“Ya no podemos vivir así, la inseguridad es moneda de todos los días y lo peor es que no tenemos respuestas”. La frase resume la preocupación que tienen los productores frutícolas de Regina y zonas aledañas por ser víctimas de robos. Afirman que están armados para evitar ser blanco de los delincuentes.
Los robos no tienen día ni horario; animales y herramientas son los elementos que se llevan los delincuentes. Aprovechan cualquier descuido. A algunos productores se les han iniciado acciones judiciales por tratar de defender su propiedad.
Por caso, esta semana hubo un allanamiento en la casa de un productor de la zona sur. Se le secuestro de una escopeta que días antes había usado para matar un perro, en momentos en que le roban animales de corral.
“Rápidamente hubo una orden de allanamiento, pero nos presentamos para hacer el descargo, presentar la documentación del arma, y ninguna oficina judicial estaba abierta, ni el juzgado, ni la fiscalía y la defensora oficial no nos atendió el llamado”, contó un familiar del productor.
Un grupo de productores dieron testimonio a Río Negro de la crítica situación que viven y que los llevó a armar grupos de seguridad para comunicarse telefónicamente y advertir sobre la presencia de personas sospechosas dentro de las chacras o en horarios en los que no se realiza ningún tipo de actividad.
“Cuando comenzó la cuarentena tuvimos varios días de paz. La policía hacía rondas permanentes y no se movía nadie. Pero con la flexibilización, andan en cualquier horario, se mueven a pie o en motos. De noche solo se escucha el ruido porque no tienen ni una sola luz”, agregaron.
Indicaron que ante cada irrupción que detectan en las chacras, se difunde un alerta rápido entre los productores, al tiempo que se da aviso al personal policial. “En el caso de la Comisaría 35, siempre responden, aunque tienen dos móviles y en ocasiones los policía vienen con sus vehículos particulares. El problema está después del accionar de la policía. Salen inmediatamente, y seguro que es porque los delincuentes aprietan a los fiscales y jueces”, se quejaron.
Los disparos al aire con armas de fuego son la última alternativa que encontraron, porque en su gran mayoría ya apelaron a otros elementos de seguridad como alarmas, cámaras de vigilancia, sensores de movimiento y luces. “Pero pasan y le tiran piedras a las cámaras, a otros no solo le robaron herramientas o animales, sino que incluso se les llevaron hasta los sensores de movimiento”, dijeron.
Publicado en Diario "Río Negro", 6 de junio del 2020.
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