Valle Azul, al sur del río Negro, duplicará sus hectáreas
bajo riego con una obra clave.
Construirán un nuevo canal de casi 7 kilómetros. Esto
permitirá sumar a mediano plazo otras 3.000 hectáreas al sistema que maneja el
consorcio local y que toma agua del río Negro.
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| Una vista aérea del sistema de riego de Valle Azul. (Foto: Juan Thomes). |
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| El sistema de riego en Valle Azul. (Foto: Juan Thomes). |
Al sur del río Negro y casi por fuera de lo que se conoce
como Alto Valle, las tierras irrigadas de Valle Azul están listas para dar un
salto cuantitativo que también será cualitativo para esta zona.
La razón es simple: Valle Azul mediante un obra de
ampliación de sus canales de riego podrá duplicar de 3.000 a 6.000 la cantidad
de hectáreas bañadas con el agua del río Negro.
El motor de este cambio es una empresa que venía pidiendo
desde hace aproximadamente 15 años la ampliación del riego en Valle Azul, pero
por primera vez los intereses se alinearon para que todos los actores se
pusieran de acuerdo y se rubricó un acuerdo que tendrá a varios beneficiarios.
Agropecuaria Don Manuel es una empresa dedicada al agro y,
para situarnos en el mapa, su campo está casi a la altura de Chelforó, pero
sobre la margen sur del río Negro. Al final de la propiedad la barda se une con
el curso de agua.
Las partes que participaron del acuerdo firmado el fin de
semana de la semana pasada, con la presencia del gobernador Alberto Weretilneck,
son el Consorcio de Riego, que preside Rolando Fuentes, el Departamento
Provincial de Aguas (DPA), y los productores de la zona.
Uno de los reparos que había para llegar a un acuerdo era si
el agua para riego iba a alcanzar para todos. “Hemos hecho cálculos con la
gente del DPA, que son quienes hicieron el proyecto, donde quedó demostrado que
todos pueden regar”, indicó Fuentes en charla con Río Negro.
“Hemos hecho cálculos con la gente del DPA, quienes hicieron el proyecto, donde quedó demostrado que todos pueden regar”. Rubén Fuentes, presidente del Consorcio de Riego de Valle Azul.
“Lo que hizo el DPA fue describir el proyecto para explicar
que no iba haber inconvenientes con la cantidad de agua al ampliarse el
sistema“, indicó Gastón Renda, titular del DPA. El organismo aportará capacidad
técnica y maquinarias para la obra que llevará adelante el Consorcio de Riego.
Las dos caras de Valle Azul. (Foto: Juan Thomes).
“Hemos venido charlando el tema hace un montón de tiempo y hemos logrado ponernos de acuerdo y que se pusieran de acuerdo entre ellos”, señaló el titular del consorcio al referirse a los productores que, en algunos casos, permitirán el paso de la nueva traza del canal por sus propiedades.
Un consorcio con más de 20 asociados.
Fuentes señaló que actualmente son poco más de 20
consorcistas del sistema. La incorporación primero unas 500 hectáreas y luego
el resto hasta llegar a 3.000 reforzaría el rol del Consorcio de Valle Azul y
también aumentaría el valor de las propiedades por contar con riego a un costo ostensiblemente
menor (a través de un canon), en lugar de como hacen ahora, a través de bombas
eléctricas que captan agua del río Negro o de perforaciones.
La obra generará un nuevo canal con una traza distinta.
El canal se desplazará hacia el sur, al pie de la barda,
para aprovechar la gravedad y llegar hasta la entrada de Agropecuaria Don
Manuel. En su camino, con la nueva ubicación, permitirá incorporar hectáreas
bajo riego a los productores que están a su paso.
El canal principal de Valle Azul tiene una boca toma sobre
el río Negro, una característica particular que lo distingue de todo el sistema
que abastece el Alto Valle, que nace en el dique Ballester, sobre el río
Neuquén. La toma de agua está a unos ocho kilómetros del inicio del valle.
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| El mapa de las obras en Valle Azul. |
Un proyecto del consorcio para mejorar el sistema es hacer
otra bocatoma aún más arriba en el río para aumentar el caudal del canal
principal.
El paisaje está principalmente dominado por establecimientos
frutícolas y bodegas, como la prestigiosa Ribera del Cuarzo. Al final del
recorrido, Agropecuaria Don Manuel se dedica a la alfalfa, maíz y la remolacha
forrajera. Todo con el objetivo de alimentar los animales que engordan en el
predio de la firma.
El riego representará un cambio radical para su sistema productivo, y no solo en el aspecto económico.
El sustancial cambio que implica para un productor.
Nicolás García es una de las cabezas a cargo de Agropecuaria
Don Manuel, la firma que está en el extremo este de Valle Azul y que podrá
contar con agua para riego del sistema consorciado.
García hizo un análisis del impacto que tiene poner
hectáreas bajo riego en Valle Azul. Describió tres puntos principales del
impacto de la obra que se realizará al sur del río Negro.
El impacto productivo.
“El primero y el que todos miramos, el que más rápido se ve,
es el productivo”, puntualizó el productor.
“Actualmente nosotros en una hectárea de monte que hacemos
cría, producimos 10 kg de carne por hectárea. Cuando lo transformamos en bajo
riego, que podemos hacer alfalfa o maíz, en esa hectárea podemos llegar a
producir 1.100 kg de carne. El contraste productivo es abismal”, indicó el
productor.
Cambio ambiental.
Como segundo aspecto García señala el tema ambiental. Allí
señala que cuando el suelo es virgen, en la zona de Valle Azul, en un metro
cuadrado puede haber jarilla, alpatacos y alguna otra herbácea. “A lo mejor el
30% está cubierto por un estrato vegetal o o por algo verde. El resto es suelo
desnudo”, señala el productor.
García describe que “cuando se pasa a una hectárea bajo
riego, puede ser alfalfa o cualquier otra gramínea para pastura, se hace un
tapiz en donde cada metro cuadrado prácticamente tiene una cobertura total”.
“Eso desde el punto de vista medioambiental es fantástico
por el hecho de que estamos capturando dióxido de carbono de la atmósfera
gracias al proceso fantástico de la fotosíntesis”, indicó.
Y agregó: “Tenemos la gran misión de hacer las cosas bien en
el campo para poder generar esos bonos de carbono, captura de carbono”.
“Entonces, también por el lado medioambiental repercute muchísimo”,
explicó entusiasmado.
Aspecto social
El último pero no menos importante aspecto que describe
García es el impacto social.
El productor contó: “Cuando llegamos al campo en el año 2006
teníamos tres empleados, por decirte, y con eso manejábamos el campo. El
veterinario que venía cada tanto, más algún otro proveedor y cliente, pero no
mucho más que eso, nueve y diez personas como impacto social”.
García utiliza el concepto de “densidad social” para contar
la cantidad de personas que intervienen en el proceso productivo de una
hectárea de su campo. Al principio eran diez personas y hoy el equipo de
trabajo de Don Manuel son 25 personas.
Y ahora el recuento de proveedores y clientes arroja la
cifra de 848 personas. De esta forma señala que el impacto de pone una hectárea
bajo riego no es solo económico-productivo, “sino también ambiental y social”.
Publicado en Diario Río Negro.




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