martes, 25 de julio de 2023

Reginense, uno que corría de verdad.




Por Marcelo Guerrero.

Cada tanto algún burrero viejo, cuando participa en alguna discusión sobre ligeros, desempolva un recuerdo que deja a todos mudos “el que corría en serio era Reginense” suelen decir los veteranos, y enseguida aparecen las anécdotas, los cuentos y las historia sobre el alazán de Don López. Se dicen muchas cosas, que hacia un pozo cuando soltaba, que agarrado ganaba por 50 metros, que lo habían hecho correr dos veces en el día y cada vez corría más fuerte, que los cascotes caían a 50 metros y fantasías así. Sin embargo, hay un dato certero e inobjetable y que escapa a cualquier ilusión óptica. En Santa Rosa, el día que corrió con otro espectacular como Oyster Bar, el caballo del Quintu Panal echó 15-81 en los 300 metros, homologado como récord sudamericano y vigente por varios años.

Pero Reginense además tenía una sangre que daba miedo púes su nombre de Cuarto de Milla inscripto en EEUU era Quantum Effort, hijo directo de Special Effort, único Triple Coronado en la hípica del Norte, jefe de raza, ganador de más de un millón de dólares en premios. Special Effort fue nombrado Campeón mundial y además años más tarde incluido en el Salón de la Fama de Quarter Horse. Reginense también fue ganador en EEUU, imponiéndose en tres competencias en el famoso hipódromo de Los Alamitos.

Cuentan los que saben, que Don Adalberto López Lavayen, hombre de mucha raigambre en General Roca como productor agrícola e incluso llegando a ser intendente de la capital de las manzanas, viajó a EEUU a realizar unas compras para sus establecimientos rurales, entre los cuales se puede mencionar a la famosa Estancia Maquinchao, en la Región Sur rionegrina. Dicen que, a Don López, apasionado como era con el turf, le ofertaron un Cuarto de Milla ganador, para que pudiera usarlo como reproductor en su célebre Haras Quintú Panal, ubicado en General Roca, una gran extensión de terreno que comenzaba en la intersección de la Avenida Viterbori con la Ruta 22. Sin dudarlo el recordado y reconocido turfman compró a Quantum Effort, el semental ofrecido y se lo trajo para Argentina.

El pingo americano cumplió con la cuarentena en EEUU antes de viajar y luego el mismo trámite en nuestro país, por lo que cuando llego a la zona estaba hecho una piltrafa. Fue alojado en Villa Regina, en el Stud de un gran cuidador como Antonio Severini. Allí el alazán solo comía y caminaba un poco, además, Antonio ya había notado que tenía un problema en las rodillas. Un día que andaba por los boxes otro prócer del turf como Juan Zarazabal, el cuidador decidió montar al caballo americano “para ver que hacía”. Dicen que fue un galope nomás, pero Juancito quedó impresionado. Y claro que no era fácil impresionar al “Paisano”, que había corrido nenes como Don Alfredo y Volcán entre otros grandes ligeros. “Este corre en serio” dijo Juancito cuando se bajó por lo que Severini, tras hablarlo con López Lavayen, decidió hacerle una campañita, antes de echarle yeguas.


El debut en Macachín no fue muy auspicioso, pues el alazán se cayó enterito, porque era muy goloso para echar y encima tenia a Juan en los estribos, que era de sacar empujando. Ganó Kalule, pero Reginense hizo segundo, volando desde que se pudo levantar hasta el disco. Severini encontró la solución a las caídas; le colocaba una alfombra de goma, la del piso del carro y así Reginense partía bien afirmado. Llegó la segunda carrera, donde enfrente estaba la buena de la Rocachoza, que pensionaba con Ariel Dotzel en Neuquén. Por supuesto que no dejaron que coloque la famosa goma y allí fue que terció Juan Zarazabal “Deje Antonio, yo lo voy a sacar bien enriendado, afirmadito nomas y que el haga lo de él” y así fue, que el alazán ganó por varios.

La siguiente carrera es comentada hasta el día de hoy en Mendoza: Había en esos tiempos, en la tierra del vino un caballo imbatible que se llamaba Hechicero y por aquellos lares le salió combate al del Quintú Panal, en Las Catitas, una localidad ubicada a en el noreste de la provincia, a 90 km de la capital. Para los cuyanos era una locura que le vengan a correr a la casa al famoso Hechicero, y los burreros locales se peleaban para apostarle al puñado de rionegrinos que viajaron a Mendoza. La insistencia era tal sobre la velocidad del local que allí surgió la famosa frase de Severini “mejor si corre bastante, así no lo tiramos tan a la mierda”. Lamentablemente para los mendocinos en el único lugar que estuvieron juntos fue en la gatera, porque ni bien soltaron Reginense se fue adelante y fue incontenible para el crédito cuyano.

La última carrera fue memorable, Reginense ya acusaba problemas cada vez más serios en sus rodillas y había comenzado a sangrar; de postre le salió una carrera tremenda en 350 metros, contra el gran American Oysterbar, el hijo de Primativo que es considerado el mejor QM criado en nuestro país. Se jugó un platal ese día en Santa Rosa, sede de la tremenda topada. Reginense salió adelante con Juan Zarazabal demostrando porque eran los mejores del país en las puertas. A los 300 pasó ganando el pensionista de Severini, con el imponente registro de 15-81, que durante largo tiempo fue el record sudamericano de la distancia. A los 325, lamentablemente, el hijo de Special Effort que venía ganando por medio cuerpo, echó sangre y fue alcanzado y superado por el alazán de Miguel Atucha, que le tiró medio largo. Reginense no era de rendirse:  sangrando y todo volvió un poco pero no le alcanzó. Medio cogote fue la sentencia en unos 18 segundos que fueron inolvidables. Si todos los que dicen que asistieron a esa carrera lo hubieran hecho, habría habido más de 100 mil personas en el Hipódromo santarroseño.

Ahí llegó el retiro, para que el ligerísimo cuarto de milla pueda cumplir con la misión para lo que fue adquirido por Don López Lavayen. “es el caballo más ligero que he corrido, sin dudas” sigue diciendo hoy en día Juan Zarazabal. En Mendoza cuando hay algún ligero que aparece no falta el que dice “que le traigan al alazán ese de Rio Negro para que le pruebe la nafta”. El paso de los años ha agrandado su historia, pronta van a decir que las que ganó fueron por cien metros y las que perdió fueron por la mínima. Pero lo que si es cierto es que es el único caballo conocido que clavó el crono una línea antes de los 16 segundos en nuestro país.

Fuente de información e imágenes:
Por los Palos Web.

No hay comentarios:

Publicar un comentario