sábado, 30 de marzo de 2024

Accinelli-Rojas, el duo de música popular que une Regina y España.

 

Accinelli-Rojas, el duo de música popular que une Regina y España.

Hace casi un año, Silvio Accinelli, primer egresado de la Licenciatura en Música Popular del IUPA, se fue a España. Aún así, con Miguel Rojas, gestor cultural, docente y músico radicado en Villa Regina, grabaron su tercer disco: “El legado”.

Muchas personas, entre ellas las que hacen música, se quejan del famoso “ego de los músicos”. Como se puede comprobar en esta entrevista, el ego no es algo que cause problemas en Accinelli-Rojas dúo. Y si algo tiene esta dupla reginense es ganas de trabajar, como se comprueba por los tres discos (un total de 36 canciones, a las que se suman dos lanzadas como single) que publicaron en sus cinco años de trayectoria.
Hace casi un año, Silvio Accinelli, el primer egresado de la Licenciatura en Música Popular del IUPA, se fue con su familia a España buscando nuevos horizontes y oportunidades. Pero eso no impidió que con Miguel Rojas -gestor cultural, docente y músico que sigue radicado en Villa Regina- continúen intercambiando las canciones que componen por WhatsApp y ya estén empezando a pensar en su cuarto disco, cuando hace solo algunas semanas lanzaron su producción más reciente, que recibió la aprobación de Liliana Herrero.

“El legado” es el título del tercer disco del dúo. Está compuesto por 13 canciones que, como las de sus anteriores discos, pasan por distintos géneros de la música popular (el tango, el blues, la murga, el jazz y distintos subgéneros del rock). Entre ellas se puede destacar “Todo pasa, todo pasará”, quizás la mejor performance de Rojas como cantante; el tango piazzollesco de “Tus manos”, con Daniel Ruggiero en el bandoneón, y “Soñar” con Nacho Martínez en bajo.

Silvio Accinelli y Miguel Rojas se conocieron hace ya muchos años en el Paseo de la Juventud de Villa Regina. “Estaba guitarreando con unos amigos y me dijeron que había uno que se sabía todos los temas de Sui Generis”, cuenta Miguel. “Ahí nos conocimos -continúa Rojas-, empezamos a charlar y yo después lo recomendé a mi hermano Walter (“Piturro”) para que toque en su banda, Chésare”. Accinelli agrega: “Yo tenía 15 o 16 años e iba siempre con mi guitarrita, tocábamos temas de hippies: Pastoral, Sui Generis, también algunos temas de La Mississipi, Héroes del Silencio… Pero fue mucho después que nos pusimos a hacer música juntos. Primero compartíamos más escuchar discos, tocar… y noches de rock”.


“El legado” es el título del tercer disco del dúo. Está compuesto por 13 canciones que, como las de sus anteriores discos, pasan por distintos géneros de la música popular (el tango, el blues, la murga, el jazz y distintos subgéneros del rock). Entre ellas se puede destacar “Todo pasa, todo pasará”, quizás la mejor performance de Rojas como cantante; el tango piazzollesco de “Tus manos”, con Daniel Ruggiero en el bandoneón, y “Soñar” con Nacho Martínez en bajo.

Silvio Accinelli y Miguel Rojas se conocieron hace ya muchos años en el Paseo de la Juventud de Villa Regina. “Estaba guitarreando con unos amigos y me dijeron que había uno que se sabía todos los temas de Sui Generis”, cuenta Miguel. “Ahí nos conocimos -continúa Rojas-, empezamos a charlar y yo después lo recomendé a mi hermano Walter (“Piturro”) para que toque en su banda, Chésare”. Accinelli agrega: “Yo tenía 15 o 16 años e iba siempre con mi guitarrita, tocábamos temas de hippies: Pastoral, Sui Generis, también algunos temas de La Mississipi, Héroes del Silencio… Pero fue mucho después que nos pusimos a hacer música juntos. Primero compartíamos más escuchar discos, tocar… y noches de rock”.

