El Canal Principal de Riego del Alto Valle nace en el dique Ingeniero Ballester –en Contralmirante Cordero– alimentado con aguas del río Neuquén y abastece el riego de las chacras hasta Chichinales.
Tiene 130 km de longitud y, en su origen, posee 45 metros de ancho, dimensión que se va reduciendo a medida que se originan los canales secundarios.
Es de tierra compactada y ha recibido tratamiento o revestimientos de distinta característica por sectores.
Durante el invierno, se interrumpe el paso de agua, que volverá a correr desde el próximo miércoles 22 de agosto.
Los tóxicos que siguen llegando al canal
desde la ex-Indupa en Cinco Saltos
son el mayor contaminante.
El resto, la basura urbana.
Un estudio realizado sobre el agua y los sedimentos en el Canal Principal de Riego del Alto Valle en julio de 2011 revela un incremento en la contaminación en ese curso de agua respecto de la que existía en igual mes de 2006. Ese incremento es atribuible a la falta de mantenimiento de la planta de la ex Indupa en Cinco Saltos -que sigue drenando materiales tóxicos- y al uso indebido del canal por parte de quienes arrojan en su cauce basura, artefactos en desuso y otros residuos de la actividad humana, sobre todo en zonas con márgenes densamente pobladas, como Allen.
El científico Neil Ward -Professor of Chemistry de la Universidad de Surrey, en Gran Bretaña- volvió a tomar muestras en el Canal Grande en julio de 2011, las analizó con instrumentos de alta tecnología y comparó los resultados con los arrojados por el estudio que él mismo realizó en 2006, y que "Río Negro" publicó en el suplemento "Nuestra agua" del 8 de enero de 2007.
El nuevo muestreo se hizo en invierno, con el canal fuera de servicio, en las mismas condiciones que en el estudio de 2006.
En especial, Ward detectó, en los charcos de agua superficial que quedan en el cauce, un incremento de mercurio, arsénico, plomo, manganeso, zinc, vanadio, cromo, selenio y cobalto, que demuestran contaminación en la planta de la ex-Indupa y en los puntos de muestreo de Cipolletti y Allen, especialmente originada por el vertido de basura y el incremento de las áreas residenciales.
Peor aún es el caso de los sedimentos, integrados por el barro que se asienta en el cauce, ya que concentra los elementos químicos que arrastra el agua.
En los sedimentos, el investigador detectó en 2011 un notable aumento de las cantidades de mercurio, arsénico, cadmio, plomo, manganeso, zinc, níquel, cobre, antimonio y vanadio, que demuestran contaminación proveniente de la planta de la ex-Indupa y en Allen y acumulación incesante año tras año. Esta contaminación es más apreciable en invierno, cuando la ausencia de agua en el canal impide la disolución de los químicos.
También en los sedimentos interpretó Ward como especialmente preocupante la situación en Cinco Saltos -cerca de la ex-Indupa- y la existente por la cantidad de basura que se arroja al Canal en Allen en invierno, especialmente residuos metálicos, tales como autos, camas, heladeras y sillas.
Por ello, Ward concluyó que los residuos que se extraen estos días de Cinco Saltos y Allen -al limpiar el canal preparándolo para un nuevo ciclo de riego- no deberían ser arrojados a la barda porque contienen mercurio, cadmio, cromo, cobre y cobalto en cantidades en que los vuelven "extremadamente tóxicos para plantas y animales.
El agua. Los niveles elementales en el agua superficial (en invierno) en las muestras tomadas en el Canal cerca de la planta de la ex-Indupa y en Allen sobrepasan los lineamientos de la Organización Mundial para la Salud sobre "calidad del agua apta para consumo" en lo que se refiere a mercurio, arsénico, cadmio, plomo, manganeso, níquel, cromo, antimonio, vanadio y selenio.
"Mientras estos niveles no son relevantes durante los meses de verano (cuando el canal tiene su torrente completo), durante los meses de invierno el acceso "social" al Canal, sobre todo de los niños, podría representar un riesgo", advirtió Ward.
Como agravante, señaló que el nivel de algunos elementos químicos en el canal junto a la planta de la ex-Indupa y en Allen está cerca o por encima de los lineamientos sobre "calidad del agua para consumo de ganado", sugiriendo que se debería evitar el acceso de los perros al cauce del canal en invierno.
Ward consideró interesante resaltar que el nivel en que ha aumentado la presencia de algunos elementos -como arsénico, manganeso, zinc y vanadio- en la naciente del Canal Grande y hasta Cinco Saltos y Cipolletti es "inesperado". Por eso, consideró posible que, en parte, ese aumento se explicara por el asentamiento de cenizas provenientes de la erupción del volcán Puyehue, ocurrida el 4 de junio de 2011.
Abona esa hipótesis, a su juicio, el hecho de que ese aumento se vio sólo en el agua superficial, y no en los sedimentos.
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