Quiero volcar mi inquietud con respecto al avance en las obras de ampliación de la Ruta 22 en el corredor Alto Valle.
1) Desconozco en profundidad el detalle constructivo y presupongo que se efectuó un correcto estudio de impacto ambiental y de costos, tanto de ejecución como de mantenimiento del corredor.
2) En el tramo Chichinales-General Enrique Godoy se cometieron, a mi real saber y entender, varios errores importantes desde el punto de vista práctico y económico (por ejemplo, puentes peatonales, accesos, retornos, cruces y guard-rails que no resisten el más mínimo análisis en los estudios mencionados).
3) En los nuevos tramos licitados y en construcción se modifica el sistema de desagües (pluviales y de riego) anulando algunos alcantarillados y convirtiendo la zona norte del Alto Valle en fácilmente inundable ante un evento climático o fallo accidental en el sistema de riego.
4) La característica de tajamar o dique que puede adquirir la traza impacta directamente en las chacras ubicadas al norte, elevando la napa freática y perjudicando los suelos y las plantaciones por falta de desagües y drenes adecuados.
5) Otra es que los cronogramas de trabajo se adapten a las urgencias y necesidades regionales, teniendo en cuenta que las obras que afectan el servicio de riego parcelario estén terminadas en tiempo y forma para asegurar el suministro de acuerdo con el requerimiento hídrico de los cultivos.
Apelo a que las partes involucradas trabajen con pericia, mancomunando esfuerzos y responsabilidades para que una obra declarada de interés público no afecte por su impacto ambiental a la población ni a la producción.
Luis Sebastián Siracusa - Villa Regina.
Publicada en Diario "Río Negro", (edición 23.009), viernes 31 de agosto de 2012, página 20.
No hay comentarios:
Publicar un comentario