domingo, 31 de julio de 2022

Una cerveza con alma reginense.

 


Una cerveza con alma reginense.

Florencia Pérez Zanin y su esposo, Sebastián Riquelme, son los creadores de la cerveza casera “Lucullus”, de Regina. La joven pareja explica cómo empezó su incursión en este mundo y qué hace falta para triunfar.

Florencia Agustina Pérez Zanin (29) y su esposo, Sebastián Nicolás Riquelme (33), son los reponsables de la existencia de la cerveza casera “Lucullus”, de Villa Regina. La joven pareja comenzó con el emprendimiento en septiembre de 2019, y luego incorporaron los padres al negocio.

Según explica Florencia, “fue fundamental la organización y división de tareas, ya que no todos los integrantes del emprendimiento están dedicados al 100% a esto”.

La pareja relata que arrancaron como un “hobby”, un poco por curiosidad de conocer cómo se hacía esta bebida que tanto gusta. A eso se suma un plus: ambos provienen de una familia bodeguera, y siempre tuvieron como asignatura pendiente producir su propia cerveza.

“Primero compramos un equipo pequeño e hicimos variedades simples como la Golden (una clásica rubia) y la Scottish (roja)” contó Florencia; quién también aseguró que después de probarlas, estudiaron y continuaron siempre convencidos de que el producto que querían lograr “diera el mejor resultado”. Es por esa razón que no se quedaron solo con esa experiencia, sino que también comenzaron a estudiar y realizar distintas capacitaciones (además de contratar un licenciado en alimentos, Mario Villano) para asesorarse de manera detallada en el manejo de los diferentes productos.

“Éramos conscientes de que lo que estábamos haciendo lo queríamos hacer de la mejor manera, cocinando en nuestros tiempos libres. Así paso el tiempo y adecuamos un galpón de la chacra en donde vivimos, en Villa Regina, para destinarlo a la producción de la cerveza casera”, explicó Florencia.

Pérez Zanin nació y se crio en Neuquén, y hace aproximadamente una década se instaló en Regina para estudiar. Actualmente se dedica por completo al emprendimiento, decisión que tomó en parte por el crecimiento del proyecto y en parte porque se necesitaba a alguien de manera permanente en la fábrica.

Riquelme, en cambio, nació en Villa Regina y trabaja como administrativo en un criadero de cerdos. “Primero hacíamos cenas con amigos para probarlas, luego comenzaron a pedirnos para comprar y así se fue armando una cadena en donde nos dimos cuenta de que queríamos producir cerveza y venderla, hacer de esta gran aventura algo rentable”, explicaron.

Fue así que Flor decidió dedicarse por completo a la elaboración de cerveza artesanal, desde la planificación hasta la facturación, pasando por el pedido de insumos, las cocciones, la relación con los clientes y proveedores, y el manejo de redes sociales.

Según señaló,“luego compramos un equipo más grande, siempre manteniendo la calidad y el material a nuestro criterio, utilizando lo mejor en acero inoxidable. También se dio lugar a más fermentadores y adecuamos todo el equipo para poder hacer cerveza, a una escala donde podamos venderla”. Y agregó también que “esto nos llevó a habilitar la fábrica, para que puedan consumir nuestro producto adecuadamente”.

Hoy, el producto se comercializa en cuatro bares de la ciudad reginense con las variedades, Scottish, APA, IPA y Berries Boom; y en comercios que están enfocados en trabajar con productores locales en cuanto a cerveza artesanal.

Los jóvenes productores ofrecen también choperas para todo tipo de eventos y en ocasiones muy particulares, botellas o botellones recargables. A eso suman la participación en todo tipo de ferias. Además, se encuentran tramitando el RNE y el RNPA para poder vender en otras localidades. “Nuestro producto gustó tanto, que estamos produciendo entre 400 y 600 litros por semana”, indicó Pérez Zanin.

Con el lema de que “la cerveza que tomaste hace un mes sea la misma que estás tomando ahora y que sea 100% artesanal”, Florencia aseguró decidieron buscar ayuda familiar. Ahí fue donde se sumaron a la producción los padres de la joven, José Esteban Pérez y Susana Zanin. “Mi papá es empleado administrativo, bodego y fundador de Bodega La Balsa; y mamá es jubilada”, señaló; y aseguró que “ayudan tanto con la producción como con el flete, la rotación de insumos y todos los nuevos trámites que conlleva seguir creciendo”.

En cuanto a los insumos, estos se adquieren en Neuquén, pero también se usan lúpulos de Regina, producidos en la chacra Arana, llamados “Lúpulos de Río Negro”. Según indicó Florencia, en la actualidad cuentan con 9 variedades: Golden, Sout, Scottish, IPA, APA, Single Hop, Berries Boom, Naranjalu y Triple A. Estas últimas dos están en proceso de investigación y saldrán a la comercialización en unas semanas.

A futuro, la pareja sueña con poder contar con la cervecería en su propia chacra, ya que solo comercializan el producto en bares locales. También pueden solicitarse choperas de barriles de 20, 30 o 50 litros a través de redes sociales (Instagram o Facebook) en “Lucullus Cerveza”.

La elaboración de la cerveza se planifica según la demanda de clientes. Al ser un alimento, se deben respetar los tiempos de elaboración, maduración y conservación. “Somos un emprendimiento familiar y nos acompañamos, ayudamos y apoyamos entre todos”, manifestó la productora, y aseguró que tratan de que todos sepan hacer cada cosa y de esa manera, las tareas se alivianen para todos.

En cuanto a la elaboración de la cerveza artesanal, Lucullus cuenta con tres etapas: la cocción, la maduración y el fraccionamiento. El gasificado en este caso es forzado mediante un tubo de CO2 y un agitador mecánico; y la cocción consta de distintos tiempos, con diferentes insumos según la receta. “Es fundamental contar con el carné de manipulación de alimentos, como también tener todo limpio y ordenado en lo que es higiene y desinfección tanto de la sala de la elaboración como del manipulador”, explicó.

El emprendimiento también tiene un enfoque “reutilizable sustentable”, orientado a reducir la contaminación y el consumo masivo de plástico. Por eso, según explica Pérez Zanin, en la feria se promueve y fomenta el uso de “eco vasos” y se ofrecen premios con bonificaciones de descuentos o de 2×1. “Si envasamos cerveza, lo hacemos en envases retornables o botellones. Nos parece fundamental este enfoque porque somos conscientes de que todos podemos sumar un granito de arena a esta gran causa”, argumentó.

El producto lleva el nombre de “Lucullus”, que hace referencia a un emperador romano de los años I a. C, considerado el padre de la gastronomía. La historia cuenta que tenía 12 comedores de distintos tipos y uno era de excelencia. Sin importar el día y la hora, se encontraba siempre preparado para degustar comida extraordinaria. Tras escuchar sobre sus comedores, el Rey decidió visitarlo y sorprenderlo con su asistencia, entonces Lucullus le asignó el comedor que estaba preparado con todos los detalles y así logró satisfacerlo.

“Nos identificamos con esta historia por las variedades de cervezas, y porque siempre buscamos sorprender a nuestros clientes como reyes” manifestó la joven refiriéndose, además, a que siempre “estén a gusto”.

PUBLICADO EN DIARIO RÍO NEGRO.

https://www.rionegro.com.ar/en-casa/una-cerveza-con-alma-reginense-2420748/

No hay comentarios:

Publicar un comentario