LA VITIVINICULTURA EN EL VALLE DE VIEDMA.
Los primeros viñedos argentinos asociados al clima marítimo.
Las experiencias en marcha indican que con un adecuado manejo del cultivo se pueden lograr uvas de excelente calidad.
El valle de Viedma (ubicado a 40º 48 ` latitud sur y 63º 05 ` longitud oeste) posee características agroecológicas aptas para el cultivo de la vid. La condición de clima marítimo imprime a la región un sello distintivo respecto del resto de las regiones vitivinícolas del país, desarrolladas en climas continentales.
La cercanía del mar, a unos 30 km del Valle, amortigua las temperaturas provocando otoños suaves y prolongados, que permiten un largo período de maduración de las uvas. Se logran entonces buenos equilibrios azúcares/acidez, y se desarrollan intensos aromas y colores.
Las características del Valle
El Valle Inferior del Río Negro se encuentra ubicado en el noreste de la Región Patagónica. Es una llanura con suave pendiente al mar, que ocupa una superficie aproximada de 800 km2, que se extienden desde la margen sur del río Negro hasta una elevación natural conocida como "barda" o "cuchilla" (unos 8 km de ancho) y desde el paraje "Primera Angostura" hasta la desembocadura del río, en el océano Atlántico (unos 100 km de largo).
El área irrigada (Proyecto IDEVI), ocupa una superficie aproximada de 20.000 has., desarrollándose allí toda la agricultura de la región.
El clima, semiárido, presenta un régimen térmico moderado por el efecto marítimo. Las temperaturas son apropiadas para el desarrollo de una amplia gama de cultivos. Los suelos del Valle pueden dividirse en dos grandes grupos, de aluvión y de terraza. Los primeros ocupan la mayor parte del área y se caracterizan por ser muy heterogéneos.
Tanto las características de suelo como de clima son propicias para el cultivo de la vid. La disponibilidad de suelos aptos, la excelente calidad de aguas para riego, la influencia marítima y un adecuado manejo del cultivo, permiten lograr en el Valle de Viedma vendimias de excelente calidad para la elaboración de vinos finos.
Un poco de historia.
El inicio de la actividad vitícola en la región se produce con la fundación de Viedma y Carmen de Patagones. Los primeros colonos que arribaron introdujeron la especie "Vitis vinífera". Estos primeros pobladores eran auténticos agricultores, ganaderos, artesanos, carpinteros, herreros, panaderos, que trajeron consigo sus herramientas, sus útiles de labranza, sus animales, semillas, plantas frutales y forestales, e introdujeron también los conocimientos para el cultivo y la utilización en las industrias derivadas.
Con este bagaje trajeron, sin duda, estacas de vid para su multiplicación o en todo caso, pasas de uva. Este era un alimento muy común y muy utilizado por los viajeros por su valor alimenticio y como fuente de vitaminas.
Estos primeros colonos de la Comarca plantaron sus estacas de vid o sembraron las semillas que venían con las pasas, y con las plantas obtenidas establecieron sus cultivos. Parte de las uvas, ya sobremaduras, se utilizaban para elaborar vinos caseros, artesanales, que recibieron el nombre de "Chocolí" o "Chocolín" (rememorando a los vinos españoles).
A pesar de la heterogeneidad de estos vinos, fueron muy apreciados por los habitantes de la colonia y con el tiempo crearon un "mercado cautivo" que perdura hasta nuestros días. (Extraído de: "Viñedos y vinos de la Patagonia" La Comarca Atlántica del Río Negro. Ing. Atilio Cassino)
Evolución de la superficie cultivada.
La vid siempre se cultivó en el área del Valle Inferior del Río Negro. En la zona de las islas existieron viñedos y bodegas artesanales desde la época de los primeros pobladores. Lamentablemente, la mayoría de ellas fue gradualmente abandonada, perdiéndose casi todos los materiales originarios.
Desde los inicios del proyecto IDEVI y hasta fin de los años noventa, la superficie implantada con viñedos en las chacras del Valle Inferior se mantuvo relativamente baja y estable. Los censos y declaraciones de cultivos del año 2000 (Consorcio de Riego y Drenaje del IDEVI) indicaban una superficie cercana a las 25 hectáreas implantadas de vid, incluyendo los diferentes destinos (consumo de mesa y vinificación artesanal). A partir de ese año, comienza un proceso de crecimiento de la superficie cultivada, que aún continúa. Los últimos registros, correspondientes al año 2013, indican que la superficie actual se aproxima a las 150 has, lo que significa un importante incremento en la superficie dedicada a este cultivo.
Las nuevas plantaciones.
El importante incremento de la superficie implantada en el Valle de Viedma, corresponde casi exclusivamente al desarrollo de empresas vitivinícolas que han instalado sus cultivos y bodegas en la zona, apostando a la elaboración de vinos finos, varietales, de elevada calidad.
Estas nuevas plantaciones se han realizado utilizando modernos sistemas de conducción (espalderas de tres alambres con poda corta y cordones uni o bilaterales), con densidades que oscilan entre 3.000 y 4.000 plantas/ha, con materiales perfectamente identificados.
La mayor superficie corresponde a los cultivares Malbec, Merlot, Cabernet Sauvignon y Sauvignon Blanc, encontrándose también cultivares como Pinot Noir, Cabernet Franc, y Chardonnay.
Los viñedos reciben todos los cuidados y labores culturales específicas para obtener cosechas de calidad, que son la materia prima de las bodegas regionales.
Acompañamiento técnico en manejo de viñedos
La EEA Valle Inferior ha acompañado desde el inicio estos nuevos emprendimientos. Desde el año 2001 se ha realizado el seguimiento de las variedades implantadas en parcela de productores, observando su comportamiento y generando datos locales, tanto fenológicos como productivos, que se hallan hoy a disposición para nuevos emprendedores.
De lo observado hasta el momento, y dada la época de brotación de las viñas, no puede dejar de considerarse el riesgo de ocurrencia de heladas tardías. La frecuencia y severidad con que se ha presentado este accidente climático, lo convierten en el mayor factor de riesgo para la producción vitícola regional.
Los datos recabados indican que, con un adecuado manejo del cultivo, en las condiciones agroecológicas del Valle de Viedma, pueden lograrse vendimias de excelente calidad.
Un gran impulsor: El "maestro" Atilio Cassino.
En los años '90 se radica en la comarca el Ingeniero Agrónomo Atilio Cassino, quien fuera un gran promotor de la vitivinicultura en la norpatagonia. Como técnico del INTA, desarrolló su carrera en la EEA Alto Valle, siempre ligado a la viticultura. Una vez retirado se radicó en Carmen de Patagones, y fue un protagonista importante en el nacimiento de los nuevos emprendimientos vitivinícolas del Valle Inferior, alentando el desarrollo de la vitivinicultura en la zona Atlántica. A él, nuestro profundo reconocimiento.
Publicado en Diario "Río Negro", sábado 11 de octubre de 2014.
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