domingo, 30 de noviembre de 2025

El Círculo Italiano cumple 99 años: el sueño de los colonos que hoy es símbolo de Regina.

 


El Círculo Italiano cumple 99 años: el sueño de los colonos que hoy es símbolo de Regina.

Salir del trabajo para seguir construyendo, aportar dinero, tiempo y pasión para que Regina tuviera un lugar de encuentro: así nació este espacio que hoy es orgullo reginense y este viernes 5 de diciembre cumple 99 años.

Edificio F.A.I en abril de 1927. La foto fue tomada luego de la Asamblea Extraordinaria de socios llevada a cabo el 10 de octubre de 1943. Foto: gentileza Círculo Italiano.

Villa Regina tiene apenas 101 años, y si uno repasa su historia, hay una institución que aparece entre las primeras páginas: el Círculo Italiano. Este viernes 5 de diciembre cumple 99 años, casi tanto como la propia ciudad, y el aniversario vuelve a poner en escena un capítulo clave de nuestra identidad, la llegada de los inmigrantes italianos que levantaron, ladrillo a ladrillo, tanto el histórico Cine Teatro como los espacios deportivos que aún hoy siguen en actividad.

El Círculo —que al inicio se llamó FAI, por Forza, Amore e Intelletto— nació en 1926, cuando las familias italianas que habían fundado la Colonia Regina buscaban un lugar para encontrarse, sostener sus costumbres y darse un poco de compañía después de largas jornadas de trabajo en tierras todavía áridas. Aquél primer galpón, prestado por la Compañía Italo Argentina de Colonización, se convirtió en el punto de encuentro para jugar bochas, cartas, compartir nostalgias y proyectar futuro.

Edificio F.A.I - Abril de 1927. Foto: Círculo Italiano.

En aquellos primeros años, el sentido comunitario era tan fuerte que la institución comenzó a crecer gracias a gestos simples pero decisivos. La primera lista de socios, fechada el 15 de septiembre de 1927, reunió 113 colonos italianos, una cifra enorme para la población que por entonces tenía Regina. Para sostener la construcción y las actividades de la naciente FAI, muchos aportaban sumas como $500, que los convertían en socios beneméritos, o bien contribuían con bonos de $100 que incluían diez entradas al cine por año. 

Con los años, y con mucho esfuerzo colectivo, llegó la decisión que cambiaría para siempre la vida social y cultural de Regina: construir un gran edificio propio. Con préstamos personales, aportes solidarios, viajes a Buenos Aires en busca de materiales y hasta jornadas enteras de hormigoneado con jóvenes y chacareros que trabajaban ad honorem, los socios levantaron una obra monumental para la época: un Cine Teatro de 1.200 butacas, único en la Patagonia.


La obra del edificio demandó casi cuatro años de trabajo continuo, atravesado por dificultades económicas, préstamos personales, remates de materiales y una cadena de solidaridad que sorprende todavía. Entre quienes dejaron su huella está Juan Bautista Iogna, hoy con 85 años, el último sobreviviente de aquel grupo que moldeó el yeso del teatro con una precisión que solo la experiencia europea le había dado. “El edificio está hecho entero en hormigón y cemento, ahora ya no se trabaja así”, recuerda, mientras evoca noches de hormigonear sin pausa y a los chacareros que se acercaban a ayudar sin pedir nada a cambio. Su relato da cuenta del orgullo por lo logrado y gratitud hacia aquellos vecinos que, con sacrificios, dieron forma a uno de los edificios más queridos de Regina.

Juan Bautista Iogna. Foto: Círculo Italiano.

Ahí aparece una de las postales más queridas por los reginenses. Ese edificio, que desde afuera impone respeto y por dentro emociona a cualquiera, nuestro pequeño tesoro cultural. Muchos artistas que pasaron por su escenario lo describen con la misma sonrisa: “es un mini Colón”. Y sí, salvando las distancias, Regina tiene una joya arquitectónica que hace casi un siglo deslumbra a visitantes y vecinos.

Por su escenario pasaron compañías líricas, figuras del Teatro Colón, ballets internacionales, Les Luthiers, Sergio Denis, Ramona Galarza, Víctor Heredia, Piero y artistas de todas las épocas. También fue cine, espacio de encuentros sociales, ferias de colectividades, congresos y hasta refugio improvisado para pilotos de Fórmula 1 en la década del ’50, cuando un aterrizaje de emergencia los dejó en la ciudad.

En paralelo, el club siguió creciendo en su costado deportivo: cancha de fútbol, tenis, paddle, su emblemática pileta cubierta —única en la zona en funcionamiento permanente— y un enorme salón que en los ’60 se construyó donde antes soñaban con hacer una cancha de bochas.


Hoy, casi un siglo después, el Círculo Italiano sigue siendo mucho más que una institución. Es parte viva de la identidad reginense, un puente entre la historia de los primeros pobladores y las generaciones que continúan llenando de actividad su sede deportiva y su querido teatro.

No solo celebramos la trayectoria del club, sino también el espíritu comunitario que lo hizo posible: ese empuje inmigrante que mezcló esfuerzo, cultura, tradición y amor por esta ciudad al pie de las bardas. 

PUBLICADO EN LA COMUNA DE VILLA REGINA.
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Otras imágenes:


Imágenes publicadas en
Cine Teatro Círculo Italiano / Facebook.





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