lunes, 6 de julio de 2015

335 millones de kilos de fruta se pudrieron en las plantas. Más de 200 millones se perdieron por la crisis en esta temporada. El resto sucumbió por el granizo. Productores en alerta piden fondos. La poda viene "lenta" y preocupa el avance de temidas plagas.

Es exactamente la misma cantidad que lo que consume la Argentina en todo un año. Son 200 millones de kilos de manzanas y peras los que se dejaron pudrir en las plantas. Y también bastante más, si se suman los 135 millones de kilos de fruta que fueron devastados por una manga feroz de granizo. Son testimonio y prueba de "la gran crisis" de la fruticultura. Son unas 12.000 hectáreas que este año pintaron de negro una vasta porción de los valles productivos.
"No se levantó porque no se pudo", así de sencillo, dicen los que saben. Los que la producen.
Un porcentaje alto si se tienen en cuenta las casi 48.000 hectáreas productivas que registran las estadísticas oficiales, pero más alto aún si se considera, tal como refieren los padrones del Consorcio de Riego de Segundo Grado, que actualmente "en producción deben quedar alrededor de 30.000", según apuntó Eduardo Artero, presidente del ente regional de riego.
Miles de hectáreas que se traducen hoy en un grave riesgo sanitario. Con plagas al acecho que sacan tajada de la crítica situación y otras tantas que encuentran el momento justo para declarar la guerra. "Fue imposible levantar la cosecha y para muchos también va a ser imposible podar, cuando lleguen los fondos va a ser tarde, así que las curas se van a tener que reforzar pero va a ser muy difícil el panorama para el año que viene", explicó Jorge Figueroa, presidente de la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén. El dirigente sostuvo que "el riesgo sanitario es grandísimo" porque se acentúan los malos pronósticos por carpocapsa "la plaga que más nos afecta" y también de plagas secundarias.
"Más de 200.000 toneladas de frutas quedaron directamente en las plantas, se perdieron porque no había previsibilidad para poder comercializarla, el tema de costos cada vez más altos, no la querían las empresas ni quedaban espacios en frío...", sintetizó Figueroa.
Fue un año atípico para toda la actividad que terminó en un extenso "tractorazo" en las rutas que desnudó el drama. Más allá de tiempos políticos, de agendas instaladas, de intereses económicos.
El panorama en el Alto Valle a la vera de las rutas 22 y Chica, hasta para un conocedor de la zona y sus vaivenes, es desolador. La fruta -ya a mitad de año- todavía colgando de las plantas, pudriéndose sin solución, preocupa y duele.
"Es la primera vez en 21 años que trabajo en esta chacra, que tenemos que dejar que pase esto, dejar que se pudra la fruta", contó Manuel, encargado de la chacra 161 ubicada en J. J. Gómez. "Acá hay 75 hectáreas y sólo levantamos la pera, nada más. Cosechamos 25 hectáreas y el resto está ahí... 50 hectáreas con fruta, perdidas". "Los costos son muy elevados y no se puede... Ahora se está comenzando a podar un poco pero no vamos a llegar con todo. Se irá a podar 12 hectáreas, lo más nuevo y el resto quedará para el año que viene. Va a salir más caro podar y curar pero el que quiera recuperar va a tener que hacerlo, sino va a entrar en más decadencia", explicó.
Y el resto de la preocupación para muchos productores pasa ahora por las tareas de suelo. "Por lo menos hay que dar vuelta la tierra para matar un poco el bicherío, dejar que el frío haga su trabajo, pero también está difícil porque no hay plata, si ni siquiera se hicieron las curas cuando correspondía", lamentó Manuel.
Precisamente por eso, "tenemos un gran problema encima", advirtió la ingeniera Liliana Cichón, referente principal de Sanidad vegetal del INTA. La fruta en las plantas permitió un desarrollo completo de la última generación de carpocapsa y las consecuencias de esto se verán, y deberán combatir con el doble de esfuerzo, en la temporada entrante.
"Muy tarde para la poda"
Aunque las tareas de poda tendrían que haber comenzado en mayo, recién en estos últimos días tímidamente algunos productores comenzaron a llevarlas adelante con escasos recursos. El panorama que se les presenta es "negrísimo", coincidieron muchos productores, pero saben que las tareas de poda son fundamentales para poder llegar a la próxima cosecha con plantas en condiciones y buena producción.
Figueroa explicó que hoy el nivel de tareas en las chacras "viene muy atrasado", apenas se ha hecho un 15% de lo que se debería hacer y "cuando tengamos los recursos va a ser tarde", opinó, "y no va a alcanzar la gente (capacitada)".
Desde la última década el rostro del valle productivo continúa mutando. Las chacras en producción vienen en picada: la falta de rentabilidad, el avance urbano y el desarrollo de otras actividades jugaron en contra y actualmente el número de chacareros en pie es casi la mitad que diez años atrás.
Según el Registro Nacional Sanitario de Productores Agrícolas (Renspa 2013) en la Patagonia Norte hay unos 2.500 productores de pepita en actividad, de los cuales más de la mitad tienen producciones de hasta 10 ha. La mayor parte, poco menos de 40.000 ha, se encuentran en Río Negro y alrededor de 6.000 en Neuquén.
Pero para los productores las cifras están en constante cambio, aunque no se cuenta con estadísticas actualizadas en la Secretaría de Fruticultura de Río Negro. Sólo en Cipolletti, según el Consorcio de Regantes y la Cámara de Productores, en los últimos diez años la ciudad perdió unas 2.000 hectáreas. La mitad fue por el avance de la ciudad sobre las zonas productivas y las otras 1.000 por el abandono de la producción.
Si bien la crisis en la fruticultura desde hace varios años se viene haciendo sentir, esta última temporada marcó un punto de inflexión, con la caída de granizo en octubre y enero, a lo que se sumaron los problemas de comercialización y de falta de envases.
Los pronósticos antes del inicio de la temporada de cosecha hablaban de la imposibilidad de cosechar y comercializar de 400 millones de kilos de fruta, aunque pasada la temporada el volumen fue de 350 millones de kilos.
De este último número en la zona de Villa Regina, incluyendo a Godoy, Chichinales y Valle Azul, quedó sin cosechar alrededor de un 40%.
Elvio Ferraza, presidente de la Cámara de Productores Agrícolas de Villa Regina, explicó que "el 50 por ciento de la producción frutícola del Valle está en nuestra zona" y estimó que quedaron sin cosechar en esta zona más de 200.000 toneladas, de las cuales un 30% corresponde a las peras de variedad Williams, un 40% de manzanas en especial de la variedad Gala, algo de D'Anjou y Packams, estas últimas por falta de envases", detalló Ferraza.
Remarcó que "todo se sumó en esta temporada, la falta de comercialización y la de envases; los fríos están llenos de Williams, porque fue lo que se alcanzó a cosechar antes de que cayera el granizo y se paralizara la comercialización".
(Con aportes de agencias Villa Regina y Cipolletti).
http://www.rionegro.com.ar/diario/335-millones-de-kilos-de-fruta-se-pudrieron-en-las-plantas-7772661-62202-nota_multifoto.aspx

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