“El legado” es el título del tercer disco del dúo. Está compuesto por 13 canciones que, como las de sus anteriores discos, pasan por distintos géneros de la música popular (el tango, el blues, la murga, el jazz y distintos subgéneros del rock). Entre ellas se puede destacar “Todo pasa, todo pasará”, quizás la mejor performance de Rojas como cantante; el tango piazzollesco de “Tus manos”, con Daniel Ruggiero en el bandoneón, y “Soñar” con Nacho Martínez en bajo.

Silvio Accinelli y Miguel Rojas se conocieron hace ya muchos años en el Paseo de la Juventud de Villa Regina. “Estaba guitarreando con unos amigos y me dijeron que había uno que se sabía todos los temas de Sui Generis”, cuenta Miguel. “Ahí nos conocimos -continúa Rojas-, empezamos a charlar y yo después lo recomendé a mi hermano Walter (“Piturro”) para que toque en su banda, Chésare”. Accinelli agrega: “Yo tenía 15 o 16 años e iba siempre con mi guitarrita, tocábamos temas de hippies: Pastoral, Sui Generis, también algunos temas de La Mississipi, Héroes del Silencio… Pero fue mucho después que nos pusimos a hacer música juntos. Primero compartíamos más escuchar discos, tocar… y noches de rock”.

-O sea que en “Disparado de amor” hay canciones que compusieron por separado y otras que hicieron juntos.
Silvio: Nuestra forma de laburar es así: Miguel me manda un audio con una canción tocada con la guitarra y cantada. Después entre los dos vamos viendo. Por ejemplo en el último disco tenemos un tango [“Tus manos”] que Miguel no lo había pensado originalmente así, pero a mí me sonaba medio piazzollesco y terminó quedando así.

Miguel: A veces puede ser que uno agregue en lo compositivo, otras en los arreglos… no es siempre igual.
Silvio: Trato de no intervenir mucho en la composición de las canciones de Miguel, porque ya están geniales, pero en los arreglos ahí trabajamos en conjunto.
Miguel: Hay algo muy loco de la mística que tenemos como dúo: a veces yo le mando una canción que me imagino con un arreglo, pero no le digo nada. Por ejemplo ahora que estamos a la distancia, anteanoche le mandé una canción nueva, ya terminada. Yo no le dije cómo pensaba que sea, pero Silvio tuvo la misma idea que había tenido yo.
-Los tres discos que sacaron hasta ahora se destacan mucho por la diversidad de arreglos, tanto en los géneros de las canciones como en la instrumentación…
Silvio: Sí, eso tiene que ver con lo que nosotros escuchamos. Acá me compré un tocadiscos y estoy renovando mi colección. El otro día me compré “Thriller”, “Abbey Road” y un disco de tangos.
Nosotros siempre escuchamos folklore y rock. Siempre fuimos a ver de todo: una banda de punk o a una cantante solista que hace temas melódicos… Todo ese conjunto de músicas fue lo que dio origen a ese crisol de géneros de nuestros discos. Tienen que ver con nuestra manera de escuchar al mundo y transmitir eso que escuchamos.
Miguel: En el primer disco Silvio tenía una chacarera, yo una zamba, entre los dos hicimos una tipo country… y dijimos “¿para qué nos vamos a encasillar en un solo género si nos sale de todo?”. Nos reconocemos en lo que dijo Kevin Johanssen de la música desgenerada. Por eso le pusimos “Desgenerado” al segundo disco. Nos pasa siempre que nos sale una canción con una onda de un género que capaz que no conocemos tanto y para terminarla nos ponemos a investigar y escuchar esa música.
Silvio: Cuando estábamos haciendo el segundo disco Miguel me presentó un bolero. Yo con la guitarra fui bastante autodidacta siempre y me tuve que poner a ver videos, le consulté a un profesor, hasta que lo pude ejecutar correctamente. Con el tema de murga (“Soñar”) que está en el último disco pasó algo parecido.
-Eso también se potenció con el hecho de que Silvio estaba estudiando la licenciatura en Música Popular en el IUPA
Miguel: justo Silvio arrancó esa carrera en 2018, casi al mismo tiempo que empezamos con el dúo. A mí me sirvió porque algunas cuestiones musicales más complejas que me cuesta transmitírselas, si tarareo un poco o hago un acorde en la guitarra él ya me entiende.
Es una búsqueda constante, que no sé cuándo va a terminar. La otra vez una radio de Buenos Aires le hizo llegar nuestra música a Liliana Herrero. Ella la pudo escuchar y en los comentarios que nos hizo nos hablaba de eso, de continuar buscando y arriesgando.
-Su primer disco “Disparado de amor” lo grabaron en plena pandemia
Silvio: me acuerdo que después de que Miguel venía a grabar a mi casa, tenía que esperar varios días para grabarlas yo, para esperar que se disipe cualquier resto del virus… Así que se complicó mucho.

