El grupo que fundó La Cooperativa La Hormiga Circular celebra hoy tres décadas de compromiso con la actividad teatral de la región. Carlos Massolo repasa su historia.
Hasta hoy, se celebran en Villa Regina, los 30 años de Nuestramérica, comunidad fundadora –en 1987- de la Cooperativa de Trabajo Artístico La Hormiga Circular, con varias puestas que concluyen el sábado con la Fiesta Aniversario.
Tres décadas de trabajo conjunto, de tantísimas obras construidas con dignidad y ética, de sueños concretados, de participar en el desarrollo cultural de la región, de convocar alumnos a ver teatro, de ganar premios y reconocimiento.
"Este 2014 que concluye, ha sido para los miembros de La Hormiga Circular, muy fuerte en actividades cada vez más complejas, organizativamente hablando" dice Carlos Massolo, unos de los fundadores de Nuestramérica, director y actor, que habló con "Río Negro" desde su casa de calle Vuelta de Obligado, en el barrio Patagonia de Regina.
"Cuando empezamos, nos autodenominábamos Grupo de Teatro Vocacional. Poco tiempo después, queriendo pasar a algo más profesional, desapareció la última palabra… Y ahora, el Grupo de Teatro Elencopado que funciona dentro de La Hormiga Circular se ha formado como vocacional y lo queremos sostener porque es una de las formas que no tienen más expectativas que hacer una obra de teatro para su gente, para el pueblo, para sus amigos. Eso se ha ido perdiendo y lo rescatamos porque es gente que le pone pasión, mucho tiempo, muchas ganas. Y nos marca la trayectoria porque en el medio, La Hormiga Circular fue contenedora de tantos grupos, cada uno con sus características.
Hoy dentro de La Hormiga están Nuestramérica, Los Nosotros y Elencopado.
"2014 fue raro para nosotros porque tuvo muchas cosas y muy intensas, pero tenemos la sensación de que fue un año bisagra. Estamos en tránsito a modificar una serie de cuestiones… En enero ya estábamos de gira en Madryn, anduvimos por Chile con "La razón blindada", desarrollamos el Circuito anual, estrenamos en setiembre "Apurá la fruta" (con dramaturgia y dirección del propio Massolo) y ya lleva veintisiete funciones y está andando muy bien. Si tuviera que usar una sola palabra, diría que fue intenso y todavía no nos cayó la ficha de todo lo que hicimos… Se incorporó gente nueva a La Hormiga Circular, y a Nuestramérica, estamos renovándonos, con nuevos proyectos", dice.
Carlos no encuentra el término que cierre su idea. En el Circuito 2014 de La Hormiga Circular participaron 9 grupos (7 nacionales, 3 patagónicos, 2 internacionales), 9 espectáculos que dieron 45 funciones en 5 localidades –Cipolletti, Plottier, Gral. Roca, Villa Regina y Río Colorado- de 2 provincias –Río Negro y Neuquén- durante 9 meses, de marzo a noviembre, ante más de 20 mil espectadores...
Impresionan las cifras y dan la magnitud de la organización y esfuerzo que implican. "No sé si estuvimos distraídos o no encontrábamos la vuelta en la búsqueda de un teatro patagónico, rionegrino, regional, sin creernos los dueños de la verdad", retoma Carlos el hilo.
"Las obras que estamos trabajando y hemos venido haciendo en los últimos tiempos son profundamente patagónicas, por lo menos en su espíritu. Esto nos da un nuevo impulso y el público lo reconoce diciéndonos que se siente espejado, le gusta que en una obra se hable de acá. Volvimos otra vez al rumbo y esto sin perder de vista la calidad y el no quedarnos estancados. Recuerdo que en 1984 era todo difícil para nosotros, había euforia por la vuelta a la democracia, un clima de alegría, pero muchísimas dificultades hasta para hacer una nota periodística o publicar una gacetilla, simplemente. Primaban los ideales en los tres años en soledad de Nuestramérica hasta formar la Cooperativa y después fuimos aferrándonos a las convicciones que llevan más a lo diario. Se demuestra día a día quién está, quién sigue…", cuenta Carlos
-Hablaste de ideales y era necesario consolidarlos en los comienzos de la recuperación democrática. Se venía de una triste época de censura, represión, muerte, desapariciones…
-¡Clarísima síntesis! Es más, no solo era imposible hacer teatro sino que el fuerte movimiento que había existido en Regina, fue cortado en el 74, dejando un hueco, un vacío. Partimos de la nada y algunos, como yo, veníamos de la derrota de los 70, cabizbajos, con el dolor de haber perdido compañeros, proyectos y hasta ideales. Por eso digo que había un clima claro de recuperación cultural, pero nos sentíamos en soledad. Acá tengo que nombrar sí o sí a Norman Tornini, (1934-94, docente de grado y de plástica, profesor de terciarios, subsecretario de Cultura de Río Negro, director de la Escuela Municipal de Arte y de Cultura de Villa Regina desde 1992 hasta su deceso) quien para nosotros, sigue siendo un prócer. Estimuló en nacimiento de nuestro grupo y abrió las puertas para la realización de festivales, encuentros.Y cuando empezamos a andar desde la creación, desde lo sensible, juntando gente, las cosas no estaban como ahora. Desde el 88-89 y durante los 90, anduvimos dentro de la continuidad o el cambio. Nos llevó mucho tiempo resolver la dialéctica entre esos dos conceptos. Desde el origen, veníamos pintando como eclécticos, buscábamos y había tensión por definir un estilo, una estética, ahora se llamaría poética, o probar. Y resultó esto último porque existían diversas propuestas que íbamos llevando a cabo. Se fue dando, aunque en el momento no lo teníamos claro. Lo vemos ahora, mirando hacia atrás. Por eso, 2014 es bisagra y el que viene, estaremos enfocando aspectos con mayor profundidad que en los últimos dos, tres años. Es una opinión personal, pero está muy bueno, es interesante seguir con ganas de buscar, de concretar, de seguir construyendo. Los que acaban de entrar, tienen entre dieciocho y veinticinco años…
-Tienen las edades de ustedes cuando empezaron.
-Claro, sí. Y el empuje de los más jóvenes, con sus planteos, su tiempo, su ritmo, hace que te rearmes. Discutimos y en la discusión nos enriquecemos todos, no nos encerramos como grupo viviendo del pasado. Esto, hay momentos que cuesta y otros que te produce enormes satisfacciones que te dan vida, son mimos, besos que fortalecen y nos dicen, hay que seguir. Pero, seguro, lo construimos nosotros, es nuestro, es un capital que cuando otros lo ven, lo reconocen.
Por Eduardo Rouillet. Publicado en Diario "Río Negro", viernes 12 de diciembre de 2014.
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