"¿Verticalismo es sinónimo de obsecuencia?"
En mi anterior carta expresé la confusión de algunos entre
verticalismo y obsecuencia, por lo que quiero agregar algunos conceptos antes
de que se convoque al congreso. Como cuando vierto una opinión jamás hablo por
boca ajena, permítanme contar una vieja anécdota en referencia a este tema:
El 25 de mayo de 1973, junto a un grupo de compañeros, partimos desde Villa Regina a Viedma para el acto de asunción del compañero Mario José Franco como gobernador de la provincia. Esa noche, ya en Casa de
Gobierno, dos personas cercanas al gobernador me ofrecieron la Secretaría de
Transporte. En medio de tanta algarabía y bullicio reinante, a los gritos
respondí que yo sólo había ido a festejar y no en busca de un puesto, motivo
por el cual me tomaban de sorpresa, así que les pedí que me lo dejaran pensar y
que el lunes les contestaba. Como todos mis amigos habían aceptado
inmediatamente, a la vuelta me preguntaron qué era lo que tenía que pensar.
"Sólo quiero saber algunas cosas antes", dije. "¿Qué
cosas?", me pregunto uno de ellos. Como en esos años todos nos conocíamos
y desde pequeño tuve relación con la familia Franco, en forma natural les dije:
"El lunes me voy a reunir con Mario para preguntarle cuál es su proyecto
en el área. Si lo comparto y me siento capacitado para ejecutarlo, lo
acepto". Todos comenzaron a descostillarse de risa. "Vos te volviste
loco –dijo uno de ellos–; si vas con ese planteo, el gobernador te sacará a
patadas de su despacho". Otro preguntó: "¿Vos no sabes que en nuestro
partido existe el verticalismo?". "Sí, justamente por eso antes
quiero saber si comparto su proyecto". "Qué proyecto ni proyecto
–añadió otro–. Para que vos entiendas bien, el verticalismo es como en el
Ejército, hay una 'cadena de mando' a la cual tenés que responder. Vos vas a
ser un soldado raso y te tenés que limitar a hacer lo que te dicen, no podés
tener ningún tipo de iniciativa propia, si no 'patitas a la calle'. Y si las
cosas salen mal sos el único responsable, ya que también serás un 'fusible'.
Hasta el propio gobernador recibe instrucciones desde Buenos Aires, pues allá
está el 'comando en jefe'. Es más, vos ya no vas a poder hablar con Mario, te
tenés que dirigir a tu superior inmediato".
Lo primero que vino a mi mente fue: "Otra vez la
colimba ni en pedo". Venía de comerme 14 meses por no acatar la orden de
mi superior inmediato, un "excompañero" al que, por su condición de
"obsecuente, ortiva y vigilante", lo habían ascendido a "dragoneante".
Inmediatamente pensé: si yo no tengo todas esas "virtudes y
cualidades", para qué me voy a amargar tanto y a perder mi tiempo. Fue así
que nunca acepté un puesto.
Cómo puede ser que hayan pasado casi 40 años y sigamos
funcionando de la misma manera. Como que no debemos hacer un cambio, si el
justicialismo tiene como bases fundamentales el sistema de gobierno que
establecieron nuestros próceres, el respeto irrestricto a nuestra Constitución
y sus leyes, pero también no apartarnos un ápice de los "principios"
de nuestra fe cristiana.
Entonces –como a muchos– me surgen muchas preguntas: ¿cómo
alguien se puede comprometer a cumplir algo sabiendo de antemano que su
condición de obsecuente le impedirá hacerlo? Sólo un ateo se atrevería a
desafiar a Dios haciendo un juramento en vano. ¿De qué cristianismo entonces
estamos hablando?
¿Cómo alguien desde Buenos Aires podrá saber la problemática
y necesidades desde La Quiaca hasta Tierra del Fuego? Si yo no hablo de
"insubordinación" sino de independencia, de ser consecuente. ¿De qué
federalismo entonces estamos hablando?
Si lo que acaba de suceder en Bariloche dejó al desnudo todo
este sistema político ya obsoleto. Si la tarea de los diputados por zonas o
circuito justamente es recabar información sobre las necesidades y problemáticas
de la gente para trasladarlos, tratarlos y resolverlos en la Legislatura, ya
que muchas veces dependerá del presupuesto. ¿Cómo que no tienen trabajo? Si el
diputado Garrone fue el único que tuvo el coraje de reconocer públicamente que
le parece "estar de vacaciones", mientras otros siguen su
"siesta" y algunos más atrevidos tienen como asesores a personas que
–por haber fracasado en la función pública- ya no tienen respaldo popular. ¿De
qué representatividad entonces estamos hablando?
Si en el Poder Judicial los jueces idóneos y probos están
todos "amedrentados", quién otro que no sea el Poder Legislativo
podrá implementar su independencia absoluta del poder político, para que luego
ellos mismos depuren el suyo y se transformen así en el verdadero "contralor"
de los otros dos poderes del Estado. ¿De qué república estamos hablando? ¿Se
habrán olvidado que hemos estudiado Instrucción Cívica?
Porque sin seguridad jurídica –aparte de encontrarnos
desprotegidos– jamás atraeremos a inversores y las personas
"emprendedoras" en lugar de generar genuinas fuentes de trabajo sólo
seguirán "soñando".
Por todo lo aquí expuesto considero que el verticalismo se
debe implementar en un proyecto de gobierno provincial –que hoy no tenemos–, y
no en referencia al de una determinada persona, y que nuestro partido no es un
ente militar, pero si así fuera y ya que recordé mi paso por el Ejército
argentino, a todos ustedes –incluyendo a nuestro comandante en jefe– con todo
respeto les digo que nuestro lema es "Subordinación y valor", pero
"para defender a la patria" y no a "intereses mezquinos".
José De Giorgio Afiliado al PJ - Villa Regina.
Publicado en Carta de Lectores del Diario "Río Negro", domingo 6 de enero de 2013 (edición Nro. 23.135).
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