Salentein Fruit continúa con su plan de ajuste. Esta semana trascendió que algo más de 10 trabajadores de distintos sectores del área administrativa fueron despedidos alegando la crisis de rentabilidad que atraviesa la empresa. Según se supo, la medida habría afectado a profesionales con cargos importantes dentro de la firma. "Las negociaciones con Kleppe continúan. Ésta es una decisión de Salentein que nada tiene que ver con nosostros", señaló un ejecutivo de la firma cipoleña al ser consultado por el tema. Pero la ola de despidos no se restringió al Alto Valle. En Mendoza, Salentein se desprendió de 100 trabajadores. Hasta ayer, la Ruta 40 permanecía cortada por empleados que reclamaban una correcta liquidación de sus indemnizaciones. El piquete se realizó frente a la empresa de capitales holandeses que funciona en Tunuyán. Lamentablemente, los ajustes continuarán, a sólo semanas de dar inicio a la cosecha de frutas en la región.
FRUTICULTURA EN CRISIS.
La fruticultura regional sufre la falta de crédito pese a que, paradójicamente, todos los años demanda grandes inversiones de corto y mediano plazos para ser volcada en el sistema.
Con estos fondos se busca poner en marcha, en cada una de las temporadas, la gran maquinaria que representan la cosecha y posterior venta de la producción, luego de un arduo año de trabajo.
El ciclo que muestra la actividad, sumado al modelo económico que rige en el país, son los dos argumentos más importantes que señalan los bancos a la hora de justificar su expulsión del sistema financiero.
Con los activos que presenta la actividad, las empresas del Valle deberían contar con mucho más crédito disponible que el actual. Pero, por diversas causas, esto no ocurre.
Ejecutivos de las principales firmas bancarias coinciden en señalar que la fruticultura regional hoy no es una actividad que esté sujeta al crédito, como sí muestran otros sectores que conviven con ella en este modelo.
Las estadísticas oficiales así lo reflejan: menos del 5% del total de los préstamos que se colocan en Río Negro y Neuquén se orientan hacia las actividades productivas ligadas al sector agropecuario.
Históricamente, la fruticultura del Valle comienza a solicitar fondos al sistema sobre el último trimestre de cada año. Ultramar es clave en este financiamiento ya que es hacia estos mercados donde las empresas destinan la mayor parte de su oferta exportable durante la primera parte de la temporada y es, a su vez, el período en el que la demanda de fondos frescos toca sus niveles máximos.
Cabe destacar que tanto la colocación de fruta en las góndolas locales como aquella que se destina a Brasil tienen mayores posibilidades de financiarse con los operadores del mercado, ya que la logística y escala que se manejan en estos destinos son mucho menores a las utilizadas en ultramar, lo que permite cierto margen de acción en este cuello de botella.
Datos consignados por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) detallan que las diez principales exportadoras del Alto Valle tienen pasivos con el sistema financiero nacional, al cierre de julio del corriente año, por algo más de 286 millones de pesos.
La cifra refleja un crecimiento del orden del 22% respecto de la deuda consolidada para el mismo mes del año anterior.
Estas mismas 10 empresas exportan anualmente por un valor cercano a los 1.000 millones de pesos. Es decir, los pasivos no llegan a representar el 3% de sus ventas al exterior; un valor ínfimo respecto de otros sectores de la economía nacional.
De esto hablamos cuando señalamos que la actividad no está hoy sujeta al crédito.
Cabe destacar que en la lista de empresas no se computa la firma Univeg Expofrut, ya que en los últimos años esta multinacional no recurrió a los bancos argentinos para financiarse.
Dos temas para tener en cuenta sobre los 286 millones de pesos mencionados párrafos arriba:
El primero de ellos es que la demanda de crédito de este año es muy parecida a la del anterior, al comparar julio del 2012 contra mismo mes del 2011, si se la netea con el índice de precios que registró la región durante este mismo período. Es decir, el aumento de la demanda de crédito registrado va en línea con la inflación observada.
El segundo tema a tener en cuenta es la evolución comercial que tuvo la fruticultura regional en la presente temporada. La estadística privada nos muestra las exportaciones cayendo 27% al comparar las ventas consolidadas durante el 2011.
