El Gobierno no logró implementar medidas que anunció. Productores no podrán levantar la cosecha de uva.
Inexorablemente, diciembre es el mes de los balances y, sin dudas, los once meses que lo precedieron fueron los de la “descripción del escenario vitivinícola”. Se han escuchado mil maneras distintas sobre cómo describir una situación única: los productores están ahogados, hay sobrestocks y las respuestas no llegan.
Con una inflación del 40%, que genera altos costos para mantener un viñedo y con precios bajos pagados al productor, han dado como resultado que los números no le cierren al menos para el grueso de los viticultores mendocinos que producen uvas con destino a vinos básicos o mosto, más de 33 mil hectáreas en la provincia.
Un reporte de Acovi admite que esos viticultores este año fueron a pérdida. Así, para mantener una finca de 15 hectáreas con uva con destino a blanco escurrido, los viticultores perdieron a razón de 26.058 pesos mensualmente, tomando como referencia el precio $ 2,02 por litro, es decir, que para obtener un equilibrio necesita que le paguen su vino a $ 4,13 por litro.
Tanto desde el Gobierno como desde las entidades gremiales, han tomado nota de lo sucedido y han tratado de llevar adelante propuestas, con fórmulas antes usadas, para intentar paliar la situación.
A saber: operativo de compra masiva de vinos. No funcionó porque el Gobierno provincial no cuenta con el dinero disponible, en tanto, desde la Nación aseguran que ésta ha sido una de las cadenas de valor a las que más le han aportado dinero, por lo que un desembolso en efectivo no fue posible.
Otra propuesta fue la de emitir un bono similar a lo que a fines de los ‘80 se conoció como Tidavidem y que el gobierno de Francisco Pérez llamó “Tivi”. Para eso necesitaba de una Ley provincial que quedó entrampada en las peleas entre la oposición y el oficialismo en la Legislatura. En tanto, San Juan sí sacó el bono.
Otra herramienta que se intentó poner en funcionamiento y que era fogoneada desde el INV fue el fondo estabilizador de stocks vínicos que permitía retener stocks en épocas de alta oferta y ponerlos a disposición en momentos de alta demanda. Se necesitaban 200 millones de pesos pero hasta ahora el financiamiento no llegó.
También se pensó que con las herramientas que tiene el INV se podría poner en marcha un “bloqueo” selectivo de vinos, para dejar disponible sólo el volumen que efectivamente se puede comercializar. Tampoco prosperó.
Además en el Congreso de la Nación hay un proyecto de Ley que espera resolución trabajado desde Aproem, para crear una comisión formadora de precios.
En tanto, desde el gremio de los contratistas también se ha propuesto generar un Fondo Viñatero Argentino que pretende duplicar el precio de la uva por medio del cobro de una tasa a comercializadores y distribuidores. Para poner en marcha el proyecto de los contratistas, en algún momento se habló de utilizar la ley 25.849 (Pevi).
Sin embargo desde Coviar rechazaron de plano esa posibilidad.
Para Eduardo Sancho, presidente de Fecovita y Acovi, el objetivo de todas estas ideas ha sido el mismo. “Buscan sacar los excedentes. Nosotros no nos enamoramos de las medidas; vamos eligiendo las que consideramos que son mas fáciles de tomar para el Gobierno, pero todo va en el mismo sentido”.
Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, aseguró que “el problema que tenemos hoy es la inflación, con un incremento de costos que impacta fuertemente en nuestro producto, porque en un kilo de uva, la mano de obra es un 65% y ese costo ha aumentado 30%.
Corresponde que así sea, mientras que los productores y las bodegas aseguran que no tienen rentabilidad. En esta industria, como en todas las economías regionales, tiene un fuerte impacto la inflación. No tenemos que buscar cosas raras. Nuestro problema es el aumento de costos; es un problema macroeconómico y no vemos ninguna señal de que esto vaya a cambiar”.
Desde la Asociación de Viñateros de Mendoza, Sebastián Lafalla, aseguró que “durante todo el año las entidades vitivinícolas desde distintos ámbitos fueron presentando propuestas al Gobierno sobre cómo consideramos que se puede salir de esto y la verdad es que no hemos recibido respuesta alguna. De hecho, lo que sí hemos recibido son críticas”.
Agrega: “Necesitamos sacar del mercado 100 millones de litros de vino y desnaturalizar los que no están aptos para el consumo, con lo cual podríamos descomprimir el mercado. Acá no se piden subsidios ni regalos”.
En tanto, Gabriela Lizana, de Aproem, quien puso en marcha un proyecto de Ley en el Congreso de la Nación, indicó que “desde nuestro sector propusimos a principio de año crear una comisión nacional formadora de precios que estudiara la cadena comercial, propusiera medidas de corrección para mejorar la rentabilidad de los eslabones más débiles, productores y elaboradores, estudiando costos y determinando precios base que cubrieran los costos y aseguraran un mínimo de rentabilidad que permitiera seguir trabajando”.
La dirigente sostuvo que esta comisión también tenía la función de estudiar en detalle stocks vínicos por variedad, para establecer con anticipación la existencia de excedentes vínicos y políticas correctivas.
“Esta propuesta no fue tomada en cuenta a tiempo. Los temas de manera aislada fueron tratados demasiado tarde y a esta altura, ya nada de esto se podrá instrumentar satisfactoriamente”, concluyó.
Fuente de información: diario "Los Andes" de Mendoza.
Cooperativas vitivinícolas en pie de guerra por crisis de precios.
