jueves, 25 de junio de 2020

En primera persona: escribo cosas y no me baño.

En primera persona: escribo cosas y no me baño.

Personalidades de distintos ámbitos de Bahía Blanca hablan de su vida en tiempos de pandemia. Hoy, la escritora Lena Diaz Pérez.

Lena Diaz Pérez.
(…) los días se dividen en hoy le pasé lavandina a la mesada 
hoy le pasé lavandina a los pisos 
hoy le pasé lavandina a la heladera 
hoy se quemó el lavarropas. 
Nada más. 
A esos versos los escribí un día en el que sentía que los días eran eso, sólo eso, no otra cosa. Con altibajos como todo el mundo, imagino, escribo en mi diario íntimo de tapa de peluche las emociones que voy experimentando. No recuerdo haber estado tan quieta antes y quiero registrar todo lo que eso me significa.

   La escritura está más presente en este momento que otras actividades cotidianas, en serio, todos los días escribo pero hay días que no me baño. Entonces puedo decir que en este contexto la escritura es más importante para mí que lavarme el pelo. Puedo escribir en condiciones de hacer papas fritas en mi cuero cabelludo y lo hago.

   Hay dos días a la semana sin embargo que pasan distinto y se dividen del resto: los martes y miércoles poco antes del mediodía, con mi amiga y colega Juliana Baez entramos a Zoom para encontrarnos con los participantes del taller literario impulsado por el área de extensión de la Universidad Nacional del Sur que tenemos la alegría de coordinar. ¿Quiénes son los participantes? Jóvenes y adultos que se encuentran hoy privados de la libertad en la Unidad Penitenciaria n° 4 de Villa Floresta. En el tiempo que duran nuestras reuniones virtuales leemos, debatimos, compartimos ideas, escuchamos canciones y proponemos actividades de escritura para el próximo encuentro.  Hoy probablemente nos estemos sintiendo más solas y solos que otras veces, con Juli pensamos, si nos sentimos solas nosotras, ¿Ellos cómo se sentirán? y nos importa. Entonces compartimos lo que conocemos y lo que nos acompaña: la literatura. 

   Leímos poemas de Fernanda Laguna, de Gastón Vázquez, leímos fragmentos de la Odisea y hablamos del camino del héroe. Hablamos de los héroes y las heroínas, de la re-significación de los valores. Escuchamos la canción de Viejas Locas ¨Homero¨ y nos preguntamos si el viajero de la Odisea y el obrero de la canción compartían algo. Pensamos en Juana Azurduy y San Martín, en las Abuelas de Plaza de Mayo y en El ángel de la bicicleta. Problematizamos el concepto de héroe y heroína en figuras de cómic, figuras cotidianas. Mamá. Papá. Nosotras. Ellos. 

   Entonces el miércoles cuando terminamos el segundo encuentro de la semana nos quedamos reunidas por videollamada armando el siguiente: ahora vamos a leer la leyenda de la yerba mate y la vamos a escuchar leída en guaraní, su lengua original. 

   Cuento esto porque es una de las actividades más interesantes de las que estoy siendo parte. La idea de vivir una pandemia no creo que a alguien pueda divertirle demasiado, el mundo entero está luchando contra eso y no hay quien pueda decir ¨yo zafo¨ porque todas/os habitamos este mundo.

   He visto últimamente en los posteos de compañeras y compañeros que se recibieron en este contexto la afirmación ¨nadie se recibe solo/a¨. Concuerdo y me emociono. Nadie se recibe solo/a. Nadie escribe solo/a. Escribir es morir pero es multiplicarse también. En un momento en el que todo parece incierto, una cosa sabemos: nadie se salva solo/a. Y en esas ando. Si el disparador para escribir la columna para este diario era cómo estoy atravesando la pandemia, la cuarentena, el aislamiento, el distanciamiento es pensando, haciendo trabajar la máquina. Pienso, escribo, leo, comparto y no me baño tanto. No estoy muy orgullosa de esto último pero bueno. No sé. Sucede. 

   Se suele pensar en la lectura y la escritura como prácticas solitarias, yo ya no puedo pensarlas así. Poniendo el foco en el día de hoy, quizás menos. Del otro lado de la pantalla hay un montón de personas sintonizando un vivo de Instagram, leyendo un blog, viendo una transmisión por Facebook, por Youtube. La virtualidad nos permite entrar a una reunión de Streamyard desde distintos puntos del mundo y leernos poesía. Nos encontramos. Si quisiéramos encontrarnos en papel, las editoriales independientes están trabajando y mandando material a distintos puntos del país, armando promociones y haciendo posible la circulación de libros de sus sellos. Haciendo posible también esos encuentros. Apoyar el arte local y el arte independiente es importante y siempre vale la pena. Siempre. Eso sí lo sé: siempre.

   Banquemos un poco más para comer el asado, festejar el cumpleaños, compartir el mate. Mientras tanto podemos escribir poemas sobre las ganas que tenemos de comer asado, festejar el cumpleaños, compartir el mate y hacer pogo en un recital.

Quién es Lena.

   Lena Diaz Pérez nació en Villa Regina, Río Negro en el año 1994. Actualmente es estudiante del Profesorado y la Licenciatura en Letras en la Universidad Nacional del Sur. Desde el año 2019 co-coordina el Taller Literario en la UP4 de Villa Floresta. Publicó la novela juvenil No te me insinúes más, por favor (2014, EDIUNS) y los poemarios Evitarás el escándalo (2019, Hemisferio Derecho) y No hablarás con extraños (2020, Gerania editora). Participó de la 2da residencia para jóvenes poetas en el Festival Internacional de Poesía de Rosario (FIPR) y como poeta invitada del Festival de Poesía Latinoamericana de Bahía Blanca y del Festival de Poesía de Acá de la ciudad de de Mar del Plata.
Publicado en Diario "La Nueva" de Bahía Blanca, jueves 25 de junio del 2020.

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