Estilo escocés y aroma a bourbon en un whisky hecho en Río
Negro.
Una pareja de Villa Regina le dio vida a una bebida que
deslumbra por su sabor.
Nadia y Cristian, dos emprendedores de Villa Regina que
lograron crear un whisky de gran calidad combinando diversos factores.
La feria gastronómica de Bariloche a la carta (BALC), en el
Centro Cívico, incluye la posibilidad de descubrir productos de diversas zonas
de Río Negro. Y, entre ellos, hay algunos que llaman particularmente la atención.
Por ejemplo, se puede localizar una bebida que combina un estilo de origen
escocés con cierto aroma típico de la zona de Kentucky, en el centro sureste de
Estados Unidos.
Cristian Catanzaro tiene treinta y siete años, y desde hace
diez se dedica a hacer whisky. Posee una
destilería en Villa Regina, junto a su mujer, Nadia Salazar.
Cuando Nadia estudiaba para ser licenciada en alimentos, en
la última etapa de la carrera, comenzó un proyecto relacionado con procesos de
producción, entre ellos, de cerveza. A partir de esa labor, surgió la intención
de trabajar con destilados.
“Desde ahí, nos enfocamos en el destilado y el añejamiento; así surgió Rarakün”, cuenta Cristian, que siempre había trabajado en mantenimiento industrial y procesos relacionados con esa temática. De tal manera, su conocimiento resultó más que relevante a la hora de mandar a hacer el alambique, las ollas maceradoras y demás.
En definitiva, el concepto de toda la cadena productiva, en
la destilería, fue elaborado por Nadia y Cristian. Las referencias a la hora de
pensar en ese entramado apuntaron a Escocia. Pero, más allá de ese perfil
escocés, el añejado se realiza en barricas de roble americano donde alguna vez
hubo bourbon.
“Las barricas van a una tonelería de Mendoza, provenientes
de Estados Unidos. Las hacemos cepillar y se tuesta con nuestro destilado”,
explica Cristian, quien aclara que, luego, ya en Villa Regina, proceden al
añejamiento.
“El estilo de elaboración es escocés, tiene doble destilado,
y el alambique también posee un formato de la morfología que usan en Escocia,
pero al añejarlo en esa madera se suman notas de bourbon, es decir, caramelo,
chocolate y cierto sabor frutado”, indica el productor, que a la vez apunta:
“La idea era darle el perfil del Alto Valle productivo, donde estamos nosotros,
con esos sabores relacionados con la pera, la manzana, los dulces… Pero todo a
partir de la cebada, que, si bien es nacional, es de otro sitio, Santa Fe.
Nosotros la hacemos traer y la pedimos a un grado de malteado específico, y en
base a eso realizamos el proceso”.
Rarakün, combinación de elementos.
“La idea era innovar, pero, a la vez, mantener el carácter
local, dándole, a nuestra zona, un producto nuevo para ofrecerle a la gente.
Porque en la región se hace sidra, vino y cerveza, pero se trataba de ser
disruptivos, y por eso nació la propuesta de dedicarnos al whisky, aunque nos
llevó mucho tiempo de desarrollo, por todo lo vinculado al añejamiento”,
señala. En tal sentido, precisa que, como mínimo, el producto debe estar dos
años en barrica, para embotellarlo y venderlo. Eso implicó que las pruebas
iniciales extendieran el lanzamiento al mercado. “Estuvimos cinco años para
salir, y ya llevamos otros cinco de venta”, dice Cristian.
En la destilería reciben a clientes, pero, principalmente,
proveen a todo el país a través de la página web de la firma
(https://www.rarakun.com.ar). Hasta el momento, no distribuyen en locales de
venta al público por el stock que manejan. No debe olvidarse que se trata de un
producto de gran calidad, pero hecho a escala reducida. La última producción,
que hasta el momento ha sido la de mayor volumen, fue de dos mil botellas en el
año. “La intención es ir escalando de a poco, pero debe tenerse en cuenta que
lo que embotellamos en este momento es algo que pusimos en producción hace
bastante. Caba botella tiene tres años de elaboración. Es una cadena de trabajo
que demanda mucho tiempo”, expresa Cristian.
Quienes pasean por la feria gastronómica se muestran felices
de probar productos de tal calidad.
En cuanto al nombre, Rarakün, el emprendedor manifiesta:
“Representa, en mapuche, el sonido de los elementos de la naturaleza, es decir,
tierra, fuego, aire y agua”. En tal sentido, advierte: “En el proceso,
justamente, se usan todos los elementos, porque el fuego le da vida al
alambique, el aire trabaja con el añejamiento en la barrica, el agua le da
fuerza a la cebada (de la tierra) para extraer lo vinculado al azúcar y los
alcoholes. La idea era simbolizar el proceso fisicoquímico de una manera
integral”.
Cabe resaltar que es la segunda ocasión en que el
emprendimiento forma parte del BALC.
Publicado en EL CORDILLERANO.
Por Christian Masello.
Fotos: Facundo Pardo.
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