Si no llegan entre 300 y 400 millones de pesos para sacar al menos 100 millones de litros de vino, productores asociados a Acovi no descartan salir a la calle en forma de protesta antes de la Navidad.
s días previos al 25, dicen, serían los momentos culminantes y prometen alterar un poco la paz en tiempos navideños. Es que el sector cooperativo de la vitivinicultura, habitualmente medido y de actitud colaboracionista con las distintas medidas de política económica, acusa el impacto de la crisis que atraviesa el sector por los excedentes vínicos y precios deprimidos que debilitan los bolsillos de los productores, incluso los que trabajan en asociatividad.
Por eso, si previo a Nochebuena no hay certeza sobre $ 300 a $ 400 millones necesarios para descomprimir el mercado y mejorar la perspectiva de la vendimia 2015, prometen salir a la calle.
“Los productores ya no pueden resistir esta situación. Por lo poco que se pagó la uva y lo que vale el vino, hay gente que ya está pensando en no cosechar y ni hablar de vinificar.
De seguir así, todo se encamina a la desaparición del pequeño viñatero y hacia la concentración de las propiedades en pocas manos y capitales extranjeros”, diagnosticó Eduardo Sancho, presidente de Fecovita y Acovi (Asociación de Cooperativas Vitivinícolas), la voz que se hizo escuchar respecto de lo que puede generar el malestar de las “bases” de esa organización.
Se trata de unas 40 cooperativas y más de 5 mil productores encolumnados detrás del pedido de medidas urgentes para revertir la situación, y dispuestos a manifestarse con ese objetivo.
La receta del complicado cóctel se hizo harto conocida durante la campaña 2014: precios deprimidos ($ 2,40 promedio por el litro de blanco escurrido), plazos de pago de hasta 12 meses y, para peor, un mercado paralizado e inflación galopante en los insumos, casi sin financiación.
Para Rubén Razzano, ex titular y socio de Cooperativa Vitivinícola Giagnoni, se llegó a un límite y el cielo para la cosecha 2015 pinta gris oscuro, como el que cubrió los últimos días a distintos oasis productivos de Mendoza.
Según Razzano, “la situación no da para más. Va a quedar más del 50% del vino stockeado y es probable que se coseche la mitad por las heladas o mucho menos por decisión de los productores, muchos de los cuales están haciendo las labores culturales mínimas y ven imposible el costo de levantar la uva. El factor climático debe incidir en los precios, pero el vino no tiene valor”.
Con el blanco escurrido lejos de los $ 3,20 o $ 3,50 pretendidos (este año las bodegas pagaron alrededor de $ 2,40) y pagos demasiado largos (algunos terminarán de cobrar pasada la próxima cosecha), el cuadro pinta insostenible a esta altura del año porque, al decir de los cooperativistas, “los insumos no se financian salvo para algunas compras que permite el sistema asociativo. Pero con el interés de la plata se hace difícil aguantar”.
La Nochebuena, o el día D Las promesas extraoficiales de anuncios inminentes para descomprimir la situación no alcanzan, por ahora, a aplacar las intenciones de las cooperativas, que piden más mercado o menos vino.
Entre ellas, constituir un Fondo Fiduciario que financie el bloqueo de los mentados 100 millones de litros (poco más de un mes de despachos al consumo) y su desnaturalización gradual a alcohol durante 2015.
Para eso, se necesita el equivalente a menos del 1% del Presupuesto provincial 2015 que la Legislatura discute actualmente. Pero las dudas subsisten.
A criterio de Sancho, “varias veces se dijo que estaba avanzándose en esos ejes pero al final no pasó nada. Si no se adopta alguna medida concreta antes de Navidad después será tarde, porque lleva semanas la implementación y en enero desaparecen muchos funcionarios. El mercado requiere señales ahora que impacten en el precio de la uva desde febrero”.
Otra opción, que podría dividir las aguas entre distintos sectores, es el porcentaje de diversificación de la uva que llegue con la vendimia 2015: para Acovi, a priori del pronóstico de cosecha, la pauta no debería ser inferior al 35%.
“Si algo se concreta podremos ser más optimistas pero la gente está inclinándose en este momento más a salir a la calle para hacer ver su situación”, cerró Sancho.
En el Valle de Uco analizan sumarse
Al parecer, los productores vitivinícolas cooperativizados no están solos. En una reunión del jueves 18, la comisión directiva de la Cámara de Agricultura y Comercio de Tupungato empezó a considerar la posibilidad de plegarse a la manifestación que tiene en mente Acovi si no hay remedios.
De acuerdo a su presidente, y vice de la Federación Vitivinícola Argentina, Horacio Meli, “coincidimos con el diagnóstico. Más allá del dinero hay mucha bronca porque faltó gestión; del Fondo Fiduciario venía hablándose cuando estaba (el ex ministro) Barg”.
Por eso, según el dirigente, que propone como alternativa un bono obligatorio con garantía de vino a 3 años, “lo planteamos en Comisión Directiva y vamos a tratar con nuestras bases el lunes 22 si nos plegamos a la manifestación, porque se agotaron las instancias y la inacción del Gobierno es grande.
Todo lo que sucede en general repercute en el Valle de Uco: producimos menos y de alta calidad, y si las cooperativas sienten la crisis nosotros más”.
Unos y otros coinciden en que, pasadas las urgencias, lo importante es insistir para que el proyecto de Edulcoración de bebidas con mosto y otros jugos naturales se convierta en ley, “para que la uva no quede colgada en los parrales y los espalderos”.
Fuente de información: diario "Los Andes" de Mendoza.
Publicado en Revista Agrovalle de Villa Regina.
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