Juan Mora tiene 25 años, y antes de terminar el año fue reconocido por la Municipalidad de Huergo por su esfuerzo. Es que el joven, que trabaja en la chacra desde los 16 años, pudo recién este año cumplir su sueño de terminar el secundario y se llevó el honor de ser escolta del CEM 128.
Fue un logro con muchos esfuerzos. Juan tuvo que dejar la escuela a los 16 años porque había empezado a laburar y quería ayudar a su familia. Además quería cuidar a sus animales: tiene 40 conejos algunas gallinas y algunos chanchos.
Pero hace cuatro años se propuso como meta completar su educación secundaria. “Quiero ser alguien”, se dijo así mismo. Todo ese tiempo, Juan tuvo que pedalear cada día más de siete kilómetros para terminar la secundaria. “Recibí de la Municipalidad el premio Tanque por el esfuerzo de ir a la escuela con lluvia, con frío o viento”, expresó orgulloso.
Ahora tiene el sueño de convertirse en veterinario, y este año quiere estudiar en la Universidad de Río Negro en Choele Choel.
De lunes a viernes, Juan arrancaba la jornada a las 6 de la mañana e iba en bici de su casa a su trabajo. Luego de que volvía a su hogar a las 19, se lavaba un poco y volvía a montar su bici para llegar a tiempo al CEM 128. “A veces salía más tarde y se complicaba llegar, no alcanzaba a bañarme ni tampoco a comer, como salía del trabajo me iba a cursar”, recordó.
Juan tuvo momentos muy difíciles pero recibió el apoyo de su escuela para seguir adelante. “En primer año, el director fue como mi psicólogo. En ese tiempo estaba trabajando en Cervantes y se me hacía muy complicado llegar a estudiar, y él me escuchó mucho”.
El joven viene de una familia que trabaja en la chacra y también de una infancia muy dura: “Mi papá nunca me apoyó en el estudio, él llegaba borracho y tiraba todo lo que había en la mesa. Luego mamá hizo pareja con otro hombre y él si nos trató bien y nos motivó a estudiar, a superarnos”, dijo con nostalgia.
Juan muestra con orgullo su bicicleta playera, con la que terminó de cursar. “Ésta es la tercera bici que tengo en estos cuatro años, a algunas se les rompieron las ruedas”.
“Hace unos meses me pasó que se largó a llover cuando iba a la escuela y llegué mojado. Una compañera me dio un pantalón del ropero solidario que tenemos en la escuela”.
Un amigo publicó su historia en Facebook y mucha gente de Entre Ríos, de Choele Choel, de Villa Regina y Mainqué se comunicó a su celular felicitándolo por el esfuerzo y su ejemplo. “Esto me motiva para seguir adelante”, dijo.
“Hay chicos que tienen la posibilidad de estudiar y no lo hacen, el tema es preocuparse, moverse y cumplir. Al que labura y no se anima a terminar sus estudios yo le recomiendo que empiece porque el sacrifico lo vale”.
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