El 1 de marzo es la fecha de apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura –en concordancia con el Congreso de la Nación, parlamentos provinciales y deliberantes municipales- y oportunidad en que el gobernador Alberto Weretilneck habla ante los legisladores y explicita “el relato oficial”.
En los ministerios se trabaja en el discurso del mandatario. Aunque siempre puede haber sorpresas y anuncios imprevistos, nada hace pensar que la ciudadanía escuche alguna medida de gobierno que impacte o le permita imaginar que algo le puede cambiar su vida.
No es éste el tema que preocupa. Tampoco el estilo ni la gramática del mensaje. La atención está puesta en el estado de movilización de los gremios estatales, a los que se podrían sumar otros sindicatos, como UCRA. Como si esto fuera poco se prevé una movilización de mujeres que se autoconvocarían para pedir la renuncia y repudiar al legislador de JSRN, Rubén López (que no estará en el recinto porque goza de licencia) denunciado por acoso sexual por una joven cipoleña.
Mientras tanto se desconoce la hora en que Weretilneck va a pronunciar su discurso y por ende en qué momento se va a reunir la Legislatura para realizar la sesión preparatoria, porque además el miércoles 1 de marzo está precedido por los feriados del lunes 27 y martes 28 de febrero, fiestas paganas de Carnaval.
Si el mensaje es a la mañana, la sesión preparatoria sería el martes 28, feriado, en horas de la tarde, pero si tiene lugar a la tarde y en coordinación con el discurso del Presidente de la Nación, Mauricio Macri al Congreso, la prepararía podría ser el mismo 1 de marzo en horario matutino.
Se preanuncia un 1 de marzo recargado, donde a juzgar por la eficiencia que ha demostrado en las cuestiones de seguridad el ministerio del ramo, ya podrían imaginarse los sucesos de ese día. Vallados y cordones policiales en torno al parlamento y en el trayecto del gobernador para arribar a la Legislatura.
El edificio de San Martín vivió en administraciones anteriores intensas jornadas de protestas, incluso de haber quedado sitiados dentro del edificio, legisladores y empleados.
La protesta tendrá como común denominador el techo anunciado a las discusiones paritarias, un tema que excede las fronteras rionegrinas y se expande por todo el territorio nacional.
Ante este reclamo Alberto Weretilneck no tiene respuestas, pero además no podría faltar en su discurso la aplicación de medidas de contención del gasto público, ante el déficit de las cuentas del Estado provincial, que hoy es preocupación central del gobierno.
Sin recursos, sin obras, sin nada que prometer, el año electoral es un camino de espinas, pero si se quiere, con un consuelo: todos están iguales.
En este contexto ¿Se referirá el gobernador al Plan Castello, y la necesidad de endeudamiento externo para obras?
El mensaje tendría dos fases. Lo realizado el año pasado y lo proyectado para el actual período. Lo hecho se conoce, incluso con el aporte magnánimo de los contratos petroleros que se terminó. Lo que vendrá será con cinturón ajustado.
¿Y la política? Qué referencia tendrá. Un año con elecciones a concejales en 10 municipios, casi todos para mayo; para agosto las PASO –salvo que se descarten- y en octubre la elección de diputados nacionales, donde el gobierno estrena sello y candidatos propios.
Un 1 de marzo que se pronostica recargado en las calles, mientras Weretilneck construye el nuevo relato que le permita seguir en el poder.
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