en la ocupación de las tierras.
Por un lado, desde el Ejecutivo municipal hace ya algunos años atrás se realizó un estudio a cargo del ingeniero Juan Manuel Mendía, que se ocupó de analizar las características de las 4.500 hectáreas propiedad del municipio para hacer una sectorización de áreas que puedan ser utilizadas para urbanizar, otras para espacios verdes y recreativos, áreas industriales y áreas de emprendimientos productivos.
En el último año y medio, financiado por el BID, se realizó un estudio para establecer pautas de trabajo para sacar el máximo provecho de esas tierras, pero aún no se definió ningún plan que permita comenzar a proyectar la dotación de servicios y de esta forma programar sí la ocupación de las tierras.

El rol que se espera del sector privado.


Para el intendente electo, Daniel Fioretti, la posibilidad de ocupar las tierras de la meseta al norte de la planta urbana de Regina va a estar atada a los proyectos de privados que den el puntapié inicial con inversiones para servicios en este sector, mientras que el sector público también tendrá que hacer sus aportes.
"Hay proyectos y las posibilidades existen, el gran problema es el de los servicios, principalmente el agua porque lo que es la parte energética es fácil de transportar. Son importantes las inversiones que hay que hacer, pero lo más complicado es el tema del agua", remarcó Fioretti.
Indicó que "debemos evaluar todas las posibilidades para dotar con este servicio básico, desde sacar agua de perforación, hasta el realizar una estación de bombeo, acopio y tratamiento en la alta barda; obviamente que para eso el gran beneficio que tenemos es la energía, porque al contar con la nueva línea eléctrica de Céspedes, es muy importante no sólo para estos proyectos, sino también la industria", remarcó.
Señaló, por otra parte, que "hay interés de inversores privados para dar el puntapié inicial para el desarrollo urbanístico y productivo en la alta barda. Hay un gran espacio que ha sido adquirido por el sector privado que si ellos toman la iniciativa a nosotros también nos genera un beneficio porque harían la primera línea de los servicios y quedaría para el estado municipal con sus tierras fiscales acoplarse a ellos".

Tratamiento de efluentes y agua para forestar.

Contar con el agua necesaria sobre la meseta para iniciar programas de forestación y abastecer a quienes se asienten en este lugar es uno de los principales problemas que enfrenta el proyecto para hacer uso de las tierras de la barda norte.
Desde el municipio hace más de cuatro años se impulsó un proyecto que tenía una doble finalidad, por un lado dotar a Regina de una nueva planta de tratamiento de líquidos cloacales que se ubicaría sobre la zona de la barda al norte del Parque Industrial y el líquido tratado destinarlo para programas de forestación de estas tierras.
El proyecto logró sortear todos los pasos, aunque para su ejecución se requería del financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, dado que se estimaba que la construcción y puesta en funcionamiento demandaría hace un par de años unos 50 millones de pesos.
Pero la imposibilidad de que el país reciba líneas de financiamiento externo cerró la alternativa de contar con esos recursos para avanzar con la obra.
No obstante, el municipio no dio por cerrada la posibilidad de su ejecución y recurrió a la provincia para que un porcentaje de los fondos obtenidos por la renegociación de los contratos petroleros se vuelque al financiamiento de este proyecto.
La propuesta fue presentada en enero al gobierno provincial por el intendente Luis Albrieu, con un pedido para que la provincia destine 70 millones de pesos para la ejecución de los trabajos, aunque hasta ahora no obtuvo respuestas.

Una megaobra que necesita de muchos millones.

El intendente reginense Luis Albrieu consideró que "si bien durante los últimos años hubo importantes avances para la ocupación de la barda al norte de la ciudad, aún se está lejos de lograr este objetivo debido a que los recursos necesarios para su ejecución con la dotación de servicios básicos está por fuera de la posibilidad de financiamiento que brindar con recursos propios el municipio".

"La ocupación de ese sector de tierras al norte es una macroobra; es cierto que va a beneficiar en principio a cinco mil personas; pero para lograrlo se requiere, por ejemplo, unos 50 millones de pesos para cada una planta reductoras de las redes de gas o de electricidad, y tenemos que pensar, además, cómo llevar el agua potable", indicó el jefe comunal reginense.
Agregó que "lo más fácil está en la energía tanto eléctrica como de gas, porque tenemos las redes eléctricas y gasoductos que atraviesan estas tierras, serían las obras más baratas. Pero si bien tenemos las redes de media tensión y de gas, en los dos casos hay que hacer plantas reductoras que permitan no sólo dotar con estos servicios a los planes de urbanización, sino que también sirvan para el uso industrial y agropecuario".
De todos modos, consideró que "llevar el agua potable es quizás otro de los proyectos que se podrían hacer, pero lo más complicado es el agua para riego".
"Son obras que están fuera de la escala municipal, no se pueden financiar con un presupuesto comunal, hay que buscar inversiones nacionales o provinciales, que deben estar respaldadas por una fuerte gestión, si no va a quedar en un anuncio", indicó Albrieu, quien remarcó que desde su nuevo rol como legislador, a partir de diciembre, reforzará las gestiones necesarias para lograr la obtención de los fondos necesarios.
Publicado en Diario "Río Negro" (edición Nro. 24.155), domingo 1° de noviembre de 2015, páginas 20 - 21. Fotos: Néstor Salas.

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