sábado, 20 de junio de 2020

Emotivo acto por el Día de la Bandera en la plaza Belgrano.


Emotivo acto por el Día de la Bandera en la plaza Belgrano.

Este sábado se desarrolló en la plaza de barrio Belgrano el acto en el que se rindió homenaje al General Manuel Belgrano, en el marco de este año en el que se cumplen 250 años de su nacimiento y 200 de su muerte.
La ceremonia tuvo lugar durante la mañana y contó sólo con la presencia de autoridades municipales y policiales, teniendo en cuenta las medidas preventivas en el marco de la pandemia de COVID-19.
El intendente Marcelo Orazi encabezó el acto que fue transmitido a través del Facebook oficial de la Municipalidad.
La ceremonia comenzó a las 10,30 con la colocación de la ofrenda floral en el monumento a Belgrano, el minuto de silencio y el izamiento el Pabellón Nacional para luego proceder a la entonación de los himnos nacional argentino y a la provincia de Río Negro.
Luego, el presidente del Concejo Edgardo Vega brindó su mensaje, a lo que le siguió una narración grabada de sucesos vinculados a la figura de Manuel Belgrano, con la voz de Victoria, alumna de 6° grado de la Escuela N° 257.
Entre los agradecimientos se destacaron las bibliotecarias municipales responsables de la ornamentación en la plaza y otros espacios públicos y la señora Ana Grin por la confección de manoplas descartables para el izamiento de la bandera.
Tras la marcha ‘Mi bandera’ se procedió a la desconcentración.


“La bandera es todo, es la Patria misma”.
El presidente del Concejo Deliberante Edgardo Vega destacó, en su mensaje, la figura del general Manuel Belgrano, de quien valoró su “decisión de participar en un movimiento revolucionario que prometía la construcción de una nueva Nación”.
“A 250 años del nacimiento y 200 años de la muerte del creador de nuestra bandera debemos rendir a Manuel Belgrano un homenaje muchas veces postergado.
Belgrano ofreció el último tramo de su vida, a una causa que creía justa. Por ello a la comodidad que su condición de abogado le aseguraba, le opuso la decisión de participar en un movimiento revolucionario que prometía la construcción de una nueva Nación.
Aceptó el desafío, sabía que no era fácil, pero eligió el sacrificio y la incertidumbre, nos legó su ejemplo, que se repite y multiplica en cada enseña patria enarbolada a lo largo y a lo ancho de nuestra querida Argentina.
Debemos aprender a escuchar el mensaje que el prócer nos legara. La bandera es el símbolo, pero la Patria la hacemos todos, día a día, generación tras generación.
Una Nación tiene identidad cuando se construye fundada en principios y valores que le son propios e intransferibles. A pesar del tiempo transcurrido y con los cambios profundos que se han producido en el mundo, aquellos principios permanecen con toda su fuerza y vigencia.
Se manifiestan en nuestra vida democrática, en la activa participación del pueblo en el quehacer nacional, resaltando las acciones positivas, señalando también los errores, trabajando en la construcción colectiva de una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria.
Quiero hablar de la Bandera. Esos dos colores que ya son marca registrada en nuestra Patria.
Esos tres pedazos de telas bicolores que ondulan majestuosos en los pueblos y en los frentes de toda institución pública.
Todos sabemos lo que significa aunque no todos nos hacemos eco de su importancia.
Alguien podrá decir que son unos pedazos de tela celeste y blanco, y es cierto, pero lo que menos se mira es a la tela sino lo que representa.
La bandera es todo, es la Patria misma.
Sin ella hubiera sido imposible de pensar en un país unido y fuerte.
Sin ella el coraje para repeler una agresión extranjera hubiera sido inerte.
Sin ella sería imposible emocionarnos en un mundial de fútbol.
Y no nos podríamos percibir emocionados cuando entonamos nuestro Himno nacional.
Es así que nos sentimos orgullosos de ser argentinos.
Ella nos marca el paso. Impone el respeto necesario cuando todos transgreden en derredor; ella hoy dicta estas palabras.
No deseaba que éste fuera un discurso más de recopilación histórica y de alabanzas sin sentido. Ni Belgrano ni la Bandera se lo merecen.
Este tiempo nos pide compromiso y responsabilidad.
La imagen de este símbolo nos tiene que servir para entender el sentido de nuestra igualdad. Somos iguales ante Dios, ante la ley, ante aquel que tenemos al lado.
De qué vale una escarapela en el pecho si yo por ella no he dejado todo el esfuerzo necesario.
De que vale una camiseta si me regocijo con las desgracias ajenas.
De que vale ostentar un cargo, un título, una posición si no cumplo con lo principal de eso que es ser instrumento útil a los demás.
Los que convivimos cotidianamente en un ámbito donde deberíamos tener a estos símbolos como sagrados debemos tenerlo bien en claro.
Hoy no recordamos a la bandera y a su creador, hoy debemos celebrar lo que ella irradia, lo que ella simboliza.
Aquel que siente el peso de lo inútil al tener que pararse para izarla o arriarla no se está mofando de ella, está aprendiendo a ser irresponsable para el futuro que se avecina.
Debemos entender que los colores están más allá de nuestras diferencias; ella nos ha unido en batallas, luchas intelectuales y aún en la muerte. Ella nos salva del naufragio de la desintegración y del individualismo, por ella hemos aprendido a ser uno y sin unidad, todo será imposible.
Sintámonos argentinos, seamos dignos de estos colores, que nuestro compromiso sea a conciencia, para que al caminar cotidiano lo acompañe la sensación de orgullo, de compromiso y de servicio cumplido. Ojalá que así sea”.

Fuente de información e imagen: 
Prensa de la Municipalidad de Villa Regina.

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