Este año reúne a 22 bodegas de Neuquén, Río Negro y La Pampa con sus mejores productos.
Todo está listo para la 4ª edición de Vinos de la Patagonia, la feria del sector vitivinícola regional que tendrá lugar el 18, 19 y 20 de este mes en el Espacio Duam de la capital neuquina.
Con el auspicio de Ministerio de Desarrollo Territorial, a través del Centro Pyme-Adeneu y la Cámara de Bodegas Exportadoras de la Patagonia Argentina, sumado al apoyo del Consejo Federal de Inversiones (CFI), el salón de vinos reúne a 22 bodegas patagónicas que expondrán lo mejor de su producción, junto con el Salón de Alimentos Neuquinos. Además, habrá dos figuras destacadas: el conocido crítico de vinos Miguel Brascó y el famoso chef Francis Mallmann serán los invitados de lujo a esta fiesta.
En ninguna otra ocasión en el año el público tiene la oportunidad de probar los más destacados vinos de la región, en todos los rangos de precios –desde los más accesibles a las botellas de más caras, que superan los 200 pesos-: desde Special Blend de Bodega del Fin del Mundo o Saurus Barrel Fermented Malbec de Familia Schroeder, dónde probar Mantra Roble Cabernet Sauvignon de Secreto Patagónico, Primogénito Merlot e Intimo Cabernet Sauvignon, de Humberto Canale, todos vinos íconos de la región Patagonia. Todos, en un solo lugar.
Crece la cultura del vino
Al cabo de cuatro años, y mientras crece la cultura del vino en la región, Vinos de la Patagonia logra consolidarse como un espacio que los consumidores esperan con avidez. Basta un dato para darse cuenta: año a año la gente que la recorre conoce más de vinos.
Y una de las formas más simple para medir cuánto conoce una comunidad sobre tintos y blancos son sus ferias. Si la gente toma la copa por el tallo, como corresponde, si pregunta con cierto grado de curiosidad y conocimiento sobre añadas, variedades y crianza en roble, se evidencia que puede ir más allá de la cantidad de copas como unidad de medida.
Para los organizadores de la expo, en las últimas tres ediciones de Vinos de la Patagonia el cambio en la actitud del consumidor fue notable. “Pasó de estar de pie en la mitad del salón sin saber qué hacer -gráfica Roberto Schroeder, director de Familia Schroeder- a acercarse y preguntar, evaluar los vinos y a sacar sus propias conclusiones”, dice.
De ahí que cada vez más el consumidor del Alto Valle siente a los vinos regionales como algo tan propio como las cerezas o las manzanas. Cosa que no sucedía hace cinco o diez años. Y que marca la importancia creciente de la actividad vitivinícola en el marco regional.
Novedades en la Patagonia
Atentos a que la cultura del vino se insertó en la región, este año el salón trae algunas novedades interesantes. La más destacada es la cantidad de expositores: con 22 bodegas, cada una con su stand y ofreciendo sus vinos, se pone en evidencia que el mosaico de productos regionales es más extenso que el que delimitan las principales bodegas, como Fin del Mundo, NQN, Familia Schroeder, Bodega del Desierto y Humberto Canale por mencionar algunas.
Casas como Desde la Torre, Gerome Marteau, Tronelli o Chacras del Sol también están presentes. Con menor escala y sostenidas por la voluntad de sus propietarios por hacer vino, a ellas se suman este año Bodega Océano -la primera casa argentina en hacer vinos junto al mar, en Viedma-, Meseta, Pirri y Patagonia Valley, y las más chicas y artesanales como Enclave Sur, J-Sgralvich, Tierra del Viento, Robeda y Ruta Vieja, entre otras.
La cantidad y tipo de expositores evidencia que tanto Neuquén como Río Negro y La Pampa tienen una producción cada vez más plural. Es por ello que en la 4ª edición de Vinos de la Patagonia habrá un espacio destinado a las producciones artesanales. Como sostiene Julio Viola (h), “la región es más grande que los vinos más conocidos. De ahí que, de alguna manera, las bodegas de mayor escala apadrináramos a proyectos más chicos ofreciéndole un marco en la participación, porque hace a la tradición local del vino”, explica.
Bajo el techo del Espacio Duam, entre el 18 y el 20 del corriente convivirán los principales actores del vino patagónico, para darle forma a la región más austral de la Argentina y una de las más australes del mundo.
Recorrer el salón
Con la presencia del reconocido cocinero Mallman y el consagrado periodista y escritor Brascó, la feria este año ofrece un panorama de actividades atractivas, y cerca de un centenar de etiquetas para degustar. Este último elemento suele ser un factor de mareo para quien se acerca por primera vez a una exposición de vinos. En ese sentido, si se desea sacarle el máximo provecho a la vista, conviene tener en mente los siguientes consejos:
•Recorrer el salón probando variedades, a fin de comparar calidades y precios: primero las más suaves, como blancos y Pinot Noir; luego hacia tintos más potentes como Malbec y Cabernet Sauvignon.
•Primero catar -es decir, oler, probar y escupir- el vino en una ronda de aproximación, cosa de elegir los que se quiere beber y abocarse a ellos.
•Dejar los vinos dulces para el final, ya que además de reconfortar el espíritu, su dulzor aturde al paladar y no permiten percibir otros sabores.
•No obnubilarse por las etiquetas más caras, ya que es en las de precio módico y medio donde se puede descubrir una compra segura para el resto del año.
•Con estos datos a mano, nada más falta esperar que arranque la feria el 18 de octubre próximo. Mientras tanto, puede ser una buena idea ir a comprara la entrada anticipada, que tiene un importante descuento.
Fuente de información: La Mañana de Neuquén, 14 - 10 - 2012.
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