Conocido por todos los reginenses por muchos años, temido
por los más chicos, más de una historia
y mitos se han inventado y alimentado en torno a él pero lo cierto es que pocos
conocían respecto a cómo era su vida y porque vivía de esa manera. Para algunos
había fallecido a mediados de la década pasada al no verlo transitar por las
calles de Villa Regina y para otros su deceso se produjo hace pocos años. Lo
real es “Rabilla” como era conocido, falleció el lunes en el Hospital de
Cipolletti a la edad de 78 años tras un paro cardiorrespiratorio no traumático.
Si bien se lo llamaba “Rabilla” su nombre real era Alberto
Elso Revilla, oriundo de La Pampa, tenía a una gran parte de su familia
habitando en Ingeniero Huergo y los únicos familiares directos eran seis
hermanos (cuatro mujeres y dos hombres9. Adicto al alcohol, amable en ocasiones
y de mal carácter en otras, por muchos años “Rabilla” fue considerado como el
mejor camino para que los chicos obedezcan a sus padres y así fue como en los
hogares apareció la expresión: “Te portás bien o llamo al hombre de la bolsa”,
justamente en referencia a este personaje reginense que se estima que desde la
década del ´70 ya se lo veía deambular por las calles de la ciudad, con prendas
viejas y sucias, con una bolsa de gran tamaño en la espalda y con un
improvisado bastón en el último tiempo.
Con el paso de los años el miedo de los más chicos a “Rabilla”
se transformó en lástima para los más grandes al ver en las condiciones físicas
y de salud que se encontraba, razón por la que después de varios intentos de
rehabilitarlo del alcoholismo en el hospital local.
Según dijo uno de los familiares, el hombre recientemente
fallecido, desde muy joven se tiró al abandono, aparentemente, tras la muerte
de su madre.
Con el paso de los años comenzó a vivir de changas y de la
limosna, de los alimentos y la ropa que la gente le daba y poco dinero que se
hacía mayormente era utilizado para la obtención de vino, el cual también le
era dado como parte de pago.
Nunca contó con una considerable suma de dinero y cayó en
desgracia como algunos creían, nunca fue abogado ya que solo asistió a la
primaria, sin esposa, novia y mucho menos hijos, las veredas y las casas
abandonadas fueron sus transitorios lugares para dormir pese a que en más de una
ocasión recibió ayuda y alojamiento gracias al Padre César Rondini y el
empresario José Liberatti.
Al no ser visto deambular por las calles más de uno creyó a
mediados de la década pasada que había fallecido aunque en realidad en ese
entonces comenzó a afrontar una etapa de rehabilitación en el hospital local
para más tarde ser internado en un geriátrico de Cipolletti. Allí permaneció a
largo de diez años aproximadamente hasta que finalmente falleció el lunes en el
nosocomio cipoleño a causa de un paro cardíaco. “En el último tiempo su estado
de salud había empeorado por lo que a la diabetes se le sumó un cuadro de
neumonía y una importante infección en un brazo”, comentó el familiar.
Alberto Revilla fue velado e enterrado durante la jornada de
ayer martes en Ingeniero Huergo.
Publicado en el Periódico “La Comuna de Villa Regina”,
miércoles 3 de diciembre de 2014, página 11, edición Nro. 572.
A DON ALBERTO RABILLA
por Carlos Basabe Cerdá.
Regresan en recuerdos los andrajos
Personaje
gris de aquellas calles viejas
Que caminamos
compartiendo los guijarros
Hacia un
mismo infinito, sin ninguna queja
¡Cuantas
veces me pregunté como sería!
Amanecer
tirado a un costado de la vera
Tapado con el
cielo de Regina
Y calentarme
los ojos mirando las estrellas
Noches
indolentes, de frio caprichoso
Heladas negras
como el alma misma
Calaron los
huesos de un amigo mio
Era “El
hombre del saco”, Don Alberto Rabilla
La vida me
alejó de aquellos pagos
Y nunca supe
de tu desgraciada vida
¡hoy te
encontré atrapado por las redes sociales!
Contando que
tu calvario, había caducado
¡Que alegría
que siento de saber la noticia!
¡Viejo
Carcamán, a veces renegado!
La historia
te devuelve alguna ficha
Para que
apuestes fuerte, por el rumbo extraviado
¡Que Dios te
de muchos años, de salud y reposo!
Que duermas
calentito, entre sabanas blancas
Que bendiga
las manos de quienes te ayudaron
A desandar
caminos, poblados de guijarros.
Alberto Rabilla, fue durante muchos años, el personaje
extraviado en un mundo de limosnas, trajinó por las calles de mi pueblo, sin
pedir nada a nadie, y hoy lo descubro recuperado gracias a la buena acción de
personas como el cura Rondini, José Liberatti o el mismo Hospital de
Villa Regina.
Publicado en Gayinero Argentino del Reginense Carlos Basabe.
http://gayineroargentino.blogspot.com.ar/
"RABILLA"... ES ALBERTO REBILLA.
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