Quienes recorremos los barrios populares de Villa Regina sabemos lo difícil que es la implementación de los cuidados necesarios en las vecinas y vecinos.
Distintos factores influyen y agravan una situación que debería ser abordada con una mayor seriedad por parte de todos los actores involucrados.
Podemos nombrar la falta de agua que en general sufre el Barrio La Unión que es un problema reiterado. Si hablamos de reiteración los cortes de luz para el sector de La Graava (como un todo) suma otra problemática mayor. Podemos hablar de la falta de instalaciones y elementos necesarios para el cuidado y la higiene que el contexto amerita… y así podemos seguir un tiempo largo.
Pero también queremos hablar de otras dificultades bastante invisibilizadas. La falta de uso del barbijo y la interconectividad de las vecinas y vecinos de los barrios es un caldo de cultivo. La necesidad de salir a trabajar y hacer changas para llevar el plato de comida. Entre muchas razones de la vida cotidiana.
El descuido en el uso del barbijo por ejemplo, en algunos casos es porque se ve al virus como algo lejano, no tan concreto como el hambre u otras necesidades. Porque hay falta de información (nosotrxs nos hemos encontrado con funcionarixs que lejos de dar el ejemplo andaban con el barbijo en la pera recorriendo los barrios para que se viera su cara). También nos han nombrado la fe en dios…
Sobre esto último, sea que creamos en dios o en la suerte (o en lo que sea) quisiéramos decir algo. Hay una historia en la que un hombre que estaba sobreviviendo a una inundación arriba de un árbol pide a dios que lo salve. Vienen a ayudarlo los bomberos y él les dice que no iba con ellos, que su fe iba a salvarlo. Luego viene otra lancha con vecinxs y le piden que se suba, nuevamente dice que no porque lo va a salvar dios y sigue rezando. El hombre finalmente se ahoga y cuando ve a dios le pregunta por qué no lo ayudó. Dios le responde que le mandó ayuda y el siempre la negó. Conclusión: dios, la suerte o el destino o sea lo que sea en lo que crean, favorecen a quien se prepara y hace algo.
Ésta es una enfermedad de clase media para arriba que golpea más fuerte a los sectores populares. Esos sectores que más utilizan un sistema de salud pública saturado por la pandemia pero también por la desidia de los gobiernos provinciales del presente y del pasado. Concientizar, comunicar y cuidar es la tarea. Hoy más que nunca.
Donde hay ausencia de Estado, somos las vecinas y vecinos que tenemos que ponernos el cuidado del otro.
Desde Nueva Mayoría no sólo queremos que te cuides y cuides al resto, sino que te pedimos que si falta algún elemento de higiene por la situación dura que estamos viviendo, nos avises. Vamos a hacer lo imposible porque llegue rápido.
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