En definitiva, se puede resumir que este año las empresas solicitaron un financiamiento similar al del 2011, pero se exportó mucho menos.
Siguiendo con la referencia de las 10 primeras exportadoras regionales, que representan un promedio del 70% del total de las ventas hacia ultramar (90% si se ingresa a Univeg Expofrut en el listado), y tomando como hipótesis que la aplicación de todo el crédito señalado sea para la fruta orientada hacia estos mercados, en la presente temporada las empresas necesitaron, en promedio, un financiamiento bancario del orden de los 1,42 dólares por kilo de pera o manzana embarcada, contra 0,65 dólares del año anterior (relación de la deuda sobre volumen exportado). Es decir, la carga de esta variable financiera más que se duplicó entre una temporada y otra.
Costos en alza
Pese a que la fruticultura regional no es una actividad sujeta al crédito bancario, en estos últimos 24 meses las deudas globales de las firmas bajo análisis, siempre hablando del sistema financiero local, muestran un crecimiento importante.
Esto se debe especialmente a que muchas exportadoras, consecuencia de la crisis estructural que atraviesan, toman financiamiento de corto plazo (prefinanciaciones, entre otras) que sobre el fin de temporada no pueden cancelar, por lo que terminan refinanciando sus pasivos (capital e intereses, en la mayor parte de los casos), generándose un proceso de acumulación e incremento de sus deudas. En muchos de estos casos los créditos de corto plazo (hasta 270 días) terminan siendo refinanciados a mayores plazos y tasas más altas.
A esto hay que sumarle que en los últimos doce meses las tasas de interés que muestran las prefinanciaciones a las exportaciones (que son parte de las líneas que toman las empresas) más que se duplicaron, al pasar del 3% promedio durante el 2011 a tocar hasta el 8% en semanas recientes de este año.
Es importante destacar que el 70% de los pasivos bancarios que se consideran en el listado de las diez empresas corresponde a deudas de corto plazo. En las traiding este porcentaje aumenta, mientras que aquellas firmas que tienen totalmente integradas las áreas de producción, servicio y comercialización, el indicador de deuda de corto plazo sobre pasivos totales tiende a disminuir.
Otra fuente de financiamiento con la que cuenta la actividad es el descubierto bancario, pero éste es cada vez más limitado y sus tasas no bajan del 2,5% mensual, lo que hace inviable tomar este tipo de créditos para poder continuar trabajando.
Por último está el financiamiento "forzoso" que adquieren algunas empresas a través de la seguridad social y la AFIP. Muchas son las frutícolas que hoy acumulan importantes deudas previsionales e impositivas a la espera de alguna señal, por parte del gobierno nacional, que les permita refinanciarlas.
En la actualidad, el costo de morosidad que muestran tanto la seguridad social como la AFIP está en torno del 3% mensual. Pero baja sensiblemente una vez que el deudor acuerda un plan de pagos. El caso de la obra social del trabajador rural (Osprera) es, tal vez, el más emblemático.
El interés por morosidad es del orden del 3% mensual, pero una vez acordado un plan de pagos en cuotas sobre la deuda, la tasa a partir de ese momento es del 0%.
Es decir, firmado el acuerdo, una deuda de 100.000 pesos con Osprera se puede pagar en 20 cuotas mensuales y sucesivas de 5.000 pesos cada una. En el caso de la AFIP esta tasa de financiación es del 0,7% mensual.
Frente a estos guarismos, algunos productores y empresarios optan por asumir "el mal menor" e ingresar a negociar deuda con el sistema previsional y la AFIP antes de salir a buscar ese dinero al mercado que, en la mayoría de los casos, es mucho más caro.
Los bancos
En los últimos 24 meses se observa claramente un reposicionamiento de los bancos frente a las deudas bancarias que tiene la actividad frutícola exportadora en fresco. Tal como se destaca en el infograma adjunto, en agosto del 2010 el Banco Patagonia concentraba el 20% del total del crédito cedido a estas diez empresas. Hoy esa relación se elevó al 31%. Otro dato: el 80% del total del pasivo está concentrado en sólo cinco entidades bancarias.
* Publicado en suplemento "El Rural" del Diario Río Negro, 29 de septiembre de 2012.
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