-En los siguientes habrá sido más fácil juntarse…
Miguel: más o menos…
Silvio: en cada disco sumamos experiencias que aprovechamos para el siguiente. Y cada uno es distinto.
-Ahora vos estás en España, Silvio, ¿cómo la estás pasando allá?
Silvio: Estoy en Cantabria, al norte, es todo montañoso y costero. Vivo en Santa Cruz de Bezana y doy clases en un conservatorio privado.
Nos vinimos con nuestra familia porque siempre nos gustó conocer culturas y andábamos buscando un cambio. Ya estamos instalados, tenemos todo lo que vinimos a buscar: trabajo, estabilidad y pasarla bien. En abril se va a cumplir un año.

-¿Cómo suena la música de allá?
Silvio: El folklore de Cantabria le dicen música montañesa. Se me hace muy difícil, así como a mis alumnos de acá les parece difícil el ritmo del folklore de Argentina. Después la música pop que se escucha en la radio no es lo que llega a Argentina. De eso lo que estuve escuchando es el último disco de La Fila.

-¿Estuviste tocando?
Silvio: No, acá en España no es como en Argentina, que si sos músico mucha gente te dice: “venite el sábado a casa con la guitarra que nos juntamos a tocar”. Acá falta eso de juntarse, se acostumbra más sentarse a hablar de música. Cuando apenas empecé un profe me hablaba del rock de Argentina, Divididos, Cerati, Charly, Spinetta… conocía mucho y le gustaba más el rock de Argentina que el que suena en España, que es muy particular. En Argentina es más Accinelli-Rojas dúo el rock, hay más mezcla de géneros, en cambio acá no es así, es muy particular, me cuesta explicarlo, pero también me falta escuchar más.

-¿Y no se interrumpió la dinámica de compartir música con la que venían cuando Silvio vivía en Regina todavía?
Miguel: No, todo el tiempo nos estamos mandando cosas, en eso seguimos bastante prolíficos. Ya tenemos que hacer una selección muy grande para saber qué es lo que va a quedar en lo que viene, aunque hace solo dos meses sacamos el disco. Componemos mucho y nos gusta sacar discos, una colección completa de canciones. Eso es un problema porque ya nadie lo hace.

-A principios del año se armó una asamblea en Regina para reclamar por el ajuste en cultura y vos Miguel participaste, como lo hiciste en otros espacios organizativos de la ciudad
Miguel: La asamblea que se formó este año es un lugar de resistencia ante a esas medidas, no es que se generó un objetivo para adelante. Eso no quiere decir que en un futuro no se pueda hacer algo que lleve a que haya un objetivo de otro estilo. En otros espacios que se habían armado hace tiempo, como “Músicos reginenses”, lo que se pedía eran cosas más puntuales: más lugares para tocar, que se le pague a los músicos que tocaban en festivales, etc. Después en pandemia hubo una asamblea de la que surgió el “concejo de cultura” integrado por concejales y distintos artistas. Algo que ahora está un poco parado, pero que es muy interesante y no sé si pasa en otros municipios de la provincia.

*** Publicado en Diario Río Negro.

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