Que las empresas telefónicas que operan en Argentina son un desastre no es novedad. Tienen la mirada fija en la recaudación, sin importarles “un pito” el servicio que prestan.
La empresa Claro me avisa con 20 días de anticipación que el vencimiento de la factura está a mi disposición para su pago, pero si tengo que reclamar debo peregrinar marcando todas las opciones que me da una computadora, y muchas veces sin obtener un resultado favorable.
Lo de Telefónica parece de ficción pero no lo es: dos semanas sin teléfono fijo y sin internet. Para reclamar hay que viajar hasta Roca, porque en Regina hace más de dos años levantaron la oficina. Me largaron conforme con un “Vaya tranquilo, en 3 días le solucionamos el problema” y me dan un 0800 para cualquier consulta. Llamé y se me cayeron los pantalones con la respuesta de la máquina: “El servicio se encuentra suspendido por registrar pendiente de pago una factura que vence el 3 de octubre de 2016”.
Gracias a la intervención del jefe de Defensa del Consumidor municipal Horacio Alarcón en dos horas fue reestablecido el servicio.
Alberto Lino Guajardo.
Carta de lectores Diario "Río Negro", 1º de Octubre de 2016.
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