“No hay. Es una elección muy local. Es una elección donde se discutieron y se discuten temas locales”. Eso respondía Alberto Weretilneck exactamente un año atrás, después de votar en Cipolletti, cuando en una rueda de prensa le preguntaron por el impacto nacional que tenían los comicios provinciales de Río Negro.
Doce meses después, el eje discursivo del líder de Juntos Somos Río Negro está en el extremo opuesto a aquella explicación: los padecimientos de la provincia y de sus habitantes son responsabilidad externa, concretamente del gobierno nacional. Y la convicción es que tanto él como otros electos hace un año a nivel provincial como municipal enfrentan una especie de doble vara en la consideración social, porque “se le avala a Milei menos Estado, pero se nos exige a los gobernadores y a los intendentes que sigamos garantizando las mismas cosas que siempre”.
Pero no sólo la macroeconomía y las menores transferencias nacionales construyeron el escenario actual. La foto actual también es muy diferente a lo imaginado el 16 de abril del 2023 por motivos políticos. Y en el caso de Weretilneck es más elocuente, porque el festejo del triunfo en las urnas fue codo a codo con el senador kirchnerista Martín Doñate y ese vínculo no dejó de acumular frío durante los últimos meses.
La novedad de las últimas horas es que no solo la pata peronista del Gran Acuerdo Rionegrino aparece debilitada. El radicalismo –a través de siete intendentes- envió este fin de semana una señal de distancia con el oficialismo provincial, a partir de la concurrencia a una reunión organizada en Cipolletti por la diputada de La Libertad Avanza, Lorena Villaverde.
Ese cónclave no sólo inquietó a Juntos Somos Río Negro por la posibilidad de que se fuguen adhesiones de aliados. Las dudas se instalaron también sobre la capacidad de contener a la tropa propia, porque en esa mesa hubo incluso mandatarios del partido del gobernador, como Diego Ramello, de Choele Choel.
El Pacto de Mayo: El comunicado formal emitido luego de ese encuentro indica que “se expuso sobre la necesidad de que el gobernador Weretilneck adhiera al Pacto del 25 de Mayo”, convocado el 1 de marzo pasado por el presidente. Y el mandatario retomó el tema ayer, durante entrevistas con RÍO NEGRO RADIO y con LU19.
“Con los 10 puntos estamos de acuerdo. Quién no va a estar de acuerdo”, planteó, pero enseguida acotó que “si es un pacto, debería aceptar la incorporación de otros puntos” y hasta el momento “no hay un ámbito para discutir eso”. “Entonces, hoy no tengo una posición tomada”, concluyó.
Además recordó que “primero está la Ley Bases y veremos cómo avanza esa discusión”. Sobre ese aspecto, valoró la decisión de ajustar las jubilaciones a partir del IPC y de acotar las facultades delegadas al Ejecutivo.
“El ánimo es de colaborar, a pesar de todo lo que no está pasando en la provincia e intentar ver de qué manera se puede resolver”, afirmó el gobernador, que también ratificó su rechazo al regreso del Impuesto a las Ganancias.
Weretilneck, que el año pasado abrazó al peronismo liderado por Doñate en la provincia y que jugó fuerte para que Sergio Massa sea presidente de la Nación, admitió ayer el “cambio” que votó la mayoría de los argentinos, pero sostuvo que su sensación es que “no se dimensiona lo que implica ese cambio”.
“Río Negro perdió 50.000 millones y el 99 por ciento de ese dinero estaba destinado a la salud, a la seguridad, a la educación. Cuando el vecino ve lo que falta acá, es porque nos quitaron allá”, sintetizó.
Fue ahí cuando comparó las exigencias para el presidente y para quienes tienen a su cargo los niveles siguientes en el Estado. “Parecería ser que se le avala a Milei menos Estado, pero se nos exige a los gobernadores y a los intendentes que sigamos garantizando las mismas cosas que siempre. Se avala la libertad absoluta en la economía, pero nos quejamos cuando nos aumenta la luz y el gas”, opinó.
De lo publicado en Diario Río Negro.
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