viernes, 9 de diciembre de 2022

Desde Huergo, la solidaridad llega en bicicleta para robar sonrisas.

 

Desde Huergo, la solidaridad llega en bicicleta para robar sonrisas.

Lo que se inició como una campaña solidaria para asistir a una familia a reconstruir su vivienda, se transformó en un proyecto solidario para ayudar a chicos y mayores a que se puedan movilizar tanto para estudiar como para trabajar.

Es la iniciativa que llevan adelante Jennifer Romero y su esposo Diego Paulete, que reciben la donación de bicicletas en desuso, las restauran para finalmente entregarlas a las personas que las necesitan.

La cruzada solidaria “Robando Sonrisas” ya lleva entregadas más de 400 bicis, muchas de ellas a familias de Ingeniero Huergo, pero también a otras de distintas ciudades del Alto Valle y del Valle Medio, y tienen pedidos para ampliar su ayuda a familias de distintos puntos del país.

La tarea que llevan adelante motivó que hace pocas semanas atrás fueran distinguidos con el premio “Abanderados” que organiza la Fundación Noble.

Todo comenzó hace unos años atrás cuando una familia del barrio Las Bardas en la zona norte de Huergo sufrió el incendio de su vivienda que provocó la pérdida total de sus bienes.

“En ese momento, los vecinos de la familia iniciaron una campaña para reconstruirle la vivienda. Como mi familia tiene negocio de electricidad y me esposo es electricista, donamos algunos materiales y mano de obra para ayudar”, comentó Jennifer.

“Ahí comenzamos a recibir donaciones, nos dejaron ropas, alimentos, y también nos donaron una bici” agregó.

La familia Paulete tiene una amplia tradición en el ciclismo regional, por lo que acondicionar la bicicleta en el negocio familiar, fue paso siguiente.

El premio que recibimos nos impulsa a continuar con este proyecto por muchos años más con la ayuda de la gente”. Jennifer Romero, encabeza el proyecto solidario Robando Sonrisas.

“En ese momento conocimos a Jorgito un chico que tiene una historia de vida bastante complicada y decidimos regalársela; ese fue el puntapié”, comentó por su parte Diego.

“Nunca hacemos campañas para que nos donen, la gente se acerca y nos deja bicicletas para que las arreglemos y donemos”, señaló.

Un primer desafio fue llegar a recuperar y donar 10 bicis, todo con recursos propios, sin ayuda de organismos oficiales ni privados para comprar los elementos necesarios para acondicionarlas. Pero la cifra se superó ampliamente. Hace pocos días atrás ya alcanzaron las 425 bicicletas donadas.

Nunca pensamos que iba a tomar la dimensión que tomó, todos los días recibimos pedidos y tratamos de darles respuesta”, indicó por su lado Jennifer.

Precisamente a partir de los pedidos que reciben a diario, registran todos los datos necesarios, como la edad y la altura, al tiempo que establecen un orden de prioridad para entregar primero a las personas que necesitan para desplazarse a sus trabajos o para estudiar.

“Este año, por ejemplo, cuando comenzó el ciclo lectivo no había transporte escolar, y muchos chicos necesitan una bici para poder llegar a su escuela. Los chicos del barrio Ceferino y del barrio Las Bardas, tienen entre siete u ocho kilómetros entre ida y vuelta. También llevamos a barrio El Sauce (Regina), a Quinta 25 (Roca), también en ciudades del Valle Medio y El Cuy”, apuntaron.

Ayuda desde Francia.

Hace pocos meses atrás, una familia de Francia visitó la región y a través de conocidos tomaron contacto con Jennifer y Diego. A partir de ese contacto, los hicieron participar en una de las actividades de entrega de bicicletas. Esto causó una profunda impresión por la gratitud que genera en las familias el recibir las donaciones.

De regreso a su país armaron una página en las redes sociales y conformaron una ONG con las que recaudan fondos.

Dato 425 bicicletas fueron entregadas en donación a familias que las necesitan para movilizarse a sus trabajos o escuelas.

A nivel local, Jennifer y Diego están trabajando para lograr el reconocimiento de la personería jurídica. “Esto nos va a permitir recibir esta ayuda para continuar con el trabajo en el que está involucrada toda la familia, solo con el objetivo de poder ayudar y sentir el agradecimiento de cada persona”, comentaron Jennifer y Diego.

Distinción con el premio Abanderados.

El proyecto solidario “Robando Sonrisas” fue distinguido este año en el marco del premio “Abanderados” que lleva adelante la Fundación Noble.

“Ya en otras oportunidades nos habían postulado, pero este año fue la primera vez que quedamos entre los ocho proyectos finales y obtuvimos este reconocimiento”, indicó Jennifer Romero. Precisamente, la postulación llegó desde Córdoba a partir de una familia que conoce la tarea solidaria que llevan adelante desde hace ochos años.

“Agradecemos infinitamente a la gente de nuestro pueblo, Ingeniero Huergo, y de Río Negro, que nos apoyó desde un primer momento. Todo esto lo hacemos desinteresadamente y este premio nos da un impulso para continuar por muchos años más para seguir disfrutando de cada sonrisa que recibimos”, apuntó finalmente.

Publicado en Diario Río Negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario