Con su ubicación de privilegio, y construida apenas dos años después de la fundación de la localidad, fue testigo de los cambios de Regina.
Su nacimiento está ligado al de Villa Regina, y ha sido un testigo privilegiado del desarrollo y crecimiento de la ciudad.
Fue el lugar al que los colonos recurrían en la búsqueda de alimentos y otros elementos necesarios para las tareas culturales o la construcción de sus viviendas cuando esta localidad comenzaba a dar sus primero pasos en la historia.
Poco fue lo que se modificó de su estructura original. La fachada del edificio ubicado en la esquina de las calles 25 de Mayo y Don Bosco se mantiene prácticamente intacta desde la construcción, entre 1926 y 1928.
El nacimiento de Villa Regina se remonta a 1924, cuando a partir del proyecto impulsado por el ingeniero Felipe Bonoli comenzó la tarea de colonización de estas tierras. Un puñado de casas se distribuían en la amplia zona rural que se comenzaba a trabajar para convertir el desierto en un área productiva.
En torno al lugar donde se comenzaba a levantar la estación del ferrocarril comenzaban a surgir viviendas y comercios.
Uno de ellos fue la Compañía Argentina de Almacenes (CADA), que se estableció en la esquina de lo que actualmente son las calles 25 de Mayo y Don Bosco. Era un almacén de ramos generales, donde los colonos podían conseguir aquellos otros elementos que no eran provistos por la Compañía Italo-Argentina de Colonización.
En los primeros años del siglo XX la familia Grifoni emigraba desde Italia hacia Estados Unidos. Allí nació Enrique. Pero la familia no se adaptó a la vida en el país del norte y regresó a Italia, para luego emigrar hacia la Argentina y puntualmente a la naciente Colonia Regina.
Enrique comenzó a trabajar en la CADA, y con poco más de 18 años en 1937 dio el salto de empleado a propietario del comercio que se transformó en la Casa Grifoni, negocio que sigue formando parte de la vida diaria de esta ciudad.
“En esos años se mantuvo como un comercio de ramos generales, al que se le fue anexando el corralón”, contó Héctor Pallino Grifoni, hijo de Enrique, que desde 1958 se encuentra al frente del comercio junto a su hermano Norberto.
El paso de los años hizo que sólo se mantuviera como corralón, para luego transformarse en ferretería y bazar.
Este año se cumplieron los 80 años desde que la familia se hizo cargo del negocio “y pese al tiempo se han hecho pocos cambios: se pusieron ventanales más grandes en la fachada, pero la estructura es la original, e incluso adentro del negocio hay muchos elementos que vienen desde el nacimiento del negocio”, agregó Pallino.
El comercio es un punto de referencia para los reginenses, con su ubicación de privilegio en pleno centro de la ciudad, lugar desde el que fue testigo de los cambios y crecimiento que tuvo a lo largo de sus 93 años “la perla del Valle”.
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